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George Simmel, critico alemán, puntualiza, que las personas no son extranjeras en sí mismas sino para la otra que así los conceptualiza. En este proceso se refuerzan en muchos casos la identidad nacional, se trata de un proceso de confrontación o lucha personal en el que se refuerzan lazos de pertenencia del lugar de origen o se rechazan, y se construye una nueva identidad.
Al celebrar en Nicaragua y el mundo hispano un aniversario más de Rubén Darío, tanto de su nacimiento (18/01/1867) como de su entrada a la gloria permanente (06/02/1916), es meritorio tener presente su prodigiosa obra y la vida de este héroe cultural, a fin de la formación y cultura en la identidad de los nicaragüenses.
A día de hoy, la comisión de delitos online resulta una práctica cada vez más habitual; especialmente en redes sociales. Entre ellas, la más extendida es la suplantación de identidad en las redes, es decir, cuando una persona se apropia del nombre de otra o utiliza su información personal e incluso sus cuentas para hacerse pasar por ella. Pero, ¿cómo se debe actuar ante un caso de este tipo?
Siempre había creído que mi destreza olfativa era razonablemente buena, incluso superior a la media, me atrevía a pensar, hasta que no hace mucho asistí a la mayor demostración de agudeza que jamás he visto en este campo, una suerte de superpoder, a mis ojos; una habilidad extrahumana, digna realmente de un sabueso o de un felino, como se verá.
Si un extranjero se empeña, en desterrar nuestra eñe, seguro que se despeña por más que con ello sueñe.
En 1900, Joaquín Costa, uno de los grandes intelectuales españoles, en el contexto gubernamental de un proceso regenerador de la sociedad española, consideró que para lograr esa transformación de España, la misma habría de asentarse sobre dos pilares, sin los cuales el proyecto estaría condenado al fracaso: la escuela y la despensa.
Hoy día se está expandiendo por el mundo civilizado una corriente cuya finalidad es desterrar y negar la influencia del cristianismo en la cultura europea. ¿Propósito deliberado? ¿Ignorancia consentida, o mala fe y peor intención para educar nuevas generaciones que desconozcan su pasado?
Aunque mucho suele hablarse de la identidad, parece muy difícil hacerlo con propiedad. Son innumerables los matices implicados, de por sí imposibles de abarcar en su totalidad, con frecuencia asientan en el subconsciente y son susceptibles de ser modificados por las conexiones de sus propias influencias.
Una de las consecuencias directas tras el estallido de la pandemia fue la rápida aceleración de la digitalización. Los consumidores y las empresas pasaron a depender más que nunca de la tecnología y el canal digital fue, en muchas ocasiones, la única vía de acceso para trabajar, comunicarse, entretenerse o realizar compras. La digitalización se ha extendido en este periodo, y también se ha incrementado la preocupación de los consumidores ante las amenazas cibernéticas.
¡Uy! Como si eso fuera así de fácil. ¡Ah, bueno! Usted se conforma con los datos del documento nacional de identidad; si eso es así, perfecto. Al principio creí que iba en serio y eso ya requería otros planteamientos. Siendo importantes los signos utilitarios de la ubicación social, queda por ver su verdadero lugar en el edificio identitario personal; desde la azotea a los albañales, los detalles íntimos proliferan.
El muy noble y dos veces leal pueblo valenciano, dice: ¡basta ya! No somos ni pertenecemos a los Países Catalanes, ese país inventado, al que nos quieren hacer pertenecer y en el que nunca hemos estado: ni por cultura, ni por lengua, ni por tradiciones, ni por creencias religiosas. Valencia, es un territorio libre, independiente y adherido a la nación española.
Cada vez las normativas son más estrictas para ciertas empresas que necesitan acreditar la identidad de sus clientes. Blanqueo de capitales y terrorismo, Ley General de telecomunicaciones en el ámbito de la identificación de las transacciones y sus actores, eIDAs... son muchos los requisitos que, en un contexto de consumo digital, necesitan acelerar los canales digitales si quieren no solo cumplir la legislación sino garantizar la seguridad a sus clientes.
Robar la identidad de una persona nunca ha sido tan fácil. Con el uso continuo de la tecnología en diferentes esferas de la vida cotidiana, todo cuidado es poco. Son muchas las personas que están conectadas a Internet la mayor parte del día ya sea para ver una serie, trabajar, hablar con un amigo, hacer la compra o gestionar las finanzas, uso que viene acompañado de un incremento de robos y filtraciones de datos o campañas de suplantación de identidad.
Los valencianos llevamos demasiado tiempo siendo vilmente atacados por la política catalanista, republicana y de izquierda. También nos atacan sin pudor desde la derecha catalana, representada por los partidos denominados de la burguesía. Somos incluidos en una entelequia, en la creación artificial de unos inventados países, que denominan catalanes y que van desde la región francesa de Montpellier, hasta la desembocadura del río Segura, en la comunidad murciana.
Me gusta ser humano, en verdad que sí, pero la realidad es que resulta complicado, como cuando estás en tu habitación escuchando música clásica mientras afuera la música electrónica se impone con su velocidad, es ahí cuando me levanto y agarrando los audífonos vuelvo a la inmersión previa a la distracción. Gracias a que somos humanos podemos imaginar, amar, crear y aprender de forma racional.
Mirarse al espejo y verse a uno mismo, es cada vez menos creíble.
Es de esas cosas percibidas al experimentarlas, pero evanescente a la hora de poder explicarlas. Observamos con cierta nitidez las IDENTIDADES ajenas, quizá porque sólo percibimos sus rasgos más llamativos; vistas de cerca empiezan a embrollarse. Si aceptamos el desaliento y no les hacemos caso a estas cuestiones, vamos quedando desarticulados con respecto a la incesante complejidad ambiental.
Las simplificaciones son riesgosas, al menor descuido caen en la simpleza. La reducción de la realidad a pocos matices genera figuras irreales peligrosas, suponen una suplantación en toda regla. Si pensamos en la identidad es preciso estar alerta. Los alardes identitarios al uso dicen inconveniencias manifiestas sin perfilar su consistencia; sus extravagancias dejan al aire sus vergüenzas.
Identidad, es un replanteamiento político ante la amenazadora expansión del nacionalismo. El autor estadounidense analiza con aguda clarividencia los diversos envites de las democracias liberales ante el sentimiento identitario.
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