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Se trata de un modelo que desprestigia valores como el mérito, el trabajo y la tradición, hablamos del Decreto de Bachillerato que el Gobierno quiere imponer. Creo importante tener en cuenta que los alumnos serán los primeros perjudicados porque compromete su vida profesional, favorece la desventaja social de quienes menos posibilidades económicas tienen, dificulta la movilidad de los estudiantes españoles, y desincentiva la motivación de los docentes y sus ansias de formarse para ser excelentes.
Nuestros vecinos franceses desandaron ese camino hace dieciocho años, pero el gobierno Sánchez prefiere un experimento del que ya se conoce el resultado: fracaso, frustración y jóvenes sin capacitación para cultivar mediante el trabajo su autonomía, al menos en amplios sectores sociales. Parece que los que puedan pagar otro modelo educativo, o estudiar fuera de nuestras fronteras, no tendrán de qué preocuparse.
En una cultura ética repleta de principios atávicos no superados pareciera que la reprobación moral de la familia no venciese la idea de otredad al entender la primera como un espacio colonizado y externo a cualquier realidad por escatológica que resultase. El tacticismo político usa de forma sombría este tipo de herencias sociales para definir las fronteras entre lo posible y no posible.
El sistema dominante o establishment estadounidense utilizaría la dictadura invisible del consumismo compulsivo de bienes materiales para anular los ideales del individuo primigenio y conformar una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable mediante las técnicas de manipulación de masas.
Nosotros, hombres sencillos, de difícil discurso, sólo tenemos claro varios términos muy simples: TIMO, ENGAÑO, MENTIRA, REALIDAD y VERDAD. Académicamente hay conceptos que se definen de tal forma que parecen lo que no son o son lo que no parecen... SÓLO UNA BUENA EDUCACIÓN ACLARA CADA SIGNIFICADO.
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