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Su volver en sí y regresar a la casa del padre tendría que ser nuestro volver en nosotros mismos y creer en Jesús que es el Camino que nos lleva a la casa del Padre celestial.
El cristianismo posee una influencia filosófica derivada del platonismo y el aristotelismo y también del neoplatonismo. Si pensamos, por ejemplo, en teólogos y filósofos de la categoría de San Agustín y Santo Tomás de Aquino. La doctrina cristiana se expresa además como la manifestación de la inquietud del corazón humano o, lo que es lo mismo, como señal de su vocación al infinito.
La muerte de Jesús en la cruz, lejos de representar una derrota, dio paso a una afirmación radical: la vida no termina con la muerte. En los relatos cristianos, su resurrección se convierte en el fundamento de una esperanza que sigue conmoviendo a millones de personas dos mil años después.
“Amados no creáis a todo espíritu, sino probad si los espíritus son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1 Juan 4: 8). Del corazón humano no regenerado por la sangre de Jesús salen las herejías que a lo largo de la historia han mancillado a la Iglesia del Señor. La iglesia apostólica que fue la más esplendorosa de todos los tiempos no estuvo inmune a las herejías.
La crucifixión era uno de los castigos más brutales que el hombre ha utilizado a lo largo de la historia. Atado o clavado en una cruz de madera, el condenado sufría una terrible agonía física y mental hasta su muerte. Durante la Semana Santa, los cristianos de todo el orbe, conmemoramos y “revivimos” después de más de dos mil años la condena más injusta, cruel y cobarde que el inmenso poder del imperio romano hizo del Hombre más justo, bondadoso y “revolucionario” de todos los tiempos.
Continuando con nuestra serie de reflexiones en torno a la Pascua, hoy quisiéramos invitarlos a reflexionar en torno al Jueves Santo, umbral del Triduo Pascual, que trasciende la mera conmemoración histórica para erigirse como un denso compendio de significantes que interpelan la condición humana en su relación con lo divino y terrenal.
En esta primera entrega de reflexiones en torno a los símbolos cruciales de la Pascua, queremos invitarlos a analizar el significado filosófico y teológico de la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén. El domingo de Pascua irrumpe en la historia como la culminación de un drama que se gestó en el corazón de un Israel expectante, marcado por profundas tradiciones y anhelos de liberación.
Quien crea que el Día de San Patricio es sólo una excusa para empinar el codo con cerveza verde y ondear tréboles como si fueran banderas, no ha entendido absolutamente nada, ni de la historia, ni del personaje; y, mucho menos del lugar, porque Irlanda, en tiempos del joven Patricio, era cualquier cosa menos un cuento de hadas con gaitas y duendes.
Se acerca la Semana Santa y la cruz cristiana se hace protagonista absoluta de las calles. Llevamos más de 2.000 años con la cruz a cuestas. La cruz de lo irracional, del fundamentalismo y de las mentiras teológicas. El poder omnímodo, esotérico y exotérico, del cristianismo en sus diferentes versiones o sectas o herejías sigue dominando la enseñanza y los negocios turbios, al tiempo que difunde su moral mentalmente castrante como la única ética verdadera o auténtica.
Esto es como en temas judiciales que, en realidad, debería serlo, el desconocimiento no exime de la pena.
Declarada de Interés Turístico Regional en 1996 y con aspiraciones a obtener este año la distinción de Fiesta de Interés Turístico Nacional, la Semana Santa de Tordesillas adquiere un carácter especial al conmemorarse el 50 aniversario de la Junta de Semana Santa, entidad que ha sido clave en la organización y promoción de esta festividad.
San Valentín, la persona que da nombre a la fiesta de los enamorados, fue, antes que nada, un mártir cristiano de los primeros siglos. Un hombre de fe en tiempos de persecución, cuando creer en Cristo podía costa la cabeza, literalmente. Pero su historia, como tantas otras, se ha envuelto en un torbellino de leyendas, mitos y, -cómo no-, toneladas de cursilería comercial y papeles de regalos.
El profesor Giulio Fanti ha realizado diversas publicaciones al respecto en revistas científicas. Durante una conferencia el 4 de noviembre de 2023 en la abadía de Santo Domingo Abad, en Sora (Florencia), el profesor Fanti abordó el tema.
En el debate sobre la relación entre el Estado y la religión, dos términos suelen utilizarse indistintamente, aunque poseen significados distintos: laicidad y laicismo. Mientras que la laicidad se refiere a la neutralidad del Estado respecto a las creencias religiosas, garantizando la libertad de conciencia y la convivencia armónica, el laicismo representa una postura ideológica que busca excluir la religión del ámbito público.
El libro "Espiritualizarse" es una obra que combina profundidad filosófica y accesibilidad práctica, invitando al lector a redescubrir su dimensión espiritual en un mundo cada vez más centrado en lo material. Los autores, Rafael Domingo y Gonzalo Rodríguez-Fraile, logran en sus páginas un equilibrio entre el análisis teórico y la aplicación concreta, ofreciendo una guía para integrar la espiritualidad en la vida cotidiana.
Que la luz nos guíe por los valles por donde a veces Dios Padre Todopoderoso nos permite pasar para asfixiar nuestros egos y vanidades, para que un día merezcamos permanecer en las cumbres celestiales. Así sea, un día seremos la luz que soñamos. ¿Todos saben lo que han vivido entre desafíos y superaciones? Entre ser escuchado o ser ignorado por familiares y amigos, por una sociedad enferma que no puede verse enferma.
Si bien el conflicto entre Israel y Palestina obedece a cuestiones de corte político y étnico que no podemos soslayar, en el fondo ostenta una decidida etiología mítica y religiosa. Esto es coyuntural ya que, de no tenerlo en cuenta, dificultaría comprender el alcance de los acontecimientos actuales. En otras palabras, si sostenemos la fuerte influencia bíblica y coránica podemos afirmar con cierta seguridad que no es visible una solución de fondo como muchos esperan.
¿Nos hemos parado a pensar porque el ser humano se comporta de la manera como lo hace? Porque partimos de una premisa falsa. La falta de fe en Dios el Creador nos ha convertido en evolucionistas. Creemos que somos el resultado de una célula aparecida por azar que ha ido evolucionando hasta convertirnos en lo que somos: animales racionales, pero animales al fin y al cabo.
Hoy queremos invitarlos a reflexionar sobre un asunto ético que trae consigo la simbología de la Navidad, a saber, la creciente y cada vez más violenta banalización y burla de la fe cristiana por parte de los paladines de la progresía comunicacional que domina la factoría de contenidos culturales que, mientras exigen respeto irrestricto y obediencia para sus agendas, se mofan descaradamente de tradiciones ancestrales.
Continuando con la saga “El sentido de la Navidad”, hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre la paradoja temporal única que introduce la Navidad, como celebración religiosa y cultural. En un contexto de consumismo desenfrenado y rutinas repetitivas y vacías, surge un momento de ruptura en el flujo ordinario del tiempo: el tiempo sagrado.
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