| ||||||||||||||||||||||
| ||||||||||||||||||||||
|
|
Después de los duros años del Covid, las celebraciones multitudinarias por la Navidad han vuelto a Belén y Jerusalén, así como las visitas organizadas a Tierra Santa. Esas celebraciones y visitas han coincidido con la formación de un nuevo Gobierno en Israel presidido por Netanyahu con el apoyo de partidos de extrema derecha y ultraortodoxos. Israel, que en su fundación fue un Estado claramente aconfesional, camina de forma preocupante hacia la eliminación de la separación entre la Religión y el Estado. Esperemos que no vaya a más.
Este es el truco, ardid y añagaza de la que se valen algunos niños caprichosos, cuando no consiguen lo que quieren. Ante esta amenaza, que solo es un farol, los familiares, abuelos, padres y algún que otro pariente, muerden el anzuelo aun sabiéndolo, y corren solícitos, obsequiosos y, apresuradamente le proporcionan al niño lo que desea.
Aquellos que podemos hablar con soltura del mundo de mediados del siglo XX, nos encontramos a menudo con “amigos” que te dicen sin recato: ¡Qué bien te encuentras! Tate; estás hecho una birria y eres otra de las victimas del edadismo. Ese tipo de persecución que sufrimos los que no jugamos al tenis a diario y que repetimos un par de veces las mismas cosas.
Estoy de acuerdo con la crítica “motivada”, “razonada”, “justificada”. El señor Zapatero, expresidente de España, cuya cualidad destacada, por ese motivo, debería ser la prudencia, la ecuanimidad y jamás, pienso yo, el azuzar la calle, el empujar ideológicamente al pueblo y arrastrarnos al enfrentamiento.
|