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Opinión
Etiquetas | Hablemos sin tapujos | Europa | España | Unión Europea | China | EEUU
Es el problema endémico de Europa, que se ha acostumbrado a que sean los otros, preferentemente los EEUU, quienes cuando pintan bastos les saquen las castañas del fuego

Los adelantos informáticos y modernas tecnologías, acercan China a Europa

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Los europeos hace años que perdimos el control del mundo y, además, lo hicimos por méritos propios, por codicia, ambición, egoísmo y falta de empatía con aquellos pueblos que, de alguna forma, estuvieron supeditados al dominio de nuestras respectivas naciones. España, Alemania, Gran Bretaña y Francia sin olvidarnos de Portugal, fueron las grandes naciones colonizadores tanto del continente americano como de las naciones asiáticas o las agrestes y productivas colonias africanas. 


El empeño en trasladar la riqueza, los productos, las materias primas y, en lo que fue el colmo de la barbarie de aquellos colonizadores, la trata humana, el esclavismo y tráfico de seres humanos a los que se los consideraba como seres inferiores, carentes de derechos y supeditados ala voluntad absoluta de sus amos con potestad para disponer a su antojo de sus vidas.


Aunque aquellos extremos ya han quedado felizmente superados por los cambios de las costumbres y por el progreso con la superación de aquellas mentalidades obtusas de nuestros antecesores, no se puede decir que la descolonización, a veces pactada, en ocasiones consecuencia de graves enfrentamientos y matanzas o, simplemente, por la inercia de los tiempos que convirtieron la explotación de aquellas apetecibles regiones en un suculento bocado que, paradójicamente, con el tiempo, ha dejado de serlo o se han agotado aquellos productos que los hacíantan deseados; haya sido un modelo de fair playpor parte de aquellas potencias colonialistas que, en la mayoría de casos, se han resistido todo lo posible antes de conceder la independencia a aquellos territorios que estuvieron bajo su poder.


Ahora Europa está sometida a diversas tendencias políticas, empezando por España que está entrando en un proceso revolucionario, bajo el mandato de un gobierno filo-comunista; que ponen en duda la propia existencia de la UE, un proyecto que prometía ser el principio de una potencia supranacional capaz de  tener su propia constitución, su ejército, sus leyes comunes  y su proyección, como potencia económica capaz de tratar de tú a tú a grandes potencias como los EE.UU, Rusia, China y las emergentes como la India, Japón, Corea del Sur o Australia, el gran estado del  océano Pacífico convertido, en virtud de la geopolítica, en uno de los bastiones militares, apoyado por los EE.UU y Gran Bretaña que han firmado un acuerdo, Aukus, de venta de submarinos nucleares para contrarrestar la influencia, cada vez mayor, de la república China, como potencia mundial en aquella zona.


Lo curioso es que no parece que esta Europa que, sin duda, ha perdido su papel estratégico como aliado de EE.UU, tenga una conciencia clara de que ya no estamos en aquel mundo arcaico, en el que las noticias que nos llegaban de aquel gigante asiático tardaban días, semanas e incluso meses en ser recibidas por nuestros medios de comunicación y que, la lejanía geográfica existente, nos hacía pensar que cualquier problema que pudiera venir de aquella zona asiática, sería fácilmente previsible y habría todo el tiempo necesario para prevenirse contra sus efectos dañinos. 


Es el problema endémico de Europa, que se ha acostumbrado a que sean los otros, preferentemente los EE. UU, quienes cuando pintan bastos les saquen las castañas del fuego. Ocurrió en ambas guerras mundiales y sigue ocurriendo en las diversas ocasiones en las que Rusia se ha querido pasar en sus ansias de dominar Europa y, recientemente, en el caso de la retirada de las fuerzas americanas de Afganistán, seguida inmediatamente por todos los que, de una manera u otra, estaban colaborando militarmente en aquella nación.


Existe, y no parece que se vaya a tener en cuenta por los responsables de la política de la UE, la ineludible necesidad de que, el presupuesto militar de la NATO sea reforzado y potenciado su poderío militar para que no dependamos de terceras potencias cuando la seguridad, la integridad o el mismo ser de la UE puedan estar en peligro de recibir algún ataque por parte de potencias ajenas. 


Hasta ahora, el principal peligro que teníamos los europeos se debía a la superpotencia rusa que, desde que existe, no ha dejado, por todos los medios imaginables, de intentarentrar, subrepticiamente o mediante intentos de crear frentes populares en las distintas naciones de la UE, como ya sucedió en Francia de los años 30 o en la España de la II República, con el triunfo del Frente Popular en 1936.


No obstante, la inestabilidad de las fronteras del Este ha sido motivo, durante los últimos tiempos, de graves preocupaciones debidas a las consecuencias de las guerras que han tenido lugar en el Oriente Medio y en las actividades de los guerrilleros talibanes en Afganistán que han provocado grandes éxodos de migrantes hacia la zona europea.El islamismo y quienes practican esta religión se ha constituido, una vez más, en una de las amenazas para Europa que puede venir tanto por las fronteras orientales como, en el caso de nuestro país, a través de la frontera sur con África, desde nuestras ciudades de Ceuta y Melilla. Así y todo, no parece que quienes gobiernan dichas localidades sientan de verdad esta amenaza latente, en ocasiones apoyada desde Marruecos, cuando se permite incluir, en el calendario de festivos español, fiestas propias del islamismo, lo que supone que se permitan manifestaciones propias de los musulmanes, dentro mismo de los dos enclaves españoles más amenazados por el islamismo internacional.


Pero quizá no queramos admitir, no pensemos que, así como el Covid 19 nos llegó de China cuando nadie pensaba que esto pudiera ocurrir; nadie parece prever que los anuncios de grandes cohetes intercontinentales, que el dominio nuclear de la república china, que su formidable ejército y su marina, quizás la más dotada del mundo, nos puedan llegar a alcanzar si se produjera un conflicto armado entre los EE.UU y sus aliados y, en este caso, China decidiera extenderlo a Europa que, si nos atenemos a la debilidad de la NATO, hoy por hoy, no estaría en condiciones de repeler un ataque de la magnitud que está en condiciones de llevar a cabo la China comunista de Xi Jimping.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, puede resultar poco menos que un suicidio, desde el punto de vista militar, que las naciones que forman la UE sigan pensando que. los presupuestos para el rearme de la NATO, se sigan manteniendo en las cifras ridículas que actualmente se le dedican de los distintos presupuestos nacionales. 


Tenemos un punto que puede afectar de una manera determinante y es el hecho de que Alemania, una de las potencias militares europeas, acaba de celebrar elecciones y no está claro quienes de los aspirantes a gobernar el país estarían en condiciones de hacerlo y, en el caso de que sean los socialistas, con el apoyo de los verdes y liberales, los que consiguieran gobernar si, en su caso, estarían dispuestos a seguir poniendo mas aportación dineraria, más medios y más soldados en la defensa de Europa. Y, aunque fuera así, faltaría conocer del resto de naciones que forman la CE, cuales serían las que estarían dispuestas a aumentar su contribución y adecuar sus PGE para dotarlos de la partida destinada a esta colaboración y cuáles no.


La frase que hoy vamos a incluir se debe al político y científico don Práxedes Mateo Sagasta: “El regionalismo tiene una significación desde hace algún tiempo, que, a mí, sólo la palabra, me subleva los sentimientos de español. (…) El regionalismo ya no es sólo el cascabel de los que pretenden el despedazamiento de nuestra querida Patria, sino que es el cascabel de aquellos locos o malvados que pretenden renunciar a ella, separarse de ella.”

Los adelantos informáticos y modernas tecnologías, acercan China a Europa

Es el problema endémico de Europa, que se ha acostumbrado a que sean los otros, preferentemente los EEUU, quienes cuando pintan bastos les saquen las castañas del fuego
Miguel Massanet
viernes, 1 de octubre de 2021, 09:57 h (CET)

Los europeos hace años que perdimos el control del mundo y, además, lo hicimos por méritos propios, por codicia, ambición, egoísmo y falta de empatía con aquellos pueblos que, de alguna forma, estuvieron supeditados al dominio de nuestras respectivas naciones. España, Alemania, Gran Bretaña y Francia sin olvidarnos de Portugal, fueron las grandes naciones colonizadores tanto del continente americano como de las naciones asiáticas o las agrestes y productivas colonias africanas. 


El empeño en trasladar la riqueza, los productos, las materias primas y, en lo que fue el colmo de la barbarie de aquellos colonizadores, la trata humana, el esclavismo y tráfico de seres humanos a los que se los consideraba como seres inferiores, carentes de derechos y supeditados ala voluntad absoluta de sus amos con potestad para disponer a su antojo de sus vidas.


Aunque aquellos extremos ya han quedado felizmente superados por los cambios de las costumbres y por el progreso con la superación de aquellas mentalidades obtusas de nuestros antecesores, no se puede decir que la descolonización, a veces pactada, en ocasiones consecuencia de graves enfrentamientos y matanzas o, simplemente, por la inercia de los tiempos que convirtieron la explotación de aquellas apetecibles regiones en un suculento bocado que, paradójicamente, con el tiempo, ha dejado de serlo o se han agotado aquellos productos que los hacíantan deseados; haya sido un modelo de fair playpor parte de aquellas potencias colonialistas que, en la mayoría de casos, se han resistido todo lo posible antes de conceder la independencia a aquellos territorios que estuvieron bajo su poder.


Ahora Europa está sometida a diversas tendencias políticas, empezando por España que está entrando en un proceso revolucionario, bajo el mandato de un gobierno filo-comunista; que ponen en duda la propia existencia de la UE, un proyecto que prometía ser el principio de una potencia supranacional capaz de  tener su propia constitución, su ejército, sus leyes comunes  y su proyección, como potencia económica capaz de tratar de tú a tú a grandes potencias como los EE.UU, Rusia, China y las emergentes como la India, Japón, Corea del Sur o Australia, el gran estado del  océano Pacífico convertido, en virtud de la geopolítica, en uno de los bastiones militares, apoyado por los EE.UU y Gran Bretaña que han firmado un acuerdo, Aukus, de venta de submarinos nucleares para contrarrestar la influencia, cada vez mayor, de la república China, como potencia mundial en aquella zona.


Lo curioso es que no parece que esta Europa que, sin duda, ha perdido su papel estratégico como aliado de EE.UU, tenga una conciencia clara de que ya no estamos en aquel mundo arcaico, en el que las noticias que nos llegaban de aquel gigante asiático tardaban días, semanas e incluso meses en ser recibidas por nuestros medios de comunicación y que, la lejanía geográfica existente, nos hacía pensar que cualquier problema que pudiera venir de aquella zona asiática, sería fácilmente previsible y habría todo el tiempo necesario para prevenirse contra sus efectos dañinos. 


Es el problema endémico de Europa, que se ha acostumbrado a que sean los otros, preferentemente los EE. UU, quienes cuando pintan bastos les saquen las castañas del fuego. Ocurrió en ambas guerras mundiales y sigue ocurriendo en las diversas ocasiones en las que Rusia se ha querido pasar en sus ansias de dominar Europa y, recientemente, en el caso de la retirada de las fuerzas americanas de Afganistán, seguida inmediatamente por todos los que, de una manera u otra, estaban colaborando militarmente en aquella nación.


Existe, y no parece que se vaya a tener en cuenta por los responsables de la política de la UE, la ineludible necesidad de que, el presupuesto militar de la NATO sea reforzado y potenciado su poderío militar para que no dependamos de terceras potencias cuando la seguridad, la integridad o el mismo ser de la UE puedan estar en peligro de recibir algún ataque por parte de potencias ajenas. 


Hasta ahora, el principal peligro que teníamos los europeos se debía a la superpotencia rusa que, desde que existe, no ha dejado, por todos los medios imaginables, de intentarentrar, subrepticiamente o mediante intentos de crear frentes populares en las distintas naciones de la UE, como ya sucedió en Francia de los años 30 o en la España de la II República, con el triunfo del Frente Popular en 1936.


No obstante, la inestabilidad de las fronteras del Este ha sido motivo, durante los últimos tiempos, de graves preocupaciones debidas a las consecuencias de las guerras que han tenido lugar en el Oriente Medio y en las actividades de los guerrilleros talibanes en Afganistán que han provocado grandes éxodos de migrantes hacia la zona europea.El islamismo y quienes practican esta religión se ha constituido, una vez más, en una de las amenazas para Europa que puede venir tanto por las fronteras orientales como, en el caso de nuestro país, a través de la frontera sur con África, desde nuestras ciudades de Ceuta y Melilla. Así y todo, no parece que quienes gobiernan dichas localidades sientan de verdad esta amenaza latente, en ocasiones apoyada desde Marruecos, cuando se permite incluir, en el calendario de festivos español, fiestas propias del islamismo, lo que supone que se permitan manifestaciones propias de los musulmanes, dentro mismo de los dos enclaves españoles más amenazados por el islamismo internacional.


Pero quizá no queramos admitir, no pensemos que, así como el Covid 19 nos llegó de China cuando nadie pensaba que esto pudiera ocurrir; nadie parece prever que los anuncios de grandes cohetes intercontinentales, que el dominio nuclear de la república china, que su formidable ejército y su marina, quizás la más dotada del mundo, nos puedan llegar a alcanzar si se produjera un conflicto armado entre los EE.UU y sus aliados y, en este caso, China decidiera extenderlo a Europa que, si nos atenemos a la debilidad de la NATO, hoy por hoy, no estaría en condiciones de repeler un ataque de la magnitud que está en condiciones de llevar a cabo la China comunista de Xi Jimping.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, puede resultar poco menos que un suicidio, desde el punto de vista militar, que las naciones que forman la UE sigan pensando que. los presupuestos para el rearme de la NATO, se sigan manteniendo en las cifras ridículas que actualmente se le dedican de los distintos presupuestos nacionales. 


Tenemos un punto que puede afectar de una manera determinante y es el hecho de que Alemania, una de las potencias militares europeas, acaba de celebrar elecciones y no está claro quienes de los aspirantes a gobernar el país estarían en condiciones de hacerlo y, en el caso de que sean los socialistas, con el apoyo de los verdes y liberales, los que consiguieran gobernar si, en su caso, estarían dispuestos a seguir poniendo mas aportación dineraria, más medios y más soldados en la defensa de Europa. Y, aunque fuera así, faltaría conocer del resto de naciones que forman la CE, cuales serían las que estarían dispuestas a aumentar su contribución y adecuar sus PGE para dotarlos de la partida destinada a esta colaboración y cuáles no.


La frase que hoy vamos a incluir se debe al político y científico don Práxedes Mateo Sagasta: “El regionalismo tiene una significación desde hace algún tiempo, que, a mí, sólo la palabra, me subleva los sentimientos de español. (…) El regionalismo ya no es sólo el cascabel de los que pretenden el despedazamiento de nuestra querida Patria, sino que es el cascabel de aquellos locos o malvados que pretenden renunciar a ella, separarse de ella.”

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