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Juan Antonio Narváez Sánchez, Madrid

Y ahora los deficientes mentales

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La humanidad se tambalea, por momentos parece que sucumbe. Y no es mero alarmismo o suposición sino la más patética realidad. El imperio del mal que está tratando de dominar el orbe ha iniciado un nuevo capítulo y página ahora para asesinar a los deficientes mentales (ya existe alguna nación donde el tema se está debatiendo). Naturalmente, todo ello con una soterrada campaña englobada en la cultura del engaño. Es el mismo planteamiento del divorcio, del aborto y de la eutanasia: presentar de manera dramática unos cuantos casos muy extremos para luego extenderlo y generalizarlo: Es el caso de algún país americano donde se está planteando el aborto para niñas de catorce años, naturalmente sin el consentimiento paterno.


Ahora los que estorban son los enfermos deficientes mentales. Ya se eliminaron los hospitales específicos para este tipo de afectados y en la actualidad se debate eliminar a tales personas porque son una carga inadmisible para los familiares y para la sociedad. Sobre todo, cuando la familia está siendo destruida y la sociedad se ha vuelto egoísta al máximo. ¿Quién se hace, pues, responsable de estos enfermos en situaciones extremas? La solución es suprimir estas vidas inútiles y molestas.

Ya no se habla apenas de los genocidios cometidos en el siglo pasado por la locura del nazismo y del comunismo. En parte porque el genocidio del aborto ha superado con creces el número de los otros y no interesa manejar cifras. 


La vida humana se ha convertido en un simple objeto que puede tirarse a la basura como tal. Y acentúa la gravedad el que todo esto es permitido gubernamentalmente en aras de la libertad, del bienestar y del progreso de los pueblos, y no es sino la cultura de la muerte que se ha apropiado de determinadas mentes humanas.

Y ahora los deficientes mentales

Juan Antonio Narváez Sánchez, Madrid
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jueves, 2 de febrero de 2023, 08:45 h (CET)

La humanidad se tambalea, por momentos parece que sucumbe. Y no es mero alarmismo o suposición sino la más patética realidad. El imperio del mal que está tratando de dominar el orbe ha iniciado un nuevo capítulo y página ahora para asesinar a los deficientes mentales (ya existe alguna nación donde el tema se está debatiendo). Naturalmente, todo ello con una soterrada campaña englobada en la cultura del engaño. Es el mismo planteamiento del divorcio, del aborto y de la eutanasia: presentar de manera dramática unos cuantos casos muy extremos para luego extenderlo y generalizarlo: Es el caso de algún país americano donde se está planteando el aborto para niñas de catorce años, naturalmente sin el consentimiento paterno.


Ahora los que estorban son los enfermos deficientes mentales. Ya se eliminaron los hospitales específicos para este tipo de afectados y en la actualidad se debate eliminar a tales personas porque son una carga inadmisible para los familiares y para la sociedad. Sobre todo, cuando la familia está siendo destruida y la sociedad se ha vuelto egoísta al máximo. ¿Quién se hace, pues, responsable de estos enfermos en situaciones extremas? La solución es suprimir estas vidas inútiles y molestas.

Ya no se habla apenas de los genocidios cometidos en el siglo pasado por la locura del nazismo y del comunismo. En parte porque el genocidio del aborto ha superado con creces el número de los otros y no interesa manejar cifras. 


La vida humana se ha convertido en un simple objeto que puede tirarse a la basura como tal. Y acentúa la gravedad el que todo esto es permitido gubernamentalmente en aras de la libertad, del bienestar y del progreso de los pueblos, y no es sino la cultura de la muerte que se ha apropiado de determinadas mentes humanas.

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