Imagina un universo donde el significado de los números 3, 6 y 9 no estuviera envuelto en enigmas. No solo Nikola Tesla reconocía su importancia: figuras históricas como Pitágoras, Aristóteles, Platón y Vitruvio también captaron la profundidad simbólica y energética de estos números.
Nuestra existencia no es fruto del azar. Somos parte de una realidad compleja y fascinante, una manifestación viva que combina lo biológico, lo digital y lo holográfico. Formamos parte de una matriz matemática sagrada, una red viva que no solo moldea nuestra forma y energía, sino que también sostiene nuestra conciencia. Sin esta estructura, simplemente no podríamos ser.
Pero ¿qué entendemos realmente por “matriz”? Más allá de su popularización en el cine, se trata de un sistema de organización numérica o funcional que permea todos los aspectos de la vida, desde las ciencias hasta la espiritualidad. Incluso en textos antiguos y religiosos, como la Biblia, se hace mención a "todo lo que abre la matriz", una frase cargada de simbolismo que va más allá de su interpretación literal.
Tomemos a Leonardo da Vinci como ejemplo. ¿Por qué optaba por escribir al revés? Esta no era solo una excentricidad, sino parte de un enfoque más profundo: explorar la armonía matemática y musical que subyace en el universo. Da Vinci no solo fue un artista brillante, sino también un buscador del orden oculto de la realidad. Algunos de sus bocetos menos conocidos revelan conexiones extraordinarias entre el cuerpo humano, la geometría y las fuerzas universales que nos rigen.
No es coincidencia que mentes brillantes como Tesla, Pitágoras y Da Vinci hayan identificado la relevancia de los números 3, 6 y 9. Estas cifras no son meros valores matemáticos; representan auténticas llaves para acceder a los secretos más profundos del universo. Incluso en el Renacimiento, Da Vinci diferenciaba claramente entre el poder terrenal y el espiritual, una dualidad que aún marca nuestra sociedad.
Pensemos en la afinación musical de 440 Hz, instaurada oficialmente en 1918, en parte bajo la influencia de la familia Rockefeller. Esta frecuencia, impulsada a través de estrategias de propaganda, desentona con las vibraciones armónicas naturales del cuerpo humano, afectando nuestro campo energético y emocional de forma sutil pero constante.
La afinación musical de 440 Hz
Se refiere a una convención estándar en la música moderna donde la nota La4 (el La sobre el Do central) se ajusta para vibrar a una frecuencia de 440 hercios (Hz), es decir, 440 ciclos por segundo.
…Pero… ¿qué significa esto en la práctica? Cuando un instrumento está afinado en 440 Hz, todas las demás notas se ajustan en relación con esa frecuencia. Esto garantiza que los músicos puedan tocar juntos en armonía sin sonar desafinados.
Antes del siglo XX, no existía un estándar universal. El La podía estar afinado desde 415 Hz hasta 460 Hz, dependiendo del lugar o del instrumento. En 1939, una conferencia internacional en Londres recomendó el uso de 440 Hz como estándar. En 1955, la Organización Internacional de Normalización (ISO) adoptó oficialmente 440 Hz como la "afinación estándar" (ISO 16).
…Y… ¿por qué es polémica? Algunas teorías, especialmente dentro de corrientes esotéricas y de conspiración, afirman que la afinación a 440 Hz desconecta al ser humano de su armonía natural. Estas teorías argumentan que:
- La afinación natural o “curativa” sería 432 Hz, ya que supuestamente está más alineada con la frecuencia de la Tierra, la naturaleza y la geometría sagrada.
- Se alega que la afinación en 440 Hz fue impulsada por intereses políticos (como la familia Rockefeller o el régimen nazi) para generar tensión emocional y control social. Sin embargo, estas afirmaciones no están respaldadas por evidencia científica sólida.
En definitiva, 440 Hz es la frecuencia estándar para afinar la nota La en la música moderna. Es útil para la uniformidad musical global. Hay debate sobre sus efectos energéticos, aunque en el ámbito científico, es considerado un estándar práctico más que una manipulación.
El Moisés de Leonardo
Uno de los dibujos menos conocidos de Leonardo da Vinci muestra una figura semejante a Moisés, con un bastón sobre las aguas, contemplando vórtices en movimiento. Esta imagen anticipa el estudio de los torbellinos y remolinos, un fenómeno que continúa fascinando a la ciencia actual. En este contexto, tanto Da Vinci como otros pensadores visionarios llegaron a una idea reveladora de que el universo entero se estructura a partir de nueve frecuencias fundamentales, estrechamente relacionadas con los números 3, 6 y 9.
Desde esta perspectiva, el número 10 no sería más que una construcción humana y el cero simplemente una herramienta de posicionamiento.
Este lenguaje no pertenece a la humanidad, sino a las leyes mismas de la creación. Nos enfrentamos aquí a una invitación a explorar una matemática sagrada, sencilla en apariencia, pero con el poder de vincular nuestra conciencia con el orden cósmico.
Como exponente del Renacimiento, Da Vinci demostró que arte y ciencia no son opuestos, sino expresiones complementarias.
Lejos de ser frías o mecánicas, las matemáticas pueden revelar quiénes somos y qué potencial habita en nosotros. Algunos descubrimientos surgidos hacia finales del siglo XX han puesto de manifiesto códigos ocultos que nos permiten comprender mejor nuestra naturaleza biológica y espiritual.
Uno de estos códigos se asemeja a la gematría, una práctica donde las letras se traducen en números. En inglés, por ejemplo, si se asignan los valores del 1 al 9 de forma cíclica, se observa que palabras como Faith (fe) y Trust in God (confianza en Dios) suman 8, cifra que simboliza el infinito. Según esta visión, el Creador no resta ni suma: únicamente multiplica, lo que implica una expansión constante de nuestra energía y evolución interior.
Si multiplicamos el 8, obtenemos una secuencia descendente
Si multiplicamos el 8, obtenemos una secuencia descendente: 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1, algo que parece confuso, pero no lo es, pero hay que precisar un poco más. El resultado sumando los dígitos de esa multiplicación es el resultado descendente referido.
Multiplicar el número 8 (por cualquier número) no da como resultado una secuencia descendente.8 × 1 = 8; 8 × 2 = 16; 8 × 3 = 24… Va aumentando, no disminuyendo. Pero si sumamos los guarismos que componen el resultado sí da un resultado descendente: 8,7, 6…
El número 8 acostado representa el símbolo de infinito (∞). A veces se dice que el 8 “concentra” la energía de los números anteriores. En numerología, el 8 se asocia con el infinito y con la expansión energética. Su simbolismo no está en la multiplicación literal, sino en su capacidad para representar ciclos y patrones que se repiten, descendiendo o ascendiendo según el enfoque espiritual.
En lenguas ancestrales
En lenguas ancestrales como el hebreo, el arameo, el sánscrito o el babilónico, el uso del idioma no era solo comunicativo, sino que generaba una conexión directa con lo espiritual. Curiosamente, si invertimos el alfabeto inglés y lo sumamos al orden regular, el resultado siempre es 9. Una simple coincidencia parece improbable.
Este patrón numérico sugiere la existencia de una estructura subyacente que moldea nuestra percepción del mundo. Pero más que una ilusión, esta estructura podría ser la llave para desbloquear nuestro verdadero potencial.
Las frecuencias del antiguo solfeo
Las frecuencias del antiguo solfeo —396 Hz, 417 Hz, 528 Hz y 639 Hz— se integran en una matriz vibratoria que sustenta la forma del universo. El modelo toroidal, descrito por el físico Nassim Haramein, se presenta como una de las formas esenciales que adopta la energía en la realidad.
El modelo toroidal
Es una forma geométrica y energética que aparece en numerosos campos del conocimiento, desde la física hasta la biología, pasando por las tradiciones espirituales antiguas. Un toroide es una figura tridimensional en forma de donut o anillo, con una estructura cerrada en la que la energía fluye constantemente. Tiene un eje central vacío y un campo que se mueve en espiral desde el centro hacia el exterior y luego regresa al centro, formando un bucle continuo.
El modelo toroidal se ha propuesto como una estructura universal de flujo de energía, que aparece en campos electromagnéticos, por ejemplo, el campo magnético de la Tierra o de un imán tiene forma toroidal; organismos vivos, algunos investigadores creen que el cuerpo humano, el corazón y el campo energético humano (aura) tienen estructuras toroidales; átomos y partículas, teóricos alternativos, como Nassim Haramein, sugieren que el núcleo del átomo también sigue patrones toroidales; galaxias y agujeros negros, algunas simulaciones sugieren que los flujos de materia alrededor de agujeros negros tienen una dinámica toroidal; tecnologías alternativas, en campos como la energía libre o los dispositivos de energía escalar, se propone que los flujos toroidales son clave para captar o amplificar energía del “vacío cuántico”.
El significado simbólico y espiritual del toroide sería que, en tradiciones antiguas, el toroide se relaciona con conceptos como unidad y expansión del universo, ciclos eternos de creación y destrucción y conexión entre el individuo y el todo.
Nassim Haramein propone que toda la materia se estructura a partir de toroides energéticos. Buckminster Fuller exploró estructuras energéticas y geométricas parecidas al toroide en su arquitectura y visión del universo.
Documentales como "Thrive" han difundido la idea de que el toroide es la clave para entender energía libre y conciencia universal.
El modelo toroidal propone que la energía se organiza en flujos circulares auto-sostenidos, que aparecen desde lo microscópico (átomos) hasta lo macroscópico (galaxias y campos de conciencia). Es un puente entre ciencia, geometría sagrada y espiritualidad.
El universo no opera de manera caótica
Según científicos como Mueller, en Rusia, el universo no opera de manera caótica.
Existen nodos específicos de energía, denominados N6, donde la materia se manifiesta físicamente. Entender estos puntos podría transformar nuestra visión de un mundo limitado hacia una percepción basada en la abundancia.
Todo está interconectado
Desde las ondas gravitacionales cósmicas hasta la compleja estructura del ADN, todo está interconectado. El ADN, en este enfoque, actúa como una antena biológica que sintoniza con la fuente creadora. Para operar a su máxima capacidad, necesita agua estructurada, una forma hexagonal especial. Incluso una mínima carencia de esta agua puede comprometer la capacidad electromagnética del ADN.
El sonido, la vibración y la música desempeñan un papel primordial en la creación. Esta sabiduría ya estaba presente en culturas ancestrales. Por ejemplo, los pueblos aborígenes australianos sostenían que el mundo surgió de cantos sagrados que literalmente modelaban la tierra. Este concepto fue respaldado por los experimentos del investigador Hans Jenny, quien demostró que el sonido puede organizar materia en patrones visibles sobre placas metálicas.
El potencial del sonido
El potencial del sonido va más allá; y, científicos como Royal Raymond Rife investigaron su uso en la sanación de enfermedades e incluso en fenómenos como la levitación.
Existen patentes que sugieren que ciertos patrones de frecuencia podrían incluso influir en la formación de huracanes. No es ciencia ficción es conocimiento no suficientemente divulgado.
Materiales que normalmente consideramos no magnéticos, como el agua o el vidrio, presentan propiedades magnéticas sutiles. Cosas que generalmente pensamos que no tienen vida, la tienen; y, eso, es una de las aportaciones contemporáneas de la física cuántica, una piedra tiene vida, nace de la energía; y, la energía, es la vida; aunque la vida tenga distintos grados de evolución y la de la piedra sea muy primitiva.
El electrón, que tradicionalmente se representa como una partícula, podría en realidad ser una onda resonante. Tesla, con una perspectiva distinta a la visión científica convencional, desafió las bases del modelo atómico aceptado durante siglos.
Antiguos círculos de piedra como el llamado Calendario de Adán podrían tener funciones más allá de lo arqueológico. Algunos de estos sitios aún emiten frecuencias medibles y parecen alinearse con nodos de energía. Estas estructuras podrían haber funcionado como antiguos magnetrones, capaces de canalizar y emitir energía a gran escala. Esto sugiere que las civilizaciones antiguas poseían un conocimiento profundo sobre las propiedades de la piedra como almacén de información energética.
El Calendario de Adán
También conocido como "Adam's Calendar", es una antigua estructura de piedra ubicada en Sudáfrica que ha despertado gran interés tanto en arqueólogos no convencionales como en investigadores de teorías alternativas.
Es un conjunto de piedras dispuestas en círculo, situado cerca de la ciudad de Mpumalanga, en Sudáfrica. Está compuesto por varias rocas verticales, muchas de las cuales parecen estar alineadas astronómicamente.
Investigadores convencionales no han confirmado una datación oficial. Sin embargo, Michael Tellinger, un escritor e investigador sudafricano, asegura que el Calendario de Adán podría tener más de 75,000 años, lo que lo convertiría en el sitio megalítico más antiguo del mundo, mucho más viejo que Stonehenge o las pirámides de Egipto. Esta afirmación no ha sido validada por la comunidad arqueológica oficial.
Existen varias teorías sobre su utilidad o propósito:
- Calendario solar. Según Tellinger y otros investigadores, la posición de las piedras marca los solsticios, equinoccios y otros eventos astronómicos, funcionando como un reloj solar prehistórico.
- Centro ceremonial o espiritual. Algunos creen que pudo ser un lugar sagrado donde se realizaban rituales relacionados con el cosmos, la fertilidad o la conexión con lo divino.
- Tecnología antigua o punto energético. Hay quienes sugieren que esta y otras estructuras cercanas están alineadas con líneas ley (líneas energéticas de la Tierra) y podrían haber sido parte de una red energética o electromagnética antigua.
Las rocas parecen estar alineadas con precisión con puntos astronómicos clave. Algunas piedras contienen cuarzo, un mineral que muchas tradiciones consideran conductor de energía. El calendario se encuentra en una región donde hay miles de otras ruinas de piedra circulares, lo que sugiere una civilización antigua y compleja.
Se asocia con las ideas de que África del Sur fue el lugar original de una civilización avanzada perdida, incluso anterior a Sumeria. Estas ruinas están a menudo vinculadas con leyendas como las de los Anunnaki, los "dioses" sumerios que, según algunos textos, habrían intervenido en la creación de la humanidad. Las afirmaciones más extraordinarias sobre el Calendario de Adán provienen de la arqueología alternativa y no están respaldadas por pruebas aceptadas en la arqueología académica. Pero, aun así, el sitio es real, está abierto al público y sigue generando debate sobre la historia profunda del ser humano y su relación con la astronomía, la energía y lo sagrado. El Calendario de Adán es una misteriosa estructura de piedra en Sudáfrica que algunos consideran el calendario solar más antiguo del mundo. Aunque su origen y propósito exactos son debatidos, invita a reflexionar sobre civilizaciones antiguas, geometría sagrada y nuestra conexión con los ciclos del cosmos.
El universo entero puede interpretarse como una vasta composición vibratoria, una sinfonía de números y frecuencias que sostienen la vida. Acceder a este conocimiento no solo transforma nuestra forma de ver el mundo, sino que también nos abre la puerta a una conexión más profunda con nosotros mismos y con la fuente que lo origina todo.
Se combinan aquí, ideas de física cuántica, espiritualidad y desarrollo personal bajo el marco de la ley de vibración y la ley de atracción.
La vibración como base de la realidad
Todo en el universo es energía vibrando en diferentes frecuencias, desde los objetos físicos hasta los pensamientos. Según esta idea, nuestras emociones y pensamientos emiten una vibración que influye en lo que atraemos en nuestra vida.
Influencia de Nikola Tesla y Albert Einstein
Se menciona a Tesla y Einstein para respaldar la idea de que todo es energía. Pero la física cuántica hoy día respalda la idea. Coincidir con una frecuencia determinada produce una realidad correspondiente, en consecuencia.
La Ley de Vibración y la Ley de Atracción
Nuestras emociones son clave para atraer lo que deseamos. No basta con pensar, hay que sentir profundamente como si ya tuvieras lo que deseas. La ley de resonancia (como el ejemplo de los diapasones) ilustra cómo lo semejante atrae lo semejante.
Pasos prácticos para elevar la vibración serían:
- Claridad en tus intenciones: Saber exactamente qué deseas. - Visualización emocional: Imaginar vívidamente tu objetivo acompañado de emociones reales. - Confianza en el proceso: Actuar con fe, sin obsesión ni duda. - Soltar el resultado: Dejar que el universo haga su parte sin forzarlo.
Puedes cambiar tu vida cambiando tu vibración interior. No basta con trabajar duro; hay que alinear tu energía con tus metas. Practicar diariamente la visualización emocional positiva, cultivar pensamientos coherentes y estar abierto a recibir.
Este tipo de mensaje puede ser muy inspirador y útil a nivel personal para muchas personas, especialmente si lo usan como una herramienta de mentalidad positiva, claridad de propósito y enfoque emocional. Pero es importante no caer en el pensamiento mágico, pensar positivo es poderoso, pero no reemplaza la acción coherente ni la planificación estratégica. …y… hay que tener cuidado con culpar a las personas por no "vibrar bien" cuando las cosas no salen. La vida tiene muchos factores externos que no siempre están bajo nuestro control.
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