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Salir de la zona de confort y tener éxito

César Piqueras
lunes, 16 de noviembre de 2015, 23:00 h (CET)
Buenos días, ¿Cómo estás? es lunes y empezamos otra semana. Espero y deseo que disfrutes mucho de este día. La semana pasada estuvo llena de proyectos, reuniones y tareas, y, entre otras muchas cosas, recordé lo importante que es salir de la zona de confort para poder seguir avanzando. En este post te explico algunos detalles sobre temas que podrías empezar a considerar.

A mi no me gusta nada salir de la zona de confort. A estas alturas merece la pena que sea honesto contigo y mentiría si te dijera que soy uno de esos tipos que siempre está probando cosas nuevas, arriesgando, etcétera. Está de moda salir de la zona de confort, pero confieso que a mi me gusta la comodidad e incluso la monotonía… Mi fin de semana más prometedor ha sido este último, no salir de casa en dos días, más que para ir a recibir un masaje (mi espalda sufre las consecuencias de la hiperproductividad) y para ir al gimnasio. El resto del tiempo estar con Belén, sofá, libros, series, cocinar…

De todos modos, se trata de tener cierta perspectiva con este tema. Si nunca saliera de la zona de confort no habría avanzado mucho en los últimos años. Si estuviera todo el tiempo fuera de la misma, mi sensación de bienestar no sería la que es.

Como todo en esta vida, es el equilibrio entre opuestos el que determina el punto exacto.

Con el tiempo he aprendido algunas cosas, sin embargo, sobre esta idea de la zona de confort y quería transmitírtelas.

Beneficios e inconvenientes de salir de la zona de confort
Para mi no es lo mismo una semana “Casa de Locos”, que una semana “Martini” que una semana “Caracol”… Cada una tiene sus complejidades. Especialmente la semana “Casa de locos” suele ser la que más hace que me estire y salga de mi zona de confort. Si quieres saber más sobre esta terminología tan rara, aquí puedes ver los 4 tipos de semana made in César Piqueras.

La semana pasada tuvo mucho de eso, varios proyectos nuevos y una agenda muy saturada. En estas semanas noto que, como si fuera un atleta, mi capacidad pulmonar se ensancha, mi mente puede ir un poco más rápido, mi confianza va en aumento. Por el simple hecho, de estar entrenando al límite. Estos serían los números:

Número de proyectos nuevos: 2.
Número de reuniones con clientes: 4
Número de horas de formación: 4
Número de sesiones individuales de coaching ejecutivo o mentoring: 25
Número de conferencias: 2
Número de nuevos artículos de este blog: 5.

Esto hace que muchos días el día empezara a las 6:00a.m en Barcelona y finalizara a las 22:00 en Valencia, con un agenda de lo más divertida entre medias.

Uno no siempre tiene que estar saliendo de la zona de confort, no sería saludable para ti, pero cuando lo haces tu capacidad aumenta. Te estiras, te desafías a ti mismo/a y por lo tanto, acabas mejorando. Existen algunas consecuencias eso sí, estrés, incomodidad, inseguridad, tensión, etcétera. En 8 años haciendo esto nunca he tenido la sensación de meter la pata o hacer algo de forma equivocada, pero sí que es cierto que cada proyecto lo empiezo con el máximo respeto, como un principiante que no quiere olvidarse de nada, y por lo tanto con la alerta mental y tensión necesaria.

Te recomiendo que te pongas a prueba, que lo intentes. Sal de tu zona de confort, creo que te vendrá bien.

Es posible que pienses que tu trabajo no te lo permite, ¿seguro?

También es posible que no te apetezca salir de la zona de confort en tu trabajo, ¿por qué motivo deberías de hacerlo?

También es posible que tu trabajo no te apasione, que te desmotive.

También es posible que este artículo no sea para ti.

Salir de la zona de confort no es más que una actitud ante la vida, es arriesgarse unas cuantas veces con la intención de ensanchar el alma, de apuntar a las estrellas para acabar saltando un poco más alto.

Cuando decidiste besar por primera vez a tu chica/o, saliste de tu zona de confort,
Cuando dijiste “¡ya está bien!” también saliste de tu zona de confort,
Cuando te expusiste ante los demás por una causa justa, también lo hiciste.


Has salido muchas veces de tu zona de confort, el músculo lo tienes entrenado. No dejes que se atrofie.

Si no lo haces en el terreno laboral, al menos podrías intentarlo en el terreno personal. Hacer ese viaje en solitario, empezar esas clases de guitarra española, visitar ese lugar, cumplir esa promesa incómoda que hicíste a tus hijos, apuntarte (e ir) al gimnasio de la esquina, meditar cada día, dejar de comer tantos azúcares, reservar ese viaje para ti y tu pareja… Hay tantas cosas que te gustaría hacer…

Creo que lo de la zona de confort es una actitud ante la vida. No una actitud desmesurada de riesgo, sino una actitud meditada y valiente, en la que uno se pone al borde del precipicio de vez en cuando, salta y descubre que tenía unas estupendas alas con las que poder volar.

Te invito a llevar una vida cómoda, al fin y al cabo la felicidad y el bienestar es lo que cuenta. Pero no olvides que hay ciertos tesoros que no encontrarás en la puerta de tu casa. Arriesga de vez en cuando, descubre al héroe/heroína que vive en ti y no dejes de mirar al horizonte, y de salir de viaje hacia nuevos territorios.

Que tengas una semana estupenda.

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