Social
Echarle la culpa a la modernidad
Parece que en el pasado el hombre viviese libre y sin complejos, sin ataduras, que en Roma no había esclavos y que todos podíamos llegar a ser Julio César.
Conectar y cohesionar para custodiar
Tal vez necesitemos inspirarnos con la palabra, establecer vínculos de unión a través de ella, ya sea fomentando el deporte, cultivando el arte o la ciencia, propiciando encuentros con la misma naturaleza de la que todos formamos parte.
Dar la cara
Llega a mis manos una de esas noticias que pasan desapercibidas debido a la lejanía de su procedencia y su escasa repercusión en la política o la economía “occidentales”.
Seamos más corazón que cuerpo
Tratemos de mirar con el corazón y de ver más con el alma. Multitud de niños mueren cada día privados de necesidades básicas. Otro pelotón de chavales son verdaderamente infelices, y eso, en un mundo que presume de avanzado.
Desestructuración familiar
Por supuesto, no se puede generalizar y numerosos núcleos familiares llevan una existencia armoniosa y placentera.
El destierro de la violencia
La violencia continúa siendo un comportamiento relativamente extendido en nuestra sociedad, sin embargo, puede afirmarse que ha desaparecido en la vida diaria de la mayoría de la gente.
Noventa años
Mi buena noticia de hoy se basa en una persona que recoge todos y cada uno de los apartados reseñados anteriormente. Se trata de una mujer sencilla.
Sin exclusión
Está claro que todos los ciudadanos de cualquier país se merecen una existencia digna.
Crecimiento sostenible
Con el triunfo de la informática, más aún que con el poder ilimitado de la energía nuclear y de los artefactos destructivos al servicio de los intereses de las potencias por medio de la guerra.
Toca ensanchar el corazón
El mundo necesita unirse y reunirse para solucionar los muchos trances que nos acorralan. Todo ello, hemos de hacerlo de manera conjunta y dialogada.
Generaciones de derechos
Se conceden o reconocen a las personas por el hecho de haber nacido. No es necesario haber acumulado méritos para disponer de derechos, ya que son consustanciales a los sujetos existentes en el mundo.
La vida como diversidad de timbres y tonos
A poco que nos adentremos en la vida, observaremos que toda ella rebosa variedad, y esto es lo que verdaderamente nos entusiasma; el conocer, el explorar otros horizontes. Únicamente, la muerte es quien nos injerta uniformidad.
¿Qué somos?
Somos seres cargados de historias, experiencias, contenidos, sentidos y significados concediendo
luz, vida, por donde nos desplazamos.
Necesitamos cambiar de verdad
No podemos seguir en el caos. El mundo necesita de otra estética, más equitativa, con una agenda común de servicio, sobre todo de asistencia alimentaria, de ayuda a los refugiados y a los niños. Por tanto, es tiempo de unirse hacia un objetivo de menos armas y más alma.