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Vivo la tragedia
del ataque constante,
la tormenta incesante
de las miradas de rabia.
Vivo la pena de no verla a ella,
a “la humanidad”,
vivo, pero cuesta
sus noches de lágrimas
y de insomnio.
He ahí la causa,
yo soy como el sol
y ellos son la sombra,
yo estoy cerca de Dios
y ellos piensan que no existe.
Y mis ojos se fijarán en lo horrible
de los días que pasan
todos son iguales,
inhumanos y privados de la
belleza espiritual.
Hablo de la bondad
que se perdió hace ya tanto,
hoy sueño con ella,
como si aún existiese
alguna posibilidad de recuperarla.
En el mundo de la Cultura de las Artes así actúan muchos, sin sustento de base. Anochecía cuando llegó el tren, empero, el tren pudo haber llegado mucho antes. La verdad era que se había retrasado horas y aún no se sabía por qué. Era una conversación frívola, con intercambio de chismes sobre amistades del vecindario.
En su nuevo libro, el reputado economista Juan Torres López los analiza como expresiones de una crisis del capitalismo neoliberal que, ante la desorientación y la impotencia de la izquierda contemporánea, choca con la democracia y alimenta el auge de la extrema derecha.
A Mercedes Isabel: A mi edad, me pregunto, sin pretender escribir los versos mas triste esta tarde. Como olvidarte, flor de mi vida. Desventurado sería, no haberte tenido.
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