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Hoy, transitamos como humanidad en una multiplicidad de episodios que impulsados por diversos fenómenos

Democracia, Revolución Tecnológica y Abismo

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Vivimos sin lugar a dudas uno de los momentos más importantes en la historia de la humanidad, de nuevo un agente catalizador ,en este caso en forma de pandemia, ha impulsado una aceleración extraordinaria, exponencial y veloz que nos dejará profundos cambios en la economía, la política, la geoestratégica, las relaciones humanas y sociales. La historia, nos ha situado así, de esta forma como espectadores , voluntarios o no, de un nuevo momento transcendental y revolucionario.

Hoy, transitamos como humanidad en una multiplicidad de episodios que impulsados por diversos fenómenos – El Cambio Climático y el Calentamiento Global , La irrupción y Desarrollo de la Cuarta Revolución Tecnológica y Digital o el despegue de la Bioingeniería entre otros - están sirviendo para fraguar no sólo los nuevos liderazgos que regirán no sólo el presente y el futuro de nuestra especie, sino la forma de habitar el planeta por las generaciones venideras. Hoy, asistimos a una tormenta perfecta de retos y desafíos que transmutaran de esta forma para bien o para mal los pilares de la propia democracia como concepto de progreso, igualdad y libertad. Y todo ello, ante la sorprendente indolencia de una ciudadanía pasiva en su mayoría, ignorante en una parte y ante todo nada reactiva en su mayoría ante unos cambios, muy profundos que les afectaran de manera directa.

Y es que, la perfecta sintonía de estos fenómenos tiene profundas consecuencias en el seno de nuestra propia concepción democrática. Así, hoy la necesaria configuración de un nuevo relato político, no sólo nacional o regional, sino internacional y la generación de una nueva hoja de ruta para una humanidad que se enfrenta ante la necesidad de gobernar los cambios a los que se enfrenta se muestran como elementos imprescindibles de un relato ante el que no podemos estar impasibles.

Máxime, cuando aparece ante nosotros como sociedad la necesidad urgente de actuar para no palidecer ante la dictadura del dato y la digitalización esa asentada en la creación de un mundo desigual entre quienes acceden al nuevo modelo de convivencia en el valor de la industria 4.0 y de quienes mueren laboralmente en las ruedas de un sistema capitalista para los que el obrero tipo ya no aporta valor al sistema. Una realidad, que junto a otra, como la de la configuración de un mundo insostenible donde el Cambio Climático sea una realidad imparable, suscitan la visión de un planeta en el que la propia existencia vital se podría convertir en una suerte de lucha feroz por recursos básicos del agua o la calidad del aire.

Un marco este que nos viene a ofrecer una receta perfecta de miedo e incertidumbre para una ciudadanía atenazada , esa ante el cual la falta de acierto de las instituciones y la clase política para dar respuesta a tales desafíos podría dar alas a la hegemonía del negacionismo nacionalista y neoliberal y a la proliferación de las trincheras del enfrentamiento en la desfragmentación de un mundo polarizado entre el eje atlántico y el eje pacífico, entre Asia y Occidente. Y todo ello máxime, cuando las respuesta simples a los problemas complejos, son a veces como nos ha demostrado la historia elixires perfectos para quienes viven en la desesperanza sobre su presente o futuro.

Así, debemos analizar en esta tribuna con algo mayor de profundidad los abismos ante los cuales se enfrenta la humanidad. Sobre el primero, no existen dudas de que hoy, la revolución tecnológica e industrial a través de la importancia del dato ha conseguido inocular su presencia en nuestra vida cotidiana. Así, el algoritmo de nuestros dispositivos móviles, ordenadores o tablets permiten a la multiplicidad de empresas corporativas acceder a nuestros datos, tendencias políticas, gustos , deseos o necesidades en un sistema de control en el que cual la falta de liderazgo político en su ordenación nos llevaría a la aceleración más si cabe de un sistema de control y de acceso a la información que ya hoy es un peligro para las democracias, los derechos y las libertades. Pero, que podrían ir a más. Hoy, los sistemas digitalizados que nos proporcionan la comunicación directa mediante redes sociales, la capacidad de estudiar online o teletrabajar desde nuestros domicilios o la posibilidad de acceder a plataformas de contenido cultural, audiovisual o musical sirven al mismo tiempo como autopistas de desestabilización de nuestras democracias, instituciones, empresas, gobiernos o personas. Así, estrategias como las de la Fake News, el sistema de algoritmos inteligentes de interrelación y otros elementos que se escapan de las reglas del juego democrático presentan una cruenta realidad con la convivimos sin ruborizarnos, normalizando estos fenómenos como algo común. Aún, cuando en muchísimas ocasiones sufrimos de las consecuencias negativas de su presencia, consciente o inconscientemente. No por menos, hoy vivimos no sólo la ruptura del contrato social entre ciudadanía y gobiernos, sino el de la desfragmentación del concepto de Soberanía Popular o Nacional ante el auge de los nuevos poderes corporativos que desde el contrato de la innovación, la digitalización y el dato hoy ponen contra las cuerdas la génesis de nuestras libertades, derechos y obligaciones como ciudadanos plenos. Siendo por ello, necesario regular y ordenar el marco innovador de transformación digital que hoy vivimos, moldear el mismo, para sirva en definitiva al desarrollo de las democracias, la igualdad y las libertades, poniendo al servicio de la humanidad la revolución tecnológica y no a los pies de la misma a la propia humanidad.

Y junto a este desafío, aparecen otros profundos, entre ellos, un segundo abismo ante el que la humanidad se enfrenta y también debemos analizar, nos referimos, al del Calentamiento Global y la lucha contra El Cambio Climático ,procesos acelerados en los últimos años y que nos enfrentan a la configuración de un mundo insostenible. Ese es el que la imposibilidad de desarrollar cosechas o una agricultura productiva de valor afectaría a gran parte de las zonas desarrolladas del planeta, una tierra en la que la pérdida de los glaciares, el avance de la desertificación o la generación de un proceso de veranos alargados a seis meses con pérdida de estacionalidad harían que los recursos hídricos fueran mucho menores con las consecuencias directas para el desarrollo humano. Efectos, que unidos a los de episodios extremos de calor, lluvia o nieve aumentarían la mortalidad en el mundo. Una sociedad, en la que los procesos de zoonosis y aparición de nuevas pandemias como consecuencia de degradación de los hábitats naturales serían permanentes afectando de manera directa al ser humano. En definitiva, un reto cuyas consecuencias serían transversales para la propia humanidad en los ámbitos económicos con la destrucción de economías locales, los cambios de los modelos productivos o la transformación del modelo de valor global, sociales, con un aumento de migraciones imparables como consecuencia de los fenómenos de exilio climático, políticos, con un auge cada vez mayor de fenómenos aislacionistas, nacionalistas y de enfrentamiento entre naciones como mero sistema de freno a los cambios generados por el Cambio Climático y el Calentamiento Global.


Y junto a estos dos desafíos analizados en esta tribuna, muchos otros, son los que hoy se abren paso en un mundo diferente al que conocimos, una realidad que se abre paso y ante la cual sólo tenemos dos vías como humanidad: La de la cooperación y la de la generación de oportunidades compartidas o la del enfrentamiento y la división, un mundo que se enfrente al florecimiento de un nuevo tiempo de oportunidades para toda la humanidad o por el contrario a una nueva época de oscuridad. No cabe dudas, de que, el primer camino es el correcto, pero para recorrer el mismo, se muestran como fundamentales llevar a cabo profundos cambios en nuestro modelo de relación global, es tiempo hoy de ir visibilizando la necesidad de generar un nuevo modelo de gobernanza que tenga en la creación de una Comunidad Económica y Política Global un espacio de generación de acuerdos que busquen el beneficio global de una humanidad que hoy se enfrenta a profundos abismos. Esos, ante los cuales se requiere de una visión de futuro ambiciosa en la construcción de un nuevo modelo de convivencia que tendría que asentarse sobre la base de una nueva carta de Derechos y Libertades Fundamentales adaptada a los retos y desafíos que hoy tenemos como generación por delante. Tenemos ante nosotros así, la tamaña gesta y la oportunidad de liderar un proceso de transformación profunda de una humanidad que puede aspirar a un mundo de progreso, paz, sostenibilidad y libertad. Un mundo que mire a las estrellas.

Josu Gómez Barrutia

Embajador en España del Think Tank The Future Society. Líder Económico del Futuro por el Instituto Choiseul. Profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Europea Miguel de Cervantes.

Autor del Ensayo Distopía.

Democracia, Revolución Tecnológica y Abismo

Hoy, transitamos como humanidad en una multiplicidad de episodios que impulsados por diversos fenómenos
Josu Gómez Barrutia
lunes, 22 de marzo de 2021, 12:58 h (CET)

Vivimos sin lugar a dudas uno de los momentos más importantes en la historia de la humanidad, de nuevo un agente catalizador ,en este caso en forma de pandemia, ha impulsado una aceleración extraordinaria, exponencial y veloz que nos dejará profundos cambios en la economía, la política, la geoestratégica, las relaciones humanas y sociales. La historia, nos ha situado así, de esta forma como espectadores , voluntarios o no, de un nuevo momento transcendental y revolucionario.

Hoy, transitamos como humanidad en una multiplicidad de episodios que impulsados por diversos fenómenos – El Cambio Climático y el Calentamiento Global , La irrupción y Desarrollo de la Cuarta Revolución Tecnológica y Digital o el despegue de la Bioingeniería entre otros - están sirviendo para fraguar no sólo los nuevos liderazgos que regirán no sólo el presente y el futuro de nuestra especie, sino la forma de habitar el planeta por las generaciones venideras. Hoy, asistimos a una tormenta perfecta de retos y desafíos que transmutaran de esta forma para bien o para mal los pilares de la propia democracia como concepto de progreso, igualdad y libertad. Y todo ello, ante la sorprendente indolencia de una ciudadanía pasiva en su mayoría, ignorante en una parte y ante todo nada reactiva en su mayoría ante unos cambios, muy profundos que les afectaran de manera directa.

Y es que, la perfecta sintonía de estos fenómenos tiene profundas consecuencias en el seno de nuestra propia concepción democrática. Así, hoy la necesaria configuración de un nuevo relato político, no sólo nacional o regional, sino internacional y la generación de una nueva hoja de ruta para una humanidad que se enfrenta ante la necesidad de gobernar los cambios a los que se enfrenta se muestran como elementos imprescindibles de un relato ante el que no podemos estar impasibles.

Máxime, cuando aparece ante nosotros como sociedad la necesidad urgente de actuar para no palidecer ante la dictadura del dato y la digitalización esa asentada en la creación de un mundo desigual entre quienes acceden al nuevo modelo de convivencia en el valor de la industria 4.0 y de quienes mueren laboralmente en las ruedas de un sistema capitalista para los que el obrero tipo ya no aporta valor al sistema. Una realidad, que junto a otra, como la de la configuración de un mundo insostenible donde el Cambio Climático sea una realidad imparable, suscitan la visión de un planeta en el que la propia existencia vital se podría convertir en una suerte de lucha feroz por recursos básicos del agua o la calidad del aire.

Un marco este que nos viene a ofrecer una receta perfecta de miedo e incertidumbre para una ciudadanía atenazada , esa ante el cual la falta de acierto de las instituciones y la clase política para dar respuesta a tales desafíos podría dar alas a la hegemonía del negacionismo nacionalista y neoliberal y a la proliferación de las trincheras del enfrentamiento en la desfragmentación de un mundo polarizado entre el eje atlántico y el eje pacífico, entre Asia y Occidente. Y todo ello máxime, cuando las respuesta simples a los problemas complejos, son a veces como nos ha demostrado la historia elixires perfectos para quienes viven en la desesperanza sobre su presente o futuro.

Así, debemos analizar en esta tribuna con algo mayor de profundidad los abismos ante los cuales se enfrenta la humanidad. Sobre el primero, no existen dudas de que hoy, la revolución tecnológica e industrial a través de la importancia del dato ha conseguido inocular su presencia en nuestra vida cotidiana. Así, el algoritmo de nuestros dispositivos móviles, ordenadores o tablets permiten a la multiplicidad de empresas corporativas acceder a nuestros datos, tendencias políticas, gustos , deseos o necesidades en un sistema de control en el que cual la falta de liderazgo político en su ordenación nos llevaría a la aceleración más si cabe de un sistema de control y de acceso a la información que ya hoy es un peligro para las democracias, los derechos y las libertades. Pero, que podrían ir a más. Hoy, los sistemas digitalizados que nos proporcionan la comunicación directa mediante redes sociales, la capacidad de estudiar online o teletrabajar desde nuestros domicilios o la posibilidad de acceder a plataformas de contenido cultural, audiovisual o musical sirven al mismo tiempo como autopistas de desestabilización de nuestras democracias, instituciones, empresas, gobiernos o personas. Así, estrategias como las de la Fake News, el sistema de algoritmos inteligentes de interrelación y otros elementos que se escapan de las reglas del juego democrático presentan una cruenta realidad con la convivimos sin ruborizarnos, normalizando estos fenómenos como algo común. Aún, cuando en muchísimas ocasiones sufrimos de las consecuencias negativas de su presencia, consciente o inconscientemente. No por menos, hoy vivimos no sólo la ruptura del contrato social entre ciudadanía y gobiernos, sino el de la desfragmentación del concepto de Soberanía Popular o Nacional ante el auge de los nuevos poderes corporativos que desde el contrato de la innovación, la digitalización y el dato hoy ponen contra las cuerdas la génesis de nuestras libertades, derechos y obligaciones como ciudadanos plenos. Siendo por ello, necesario regular y ordenar el marco innovador de transformación digital que hoy vivimos, moldear el mismo, para sirva en definitiva al desarrollo de las democracias, la igualdad y las libertades, poniendo al servicio de la humanidad la revolución tecnológica y no a los pies de la misma a la propia humanidad.

Y junto a este desafío, aparecen otros profundos, entre ellos, un segundo abismo ante el que la humanidad se enfrenta y también debemos analizar, nos referimos, al del Calentamiento Global y la lucha contra El Cambio Climático ,procesos acelerados en los últimos años y que nos enfrentan a la configuración de un mundo insostenible. Ese es el que la imposibilidad de desarrollar cosechas o una agricultura productiva de valor afectaría a gran parte de las zonas desarrolladas del planeta, una tierra en la que la pérdida de los glaciares, el avance de la desertificación o la generación de un proceso de veranos alargados a seis meses con pérdida de estacionalidad harían que los recursos hídricos fueran mucho menores con las consecuencias directas para el desarrollo humano. Efectos, que unidos a los de episodios extremos de calor, lluvia o nieve aumentarían la mortalidad en el mundo. Una sociedad, en la que los procesos de zoonosis y aparición de nuevas pandemias como consecuencia de degradación de los hábitats naturales serían permanentes afectando de manera directa al ser humano. En definitiva, un reto cuyas consecuencias serían transversales para la propia humanidad en los ámbitos económicos con la destrucción de economías locales, los cambios de los modelos productivos o la transformación del modelo de valor global, sociales, con un aumento de migraciones imparables como consecuencia de los fenómenos de exilio climático, políticos, con un auge cada vez mayor de fenómenos aislacionistas, nacionalistas y de enfrentamiento entre naciones como mero sistema de freno a los cambios generados por el Cambio Climático y el Calentamiento Global.


Y junto a estos dos desafíos analizados en esta tribuna, muchos otros, son los que hoy se abren paso en un mundo diferente al que conocimos, una realidad que se abre paso y ante la cual sólo tenemos dos vías como humanidad: La de la cooperación y la de la generación de oportunidades compartidas o la del enfrentamiento y la división, un mundo que se enfrente al florecimiento de un nuevo tiempo de oportunidades para toda la humanidad o por el contrario a una nueva época de oscuridad. No cabe dudas, de que, el primer camino es el correcto, pero para recorrer el mismo, se muestran como fundamentales llevar a cabo profundos cambios en nuestro modelo de relación global, es tiempo hoy de ir visibilizando la necesidad de generar un nuevo modelo de gobernanza que tenga en la creación de una Comunidad Económica y Política Global un espacio de generación de acuerdos que busquen el beneficio global de una humanidad que hoy se enfrenta a profundos abismos. Esos, ante los cuales se requiere de una visión de futuro ambiciosa en la construcción de un nuevo modelo de convivencia que tendría que asentarse sobre la base de una nueva carta de Derechos y Libertades Fundamentales adaptada a los retos y desafíos que hoy tenemos como generación por delante. Tenemos ante nosotros así, la tamaña gesta y la oportunidad de liderar un proceso de transformación profunda de una humanidad que puede aspirar a un mundo de progreso, paz, sostenibilidad y libertad. Un mundo que mire a las estrellas.

Josu Gómez Barrutia

Embajador en España del Think Tank The Future Society. Líder Económico del Futuro por el Instituto Choiseul. Profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Europea Miguel de Cervantes.

Autor del Ensayo Distopía.

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