Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Rusia | Guerra | Irene Montero | Elecciones / Italia | Giorgia Meloni | Temas | ACTUALIDAD

Dios, patria y familia

"El mundo occidental se está convirtiendo en un rincón provinciano del planeta"
Jorge Hernández Mollar
lunes, 3 de octubre de 2022, 09:15 h (CET)

Decía nuestro insigne poeta y premio nacional de literatura Manuel Alcántara que “escribir es llorar y consolarse”. Reconozco que hay días que al escribir esta columna, siento la misma necesidad ante acontecimientos como los que han sucedido a lo largo de esta semana.


Ha sido el caso, por ejemplo, de la despedida de Roger Federer y las desconsoladas lágrimas que ha derramado junto a su gran amigo Rafa Nadal. ¡Qué canto a la amistad tan entrañable…! 


No ha sido menor el desaliento que me ha producido contemplar en pleno siglo XXI, las imágenes del reclutamiento de tropas en Rusia, similar al de las levas de los regímenes feudales. La masiva estampida de los jóvenes rusos y sus familias  a otros países fronterizos huyendo de la guerra, es una dramática foto del daño irreparable que Putin está infringiendo a Europa y a su propio país. 


Por si no fuera suficiente todo esto, la ultrafeminista ministra Irene Montero nos ha escandalizado, una vez más, con sus febriles y disparatadas elucubraciones sexuales sobre los niños y niñas. Menos mal que la Conferencia Episcopal Española ha sabido ”interpretarla.”


Pero ha sido Italia, un país europeo y mediterráneo muy cercano y querido para los españoles, quien ha centrado estos días la atención informativa. Nuestros amigos italianos  han desatado todo un tsunami de alarmas y prevenciones por la victoria electoralque han proporcionado a Giorgia Meloni. A ella le corresponde junto a Silvio Berlusconi y Matteo Salvini, viejos y conocidos políticos europeos, formar un gobierno representativo de“todo” el espectro de la derecha italiana.


Tres palabras, Dios, patria y familia, han revuelto las tripas de esta nueva izquierda progresista y de género que se han aprestado a calificar de extrema derecha o ultraderecha a la futura primera ministra y a su coalición porque ponen en riesgo los “valores” de la UE, entendiendo como tales el derecho al aborto, la eutanasia, el matrimonio de los homosexuales o la inmigración sin límites.


¿Qué dirían hoy Alcide de Gasperio Altiero Spinelli, padres fundadores de la Unión Europea?

No seré yo el que se atreva a adentrarme en el intrincado escenario de la política italiana. Pero si creer en Dios, amar a la patria o defender a la familia es incompatible con la democracia, la libertad y el desarrollo, la pregunta inmediata cae por su peso: ¿quo vadis Europa? La respuesta quizás está en unas palabras que Alexander Solzhenitsyn, Premio Nobel de Literatura, pronunció en el Parlamento Europeo el 27 de septiembre de 1975 en una Conferencia de los Pueblos Esclavizados por el Comunismo: “El mundo occidental, todavía sin derrumbarse en su asentada soberbia, no se da cuenta de cómo desciende progresivamente todos los escalones de la fuerza real y de la influencia intelectual, ni cómo se está convirtiendo en un rincón provinciano del planeta”.

Noticias relacionadas

El ser humano no viene al mundo para vegetar y dejar pasar el tiempo. Lo propio de cada persona es precisamente sacar lo mejor de sí misma, en todos los sentidos. Desde el surgimiento de la especie humana y la conciencia, los hombres y mujeres se han enfrentado a obstáculos de todo tipo: la lucha contra la naturaleza, la enfermedad, la incertidumbre, la injusticia, la fugacidad del tiempo, etc. La existencia humana está llena de retos.

Entendida la política como el mejor gobierno de las masas geográficamente localizadas, al objeto de mejorarlas material y espiritualmente, utilizando la racionalidad como soporte, resulta que ha quedado reconducida al plano especulativo, cuando es una cuestión fundamental llevada en armonía con la naturaleza humana.

No somos los humanos tan diversos como pueda parecer, sino mucho más iguales de lo que suponemos. De hecho, nos mueven las mismas pasiones o emociones, tal vez con matices en cuanto al peso de cada una de ellas en nuestros actos y decisiones, pero siendo, al fin y al cabo, pasiones idénticas.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto