Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Algo más que palabras | Destrucción | Humanismo | Valores | Violencia

Las dominaciones nos manejan a su antojo

El futuro es nuestro y debemos trabajarlo, cada cual consigo mismo, en un deseo de contribuir a la construcción del bien colectivo, poniendo fin al derramamiento de sangre
Víctor Corcoba
jueves, 2 de mayo de 2024, 09:08 h (CET)

La manipulación sin escrúpulos está a la orden del día, en muchos países. Siempre lo ha estado, pero de un tiempo a esta parte, todo se mueve bajo un control interesado, debilitando la vida democrática y censurando, tanto a ciudadanos como a instituciones. No sólo se rompen vínculos, también se quiebra la libre comunicación, con lenguajes corrompidos, que suelen dejarnos en el escándalo permanente. Desde luego, la capacidad destructiva de esta atmósfera malvada, vestida de supremacía y revestida de opresión, es dictatorial y nos está dejando la fibra vivencial empedrada de odio. De ahí, lo importante que es tomar la concienciación sobre todos los aspectos existenciales de las diversas situaciones, para enhebrar sociedades más moderadas y éticas.


Sea como fuere, nos viene saludable a todos, que la libre circulación de ideas por medio de la palabra y de la imagen, se sustenten y nos sostengan, con lenguajes claros y pulsos verdaderos. Las grandes potencias, como tales, tienen que abrirse a la multitud y reabrirse, haciéndolo corazón a corazón. De lo contrario, encerrados y sin contemplación alguna, es fácil caer en un antropocentrismo soberbio, posicionándonos como dominadores absolutos, en lugar de ser servidores unos de otros y custodios de la vida. Endiosados, nos volvemos injustos y nuestra forma de proceder arruina las relaciones humanas; puesto que, nos envenena, con la auto-exaltación. Este engreimiento además contamina el innato sentimiento de fraternidad que, en cambio, debería tener otro pentagrama musical de modestia.


Al igual que cada comunidad desarrolla sus propios códigos lingüísticos y expresiones, enriqueciendo de este modo la diversidad de los vocablos, asimismo tenemos que alentarnos y alimentarnos de ese manantial precioso de valores humanos y anímicos que es lo que verdaderamente contribuye a un desarrollo universal, que nos aleja de la muerte y de la destrucción que dominan el día, mientras persisten las segmentaciones entre los Estados. Sin duda, hoy más que nunca, se requiere poner en acción el espíritu de solidaridad, la acción generosa, separada de toda mira de expansión económica, así como de toda dominación política. El tanto tienes/tanto vales, hay que desecharlo y elogiar otras energías menos materialistas y más morales.


Cuántas civilizaciones y dominaciones han surgido, florecido y después han caído. En fin, todo tiene presente y pasado. Sin embargo, el futuro es nuestro y debemos trabajarlo, cada cual consigo mismo, en un deseo de contribuir a la construcción del bien colectivo, poniendo fin al derramamiento de sangre, con la reconstrucción de otro mundo más hermanado. Pasemos página, pues. Hoy somos testigo de cómo el resentimiento se reproduce y produce a una velocidad alarmante. Su dominación está en internet, que ha pasado de los márgenes a ser corriente dominante. Jamás nos callemos, ni tampoco seamos tolerantes con la intolerancia. El despotismo nos deja sin hoja de servicio y esto es nefasto para toda la humanidad.


Hemos venido a donarnos, no a enriquecernos de materialidad, dejando nuestro interior lleno de esclavitudes. Son las nuevas formas de deshumanizarnos por completo. Nos envuelve una colonización cultural déspota, donde todo se impone y nada se propone, aunque para ello tengamos que utilizar la violencia. Ya no se hace autocrítica, piensan por nosotros, nos manipulan hasta el extremo de dejarnos vacíos, sin deseos de búsqueda ni de lucha por la justicia. Bajo este contexto, envenenado por los abusos permanentes y las supremacías del ordeno y mando, tenemos que ser capaces de recuperar la dignidad. Necesitamos, por tanto, mantener la llama viva de la sana voluntad en un mundo global, donde todo nos afecta a todos. En cualquier caso, la venganza no resuelve nada.

Noticias relacionadas

A menudo, en el tejido invisible de las familias, existe una figura discreta, la persona que, durante años, se ha dedicado a cuidar de todos, postergando sus propios sueños, su salud y su bienestar. Mientras otros miembros del entorno familiar elegían vivir sus propias vidas, sin asumir responsabilidades, esta figura silenciosa sostenía a los demás, día tras día, sin pedir nada a cambio.

Pese a la tendencia dominante dirigida al lavado de cerebro colectivo, alentado por la animada sociedad del espectáculo que se impone en esta colonia del imperio USA, que aspira inútilmente a ser un imperio y se queda por el camino, afectada por el peso de la burocracia, este fin de semana ha facilitado temas que pudieran servir de motivo para la reflexión ciudadana, en el supuesto de que fuera posible.

¿No somos nosotros los que sufragamos la riqueza de las élites progres? ¿No son los ciudadanos los que compran cada vez más caros los productos que ofrecen las grandes corporaciones y multinacionales? ¿No son los ciudadanos los que deben soportar el recorte presupuestario y el descenso de calidad de los servicios públicos?

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto