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Recuerda bien los brazos de tu madre,
que con ternura mecieron tus llantos,
y te salvaron de muchos quebrantos
en dulce convergencia con tu padre.
Si en tu vida hay algo que no cuadre,
intenta recordar aquellos cantos,
con los que te alejaban los espantos
para evitar entrar en un desmadre.
Y fueron eficaces valedores,
de hacerte un alma grande con la suya
y mostrarte del mundo los colores.
No olvides, pues, a tus progenitores,
que con sus vidas forjaron la tuya
colmándote de amor, con sus amores.
“Yo nací entre los hombres, y entre las mujeres. Entre los humanos. Pero no me sentía como ellos. Sabía que existía algo superior a todo lo que veía. Un día hallé esta historia, la historia más ocultada, deformada, falseada y burlada -y a la vez la más colosalmente hermosa y violenta- que ha existido en esta tierra. La historia de los animales sometidos y esclavizados por los humanos en las sociedades modernas y antiguas. Entonces supe quién era entre todos ellos, qué tenía que decir, y qué hacer. Y comencé por detallar los holocaustos.
Editorial Leviatán, de Buenos Aires, publicó recientemente una nueva entrega del autor local, que se suma a la extensa trayectoria en el género que acredita Revagliatti desde su inicial Obras completas en verso hasta acá, de 1988. Uno de los poetas argentinos más originales, de más vasta producción y más traducido a otras lenguas de la generación de los 80.
Las manecillas del reloj regresaron al mismo punto por el que transitaron ayer, el calendario está en la misma fecha, situación irrepetible por siempre en la nomenclatura gregoriana. Frente a la ventana, ella pierde su mirada en el infinito, una maleta de cuero café depositada en el piso está a su costado.
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