Habrá que recuperar nuestros orígenes, pues sino, a la vista de la sociedad actual, vamos a ser engullidos en esta vorágine en que se ha convertido el mundo. España, aunque sus enemigos que también son enemigos de Dios, no lo quieran admitir, es católica y Satanás no podrá apartarnos del Amor de Dios, aunque seamos frágiles, vulnerables, pecadores.
San Pablo dice: ”Llevamos un Tesoro en vasijas de barro” y ¿Qué Tesoro es? La fe en Cristo, Hijo de Dios y Dios como su Padre, que asumió nuestra propia naturaleza para liberarnos de la esclavitud del pecado y abrirnos las puertas del cielo. Claro que somos frágiles la vasija de barro se rompe fácilmente, pero el Divino alfarero, aunque se rompa esa vasija en la cual llevamos ese Tesoro, no nos rechaza, todo lo contrario y así dice también San Pablo: “Donde abundó el pecado sobreabundo la Gracia. Y así esa vasija que se rompió debido a su fragilidad, vuelve a ser hecha por el Divino alfarero, más hermosa y luciente, la cubre con su barniz celestial y nos hace participar de la Vida Divina, y Dios no se cansa, aunque rompamos la frágil vasija El la vuelve a hacer de nuevo.
Esa fe que ha sido la que hizo de España una gran nación, escogida por Dios para ser la madre de muchas naciones, tiene que despertar de este sopor letal que nos invade. Hay que recuperar nuestra identidad y solo así, podrá haber paz, fraternidad, alegría, esperanza e ilusión, pues llevaremos en nuestro interior ese Tesoro que es la fe en Cristo Jesús, el Único que puede dar sentido a la persona humana y hacernos felices pues participamos de su propia Vida.
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