El Breogán ha declarado este partido de puertas abiertas, por lo que las entradas serán gratuitas en un intento de conformar un terrorífico ambiente que haga temblar los cimientos del pabellón lucense.
José Anido / Enviado especial
Y no es para menos porque el cuadro de Lugo no tiene ya más cartuchos propios para buscarse la salvación, pues depende de que le dejen alguno, en este caso el Estudiantes, que debe ganar al Fórum para que en Lugo sigan creyendo en la posibilidad de salvarse. De no ser así, poco importará ya lo que suceda mañana en Lugo (siempre dando por hecho que el TAU Baskonia derrote también al Menorca en el partido que tienen pendiente por el aplazamiento de su partido debido a la Final Four).
Sin embargo, y a pesar de todo, el Breogán no lo tendrá fácil.
Existe un desánimo relativamente justificado entre el aficionado medio por la mala suerte que acompaña al equipo esta temporada. Habrá que ver como responden, asimismo, los jugadores del Leche Río, cuya moral debe estar resentida por las derrotas y por la manera en que estas se han producido. Además, las bajas golpean la línea de flotación del equipo local, pues Ostojic no podrá jugar, Reyes si lo hace lo hará renqueante, al igual que Sartorelli y un Javi Rodríguez que cada vez está mejor, pero lejos de la forma ideal. En esas condiciones, el como administren las faltas y su cansancio hombres como Alzamora y McNaull será fundamental, pues el Menorca parece que recupera para este encuentro al difícil Bud Eley, contando además con Chris Moss.
Y no podemos obviar tampoco a André Turner, que aunque acabe de llegar al equipo y tenga 42 años, es perro viejo y ya se ha visto jugando por la salvación ( y consiguiéndolo ). En un partido donde el control de los nervios será importante, Turner debe hacerse notar en su equipo.
Por todo esto, el plato que se sirve mañana a las 19:00 en el Pazo contiene muchas dosis de picante y puede que veneno letal para alguno de los dos equipos...o para los dos.