| ||||||||||||||||||||||
| ||||||||||||||||||||||
|
|
El pasado verano hablaba de mi amigo Juan Caparrós, el último marengo del Rincón de la Victoria, con el que enhebro largas conversaciones a lo largo de la mañana mientras jugamos al dominó. En esta partida nos enfrentamos a otros “indígenas” cuya forma de pensar, de actuar y de vivir es completamente diferente.
Son los que viven al otro lado del “camino viejo” –también es cañada real usada en ocasiones- que era utilizado desde siempre por las diligencias que cubrían el trayecto entre Málaga y Vélez Málaga. Ese camino estaba asentado sobre una calzada romana cuyos viejos domus romanos aparecen en su alrededor apenas escarbamos un metro.
Desde siempre, la gente de la mar, habitaba en la zona que se ubicaba entre la carretera y el rebalaje. Su lenguaje era hispano-árabe y sigue siendo complicado entender muchas de sus palabras. Del camino viejo hacia allá se asientan los campesinos, gente bajada de los montes de Benagalbón y el Valdés. La mayoría de ellos han hecho una pequeña fortuna vendiendo sus huertas a promotoras que han convertido una zona rural en una especie de Benidorm a la malagueña.
Desde ambos lados de la carretera se miraba con displicencia a los de enfrente. Se minusvaloraba su trabajo y, difícilmente, se mezclaban las familias. El tiempo y la llamada de la construcción que ha servido de base al trabajo y la economía familiar de todos, han atenuado estas diferencias y acercado a unos y otros en una convivencia que rompe muchos años de alejamiento.
Hoy en día, pocas familias de la zona viven de la pesca o del campo. El turismo y los servicios que trae consigo, han creado los puestos de trabajo que ocupan las generaciones actuales.
Mi buena noticia de hoy es que los hogares del jubilado que acogen en estos tiempos a los mayores, que antaño no convivían, han conseguido una “entente cordiale” entre ambas “facciones”, en la que incluyen a los que socarronamente nos llaman “los señoritos”, en recuerdo de aquellos forasteros que venían a veranear durante el pasado siglo.
Al final, unos y otros nos sobrellevamos y compartimos nuestra experiencia de años que da pie para escribir miles de artículos.
Nuestra situación actual es el resultado del desarrollo histórico de las múltiples culturas sociales universales: Antiguo Egipto, Grecia, Los incas, Los mayas, Mesopotamia, Judaísmo y cristianismo, Los aztecas, Íberos, celtas y pueblos germánicos, Roma, El islam, India, China. En todas ellas el hombre ha ocupado un lugar “señalado” por los siempre poderes fácticos.
No sé si Ana Obregón era consciente del terremoto informativo que ha originado, además de ensombrecer durante unos días, los graves problemas económicos, políticos o sociales que hoy nos agobian a los españoles. El aluvión de opiniones que se han vertido sobre su tardía maternidad subrogada, ha servido para dividir una vez más a los españoles.
Quizás cuando usted lea el presente documento el expresidente Donald Trump haya sido acusado, instruido e imputado de una larga lista de cargos confidenciales hasta el presente. Será el primer expresidente en la historia de los Estados Unidos en enfrentar cargos criminales o penales lo que demostraría que nadie está por encima de la ley.
|