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Relato breve

‘Freak’

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I


Con justa razón se dice que vivimos en una “realidad” sumamente reducida, recreación de la “verdadera” realidad, imposible de captar a través de nuestros limitados sentidos y la serie de prejuicios mentales que cada quien arrastra consigo.


El mundo que habitamos es tan complejo y caótico que, nuestra mente hace una síntesis del mismo, luego una recreación para, posteriormente, interactuar con el resultado.


No es exagerado afirmar que hacemos nuestra vida en una especie de simulación construida por nuestras creencias, el entorno, el camino personal, el momento histórico y la afinación de nuestro ser para contrastar todo esto con nuestro universo íntimo y hacer una meta lectura más allá de las formas.


Nada más cercano a todo esto que la alegoría de la caverna contenida en el Libro VII de la República escrita por Platón.


II


Nueve de la noche, el tiempo pasa tan lento que la prisa de las primeras horas del día contrasta con el caminar de tortuga de las manecillas del reloj colgado en la descascarada pared.


—¡Por Luzbel!, ¿cuánto más estaré encerrado en esta oscura testa, en este cuerpo ajeno y atado a estas ropas que nada tienen que ver conmigo? ¡Un poco de oxígeno, por favooor!


III


Treinta minutos después de las veintiuna horas. Todo corre de prisa menos ahí, en aquel lugar del cual la voz se queja amargamente:


—¡Yaaaaa, luz, por favooooor!


El palpitar del corazón acelerado denota que el punto de confluencia está próximo, tan cercano como treinta metros a media luz.


Quizá la luz mortecina en realidad son haces proyectados del exterior al seno cavernoso.


IV


Cinco minutos antes de las veintidós horas y los segundos parecen brazos elásticos de un superhéroe extraído de cierto cómic.


Al fondo una voz lejana proyectada por altoparlante apenas alcanza a entenderse: …amadaaa!


—¡Ancestrales espíritus vengan a mí, por el poder que me ha sido conferido, por la fuerza acumulada de las sombras…!


V


Veintidós horas, Mónica Tovar suelta los últimos cabos de los personajes contenidos en sus Cuentos para no dormir – Teatro Freak, la tercera llamada ha sido lanzada.


Ella se oculta, los personajes de Edgar Allan Poe y demás autores oscuros toman la escena.


VI


Tres de la madrugada, la adrenalina sigue haciendo de las suyas.


Las voces reniegan, pero son disciplinadas, ya falta menos para la siguiente función.


VII


El paréntesis de esa realidad nos muestra los límites de la nuestra, la propia. Ella lo sabe.


Feliz cumpleaños, estimada Mónica Tovar.

‘Freak’

Relato breve
Abel Pérez Rojas
lunes, 11 de marzo de 2024, 10:44 h (CET)

I


Con justa razón se dice que vivimos en una “realidad” sumamente reducida, recreación de la “verdadera” realidad, imposible de captar a través de nuestros limitados sentidos y la serie de prejuicios mentales que cada quien arrastra consigo.


El mundo que habitamos es tan complejo y caótico que, nuestra mente hace una síntesis del mismo, luego una recreación para, posteriormente, interactuar con el resultado.


No es exagerado afirmar que hacemos nuestra vida en una especie de simulación construida por nuestras creencias, el entorno, el camino personal, el momento histórico y la afinación de nuestro ser para contrastar todo esto con nuestro universo íntimo y hacer una meta lectura más allá de las formas.


Nada más cercano a todo esto que la alegoría de la caverna contenida en el Libro VII de la República escrita por Platón.


II


Nueve de la noche, el tiempo pasa tan lento que la prisa de las primeras horas del día contrasta con el caminar de tortuga de las manecillas del reloj colgado en la descascarada pared.


—¡Por Luzbel!, ¿cuánto más estaré encerrado en esta oscura testa, en este cuerpo ajeno y atado a estas ropas que nada tienen que ver conmigo? ¡Un poco de oxígeno, por favooor!


III


Treinta minutos después de las veintiuna horas. Todo corre de prisa menos ahí, en aquel lugar del cual la voz se queja amargamente:


—¡Yaaaaa, luz, por favooooor!


El palpitar del corazón acelerado denota que el punto de confluencia está próximo, tan cercano como treinta metros a media luz.


Quizá la luz mortecina en realidad son haces proyectados del exterior al seno cavernoso.


IV


Cinco minutos antes de las veintidós horas y los segundos parecen brazos elásticos de un superhéroe extraído de cierto cómic.


Al fondo una voz lejana proyectada por altoparlante apenas alcanza a entenderse: …amadaaa!


—¡Ancestrales espíritus vengan a mí, por el poder que me ha sido conferido, por la fuerza acumulada de las sombras…!


V


Veintidós horas, Mónica Tovar suelta los últimos cabos de los personajes contenidos en sus Cuentos para no dormir – Teatro Freak, la tercera llamada ha sido lanzada.


Ella se oculta, los personajes de Edgar Allan Poe y demás autores oscuros toman la escena.


VI


Tres de la madrugada, la adrenalina sigue haciendo de las suyas.


Las voces reniegan, pero son disciplinadas, ya falta menos para la siguiente función.


VII


El paréntesis de esa realidad nos muestra los límites de la nuestra, la propia. Ella lo sabe.


Feliz cumpleaños, estimada Mónica Tovar.

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