Hace unos días mientras hojeaba una revista sobre algunas investigaciones psicológicas me encontraba con las reflexiones de Glenn Geher profesor de Psicología Evolutiva de la Universidad del estado de Nueva York. El Profesor Geher nos plantea que podemos interpetrar todas esas cosas que nos suceden en la vida a través de las teorías evolutivas, lo que nos permite explicar y solucionar los diferentes problemas de la vida cotidiana.
Bajo esta perspectiva entendemos que la vida es una carrera por la supervivencia, así en esta sociedad en la que vivimos, sucede que las personas que mejor se adaptan a los nuevos cambios sociales son los más fuertes y las que mayor bienestar y felicidad experimentan. Estas capacidades y habilidades van quedándose impresas en nuestros genes y las trasladamos de unas generaciones a otras. Pero todo esto se ve reforzado con esa información que trasladamos a través de nuestros memes, esa información que transmite nuestra cultura.
El profesor Glenn Geher explica que el ser humano es un mono comunal, por esa razón potenciamos la vida en comunidades, compartiendo espacios con familiares, amigos, conocidos y otras personas de nuestra especie, lo que nos ayuda a sentirnos mejor, es una característica que nos hace humanos, ya que en nuestra vida hemos evolucionado para trabajar juntos, para construir comunidades que trabajan hacia metas comunes.
Todo ello se ve reforzado por esa necesidad evolutiva de acompañar a personas a lo largo de su proceso educativo. En nuestra vida hemos jugado el papel de ser entrenadores de futuras generaciones y lo experimentamos como esos momentos en la vida que generan efectos positivos de tu trabajo sobre las futuras generaciones.
Otro de los aspectos que según los trabajos de la psicología evolutiva positiva que nos aporta el profesor Geher es la gratitud. La entendemos como ese reconocimiento hacia el esfuerzo y el tiempo que dedican los demás hacia las otras personas. Lo mismo sucede con el perdón que nos ayuda a gestionar nuestra vida social ya que nos permite gestionar nuestras transgresiones para con los demás, eso nos ayuda a potenciar nuestras relaciones positivas, lo que sin duda repercute directamente sobre nuestro bienestar psicológico.
Es curioso observar esa tendencia que tenemos a aislarnos de los demás y recluirnos en la oscuridad de nuestra casa o nuestra habitación cuando las cosas no van del todo bien, ese papel de resguardarse que jugaban nuestros antepasados cuando huían del peligro. Sin embargo entendemos que la naturaleza y el poder experimentarla nos afectan a nivel físico y mental de manera positiva, aumentando nuestra felicidad y potenciando nuestro crecimiento personal y social.