El documento “El Dios fiel mantiene su alianza” sobre persona, familia y sociedad, presentado recientemente por la Conferencia Episcopal Española, recoge una atenta mirada a la familia como auténtico servicio al bien común que no debería pasar desapercibido, muy especialmente en tiempos en los que afronta tantos desafíos.
El documento recoge la rica tradición del magisterio eclesial más reciente para situar a la familia como auténtica iglesia doméstica y célula básica de la sociedad. La tarea educativa de la familia cristiana tiene sus raíces en la participación en la obra creadora de Dios y se convierte así en la primera escuela de las virtudes sociales y del más rico humanismo que todas las sociedades necesitan.
A nadie se le escapa, no obstante, que nuestro tiempo le presenta retos de enorme calado a la familia en general y, en particular, a las familias cristianas. Junto a las luces que presenta nuestra época, no se pueden esconder algunas tendencias muy preocupantes que muestran los efectos de una gran desvinculación a todos los niveles.
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