Las contradicciones en las que han ido cayendo los socios radicales del Gobierno plantean la duda razonable de si el despropósito generado con la llamada ley del “solo sí es sí” ha sido fruto de la impericia e inmadurez política de unos cuantos, o si en realidad no son “efectos indeseados” de la Ley, como ha afirmado el Presidente Sánchez.
En cualquier caso, no parecen haber aprendido demasiado y con la aprobación de la “Ley Trans” corremos el riesgo de toparnos con un escenario similar. Alguna ministra ha asegurado, pienso que con curiosa sinceridad, que no han tenido en cuenta los posibles efectos adversos de la ley, ni si iba a colisionar en algún punto con la ley de violencia de género. Hay que tener en cuenta que no estamos ante un juego de niños.
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