El intento de impedir el relevo en el poder que se ha producido en Brasil desgraciadamente no es un fenómeno aislado. Se cumplen dos años de algo muy parecido en Estados Unidos. Sin duda son fenómenos populistas. Pero a veces la expresión “populismo” es demasiado genérica. Estamos ante una cuestión institucional pero también antropológica.
Una democracia no se basa solo en procedimientos formales. Tiene su fundamento en una serie de certezas y evidencias que en estos momentos se diluyen. Se desdibujan los sujetos personales y sociales, desaparece la unidad en la pluralidad y no hay puntos firmes, de hecho, el respeto a la libertad pierde fuerza.
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