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El pobre “delincuente” independentista fue al día siguiente a su médico particular debido a fuertes dolores de cabeza y al runruneo constante de algo que dice ser su “conciencia"

Indulgencia plenaria...

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La Iglesia para conceder “indulgencia plenaria” impone tres condiciones: Confesión sacramental, Comunión eucarística y Rezar por las intenciones del Santo Padre.


Si por similitud trasladamos dichas imposiciones al área social de un Estado, las llamaríamos de la siguiente forma:


Reconocimiento del delito, Declaración de convivencia nacional y Proposición de respetar y defender la Constitución.


Si recorremos la historia social de Europa, veremos, también, que cada época tenía y defendía sus normas, sus métodos y sus correctivos: El circo, la muerte o el destierro; la mazmorra bárbara, la Inquisición, llamada Santa, la Monarquía absolutista, el despertar de las Democracias con sus códigos jurídicos y la separación de poderes.


Todo ello nos conduce a que no existe sociedad sin justicia. Concepto que cada época define y lleva a cabo según las circunstancias históricas.


Ni que decir tiene que, también, en todas y cada una de las épocas han existido tramposos de la legalidad. Realidad que, igualmente, la historia nos enseña que todos ellos acabaron donde la “justicia real” aparcaba a los mentirosos y aprovechados.


Ubicándonos en nuestra España, soldadura de muchos tiempos e ilusiones, nos encontramos que, como otras muchas cosas, el Gobiernos, sus adláteres y sus beneficiados quieren cambiar el concepto y contenido de INDULGENCIA PLENARIA SOCIAL.


Lo más sorprendente a nivel de calle es que, si fuéramos consecuentes con las “universitas”, deberíamos hacer una “pira” con todos los libros de DERECHO, penal, civil, administrativo, mercantil, laboral…. Digo sorprendente, porque estamos contemplando cómo, sin ningún rubor ético ni profesional, distintos “personajes”, políticos o politiqueros declaran que el “delito” es comprensible, que el “delito” es un “error”, que su reparación sin condiciones es suprimir la palabra venganza del Poder Judicial, (lo dicen juristas (¿)) ….


Ni los dioses del Olimpo eran tan magnánimos. Hay que reconocer a favor de estos nuevos “juristas de mercadillo” que, si algo aprendieron de aquellos dioses, es que eran, en ocasiones (muchas), “muy tramposillos” y actuaban en “beneficio de sus amiguetes o familiares”. Si recorriéramos la vida de los dioses griegos y romanos, quizás encontremos algún familiar de los actuales gobernantes de España.


Grave es delinquir, peor es prevaricar y mucho peor financiarse con la libertad, el trabajo, la economía y las ilusiones de TODOS.


Dicen las malas lenguas, yo creo que buenas, que hace poco fue a confesarse uno de esos encarcelados por 1-O. El secreto de confesión impide que nos enteremos del contenido de la misma pero da la casualidad que, como en los tiempos de fantasmas, alguna conciencia perdida se encontraba vagabundeando por los alrededores del confesonario, (no creo que fuera de la curia).


El pobre “delincuente”, independentista, fue al día siguiente a su médico particular (ya fuera de la cárcel, gracias a…), debido a fuertes dolores de cabeza y al runruneo constante de algo que dice ser su “conciencia”. El doctor le escuchó y, para mayor comprensión, le pidió que concretase más lo que decía oír.


¡Chavalote!, no te olvides de esos compañeros de cárcel. Son padres de familia, hijos necesitados por sus padres, jóvenes sin niñez…


¡Chavalote!, lo suyo SÍ que fue una equivocación, un “error”, como dice tu amiga la ministra, una necesidad de dar a los suyos lo que necesitaban…


 ¡Chavalote!, si, con tu conciencia a cuestas, admites TÚ INDULTO y no exiges el de todos esos que siguen detrás de sus rejas por mucho menos que tú… (¿)


¡Chavalote!, eres despreciable, humanamente indigno y sobre todo un HIPÓCRITA COBARDE… Tú no quieres una sociedad justa sino un paraíso personalizado y acuñado con el esfuerzo de los demás.


El doctor, posó la cabeza entre sus manos, rumió palabrejas sin nombre y comentó:


¿Quiere usted saber un diagnóstico de su estado?; creo que es, en principio y en final, muy sencillo:

Usted tiene una INSUFICIENCIA SOCIAL PREVADICADORA CON METÁSTASIS ORGÁNICA.


El tratamiento es muy sencillo:


Primero. IR TODOS LOS DÍAS A DAR UNA VUELTA POR LA CÁRCEL DONDE USTED Y SUS COMPINCHES HAN PASADO UNOS DÍAS DE VACACIONES.


Segundo. Preguntar a los enrejados lo que hicieron para estar tanto tiempo ahí.

Tercero. Ir al bar del Centro de Internamiento, pasar por el WC, mirarse al espejo y calificarse a usted mismo.


Gracias doctor… No esperaba de usted que….


-Comprendo, le contesta el doctor, usted, ustedes no saben lo que se aprende en este despacho, atendiendo a tantas y tantas conciencias desesperadas por ver las necesidades imperiosas de sus familias y observar, al mismo tiempo, como ustedes, bajo indulto prevaricador, viven mirando el horizonte de su “paraíso independentista”.


Por cierto, señor, tiene usted una CONCIENCIA MUY LISTA y si no es la suya, un FANTASMA de MATRÍCULA DE HONOR.

Indulgencia plenaria...

El pobre “delincuente” independentista fue al día siguiente a su médico particular debido a fuertes dolores de cabeza y al runruneo constante de algo que dice ser su “conciencia"
Ángel Alonso Pachón
jueves, 3 de junio de 2021, 13:56 h (CET)

La Iglesia para conceder “indulgencia plenaria” impone tres condiciones: Confesión sacramental, Comunión eucarística y Rezar por las intenciones del Santo Padre.


Si por similitud trasladamos dichas imposiciones al área social de un Estado, las llamaríamos de la siguiente forma:


Reconocimiento del delito, Declaración de convivencia nacional y Proposición de respetar y defender la Constitución.


Si recorremos la historia social de Europa, veremos, también, que cada época tenía y defendía sus normas, sus métodos y sus correctivos: El circo, la muerte o el destierro; la mazmorra bárbara, la Inquisición, llamada Santa, la Monarquía absolutista, el despertar de las Democracias con sus códigos jurídicos y la separación de poderes.


Todo ello nos conduce a que no existe sociedad sin justicia. Concepto que cada época define y lleva a cabo según las circunstancias históricas.


Ni que decir tiene que, también, en todas y cada una de las épocas han existido tramposos de la legalidad. Realidad que, igualmente, la historia nos enseña que todos ellos acabaron donde la “justicia real” aparcaba a los mentirosos y aprovechados.


Ubicándonos en nuestra España, soldadura de muchos tiempos e ilusiones, nos encontramos que, como otras muchas cosas, el Gobiernos, sus adláteres y sus beneficiados quieren cambiar el concepto y contenido de INDULGENCIA PLENARIA SOCIAL.


Lo más sorprendente a nivel de calle es que, si fuéramos consecuentes con las “universitas”, deberíamos hacer una “pira” con todos los libros de DERECHO, penal, civil, administrativo, mercantil, laboral…. Digo sorprendente, porque estamos contemplando cómo, sin ningún rubor ético ni profesional, distintos “personajes”, políticos o politiqueros declaran que el “delito” es comprensible, que el “delito” es un “error”, que su reparación sin condiciones es suprimir la palabra venganza del Poder Judicial, (lo dicen juristas (¿)) ….


Ni los dioses del Olimpo eran tan magnánimos. Hay que reconocer a favor de estos nuevos “juristas de mercadillo” que, si algo aprendieron de aquellos dioses, es que eran, en ocasiones (muchas), “muy tramposillos” y actuaban en “beneficio de sus amiguetes o familiares”. Si recorriéramos la vida de los dioses griegos y romanos, quizás encontremos algún familiar de los actuales gobernantes de España.


Grave es delinquir, peor es prevaricar y mucho peor financiarse con la libertad, el trabajo, la economía y las ilusiones de TODOS.


Dicen las malas lenguas, yo creo que buenas, que hace poco fue a confesarse uno de esos encarcelados por 1-O. El secreto de confesión impide que nos enteremos del contenido de la misma pero da la casualidad que, como en los tiempos de fantasmas, alguna conciencia perdida se encontraba vagabundeando por los alrededores del confesonario, (no creo que fuera de la curia).


El pobre “delincuente”, independentista, fue al día siguiente a su médico particular (ya fuera de la cárcel, gracias a…), debido a fuertes dolores de cabeza y al runruneo constante de algo que dice ser su “conciencia”. El doctor le escuchó y, para mayor comprensión, le pidió que concretase más lo que decía oír.


¡Chavalote!, no te olvides de esos compañeros de cárcel. Son padres de familia, hijos necesitados por sus padres, jóvenes sin niñez…


¡Chavalote!, lo suyo SÍ que fue una equivocación, un “error”, como dice tu amiga la ministra, una necesidad de dar a los suyos lo que necesitaban…


 ¡Chavalote!, si, con tu conciencia a cuestas, admites TÚ INDULTO y no exiges el de todos esos que siguen detrás de sus rejas por mucho menos que tú… (¿)


¡Chavalote!, eres despreciable, humanamente indigno y sobre todo un HIPÓCRITA COBARDE… Tú no quieres una sociedad justa sino un paraíso personalizado y acuñado con el esfuerzo de los demás.


El doctor, posó la cabeza entre sus manos, rumió palabrejas sin nombre y comentó:


¿Quiere usted saber un diagnóstico de su estado?; creo que es, en principio y en final, muy sencillo:

Usted tiene una INSUFICIENCIA SOCIAL PREVADICADORA CON METÁSTASIS ORGÁNICA.


El tratamiento es muy sencillo:


Primero. IR TODOS LOS DÍAS A DAR UNA VUELTA POR LA CÁRCEL DONDE USTED Y SUS COMPINCHES HAN PASADO UNOS DÍAS DE VACACIONES.


Segundo. Preguntar a los enrejados lo que hicieron para estar tanto tiempo ahí.

Tercero. Ir al bar del Centro de Internamiento, pasar por el WC, mirarse al espejo y calificarse a usted mismo.


Gracias doctor… No esperaba de usted que….


-Comprendo, le contesta el doctor, usted, ustedes no saben lo que se aprende en este despacho, atendiendo a tantas y tantas conciencias desesperadas por ver las necesidades imperiosas de sus familias y observar, al mismo tiempo, como ustedes, bajo indulto prevaricador, viven mirando el horizonte de su “paraíso independentista”.


Por cierto, señor, tiene usted una CONCIENCIA MUY LISTA y si no es la suya, un FANTASMA de MATRÍCULA DE HONOR.

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