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Veo en la fachada del Ayuntamiento de Santander, un letrero que dice: “Santander con la paz”. Por supuesto que todo el mundo quiere la paz, la ausencia de violencia, pero ¿HAY ALGO MAS VIOLENTO QUE UN ABORTO?
La criatura que está en el vientre de su madre, que es el santuario de la vida, ve aterrorizado como el bisturí o el acido destructivo avanzan contra el, y así resulta que el santuario de la vida se ha convertido EN EL CORREDOR DE LA MUERTE.
Está sociedad hipócrita y farisaica presumen de democracia, de libertad, de paz y cometen los crímenes más abominables como es el aborto, del ser más inocente he indefenso. Pregunto al Ayuntamiento: ¿Cómo califican al aborto? ¿Por qué no ponen un letrero NO AL ABORTO.
Según los últimos datos, dentro de unos nueve años, en España, más de 23.000 personas tendrán más de 100 años de edad, casi el doble que en la actualidad. Esto significa que la esperanza de vida va en aumento, además de los avances científicos en relación con la salud, del mismo modo que los nacimientos bajan al 1,34 hijos por mujer.
Que la hojarasca electoral no nos ciegue. El verdadero peligro para nosotros -el 90% de los españoles- son los recortes que en 2024 Bruselas lanzará y atará a nuestros cuellos. Recortes que son continuidad -y producto- de unos recortes que jamás se fueron. Durante la pandemia se suspendieron las exigencias de reducción de deuda y déficit. Haberlas mantenido hubiera hundido el mercado europeo e incluso provocado la explosión de la UE.
Hoy quisiéramos invitar a nuestros lectores a adentrarnos en las oscuras profundidades de uno de los sentimientos más catastróficos que puede tener un ser humano: el remordimiento. No es casual que tomemos el poema de Borges como referencia literaria y filosófica para tratar de comprender un concepto que atraviesa la existencia de todo mortal que se ha dignado a intentar pensar.
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