| ||||||||||||||||||||||
Esta Europa tan dependiente de los EEUU, aunque intente demostrar que es completamente autónoma, siempre ha venido adoleciendo de tener un sentimiento, completamente injustificado antiamericano, de creerse que está en disposición de dar lecciones a los norteamericanos sobre cómo deben comportarse
Aunque no quieren aparentar estar preocupados por la influencia que pueda tener en el resto de España lo que ha sucedido en las elecciones de la comunidad madrileña, el señor Pedro Sánchez, su asesor el señor Iván Redondo y toda la camarilla de ministros y ministras que forman parte de este sanedrín que ostenta el poder en nuestro país.
Sin estado de alarma, pero alarmados por sus consecuencias.El Gobierno que lo declaró sigue desentendiéndose, dejando en manos de las autonomías y de los tribunales el apechugar con la pandemia y sus crisis añadidas, en su papel de Don Tancredo.
Si alguien hubiera tramado un medio para conseguir, de una tacada, un desenlace de unos comicios, como ha sido el caso de la comunidad madrileña, con tantos aspectos positivos para el partido que convocó las elecciones, seguramente no habría podido obtener uno que tanto favoreciera a la derecha española y a España.
No es fácil tener a un pueblo enganchado a la zanahoria que le promete bienestar, mejoras, libertad, sosiego y seguridad cuando van pasando los días, las semanas, los meses y los años y nada se mueve, todo sigue igual.
Puede que en alguna de estas pesadillas que nos amargan los sueños durante la noche hubiéramos podido sentir una angustia semejante, es posible que durante el transcurso de nuestra existencia hayamos tenido momentos en los que hayamos pensado que el Mundo se nos venía encima.
Es evidente que, en España, se estás produciendo un hecho fundamental del que, con toda seguridad, va a depender, al menos en parte, el futuro de toda la nación española. El tema catalán ha venido condicionando desde hace años parte de la política nacional y debemos reconocer que, en una parte importante los culpables de que no se haya atajado el cáncer del separatismo soberanista, que tanta fuerza ha demostrado tener en Cataluña, se debe a los miedos, el galleguismo.
España en cabeza de la tolerancia con el aborto, la homosexualidad, el anticatolicismo, la degradación del concepto de familia, del feminismo radical y del intercambio de roles sexuales, la humillación y relegamiento del varón junto al liberticidio y el intento de retorno a épocas en las que las libertades de los ciudadanos estaban sometidas a la dictadura del Estado republicano totalitario del Frente Popular.
La ciudad de Barcelona, capital de la comunidad catalana, no es, ni de lejos, la ciudad cosmopolita, referente cultural y emporio industrial y económico de la nación española que fue, antes de las ínfulas secesionistas de unos catalanes que buscaban notoriedad política.
De un libro de anécdotas históricas he entresacado la siguiente:”Hablando el marqués de Comares con un regidor de Córdoba, le dijo: Los romanos tenían su república rica y sus casas pobres. Los regidores, en España, quieren tener hartas sus casas y las repúblicas hambrientas" , sin duda alguna un pensamiento que puede tener la misma validez hoy en día que en el Siglo XVI, época en la que tuvo lugar dicha conversación.
Todos sabemos que el régimen comunista desde, el bolchevismo de la Unión Soviética hasta el del recientemente implantado del neocomunismo de los países latino-americanos, han venido utilizando el método del engaño, la mentira, la tergiversación junto a la descalificación sistemática de quienes se oponen a este sistema político.
Cómo de enrarecido estaría el ambiente, dentro del Parlament catalán, que el secretario segundo de dicha institución tuvo que plantear a la cámara que no admita a trámite propuestas de resolución contra la monarquía española y a favor de la autodeterminación. Un miembro de Juntos Podemos, el señor Cuevillas, dejó asombrados al resto de componentes de la institución al pronunciar dichas palabras que, con toda seguridad, no esperaban escuchar de un componente de la mesa.
Aparte de la metida de corvejón de la ministra al abroncar al señor Matarí cuando él defendía una situación que afectaba a su propia familia (una hija discapacitada) nos da la sensación de que la ministra reacciona con tanta pasión porque se ve venir una posible rectificación desde Europa.
Fracasado en su intento de desequilibrar, desde fuera y mediante una moción de censura, el gobierno de la señora Ayuso en la comunidad madrileña y debilitado por su fracaso en Murcia, el señor Iglesias ha querido recobrar el protagonismo perdido y su maltratado prestigio, mediante una de sus características y estrafalarias ocurrencias
Pero si ha existido un momento en el que a la diplomacia española se le ha puesto “a huevo” la ocasión de volver a recuperar el peñón, y ha sido cuando los ingleses han presentado el “brexit” que ha permitido que, la Gran Bretaña, abandonara Europa y todos los privilegios que su unión le proporcionaba como nación importante dentro de la CE.
Los políticos tienen la ineludible obligación de estar siempre en sintonía con aquellos que los votaron. No basta que, durante una campaña electoral, se ofrezcan unas determinadas políticas a los votantes para conseguir sus votos, se les endulcen los oídos mediante promesas u ofrecimientos que se sabe pueden encandilar a determinados ciudadanos, ni que se toque la fibra sensible de los sentimientos del pueblo para ganarse la confianza de los presuntos seguidores que se quiere captar.
Muchos, en España, recordamos la llegada de los tecnócratas en tiempos del gobierno del general Franco y lo que supuso para España el cambio de rumbo que supieron darle a nuestra economía y lo que representó para el país que hubiera un equipo económico solvente capaz de corregir las evidentes equivocaciones de los políticos de aquella época.
Lo que se ve es que el actual Gobierno, cada vez se ve en más dificultades al tener que traducir en realidades sus promesas de apoyo y sus ofertas de una recuperación inmediata. Hoy mismo se ha anunciado un nuevo aplazamiento de las ayudas prometidas por el actual Ejecutivo a los comerciantes y a la hostelería.
En cualquier otra nación civilizada y democrática el poner en cuestión el uso del idioma oficial en cualquier ámbito que fuere, oficial, privado, en la enseñanza o en cualquier medio de información sería considerado como un delito de lesa majestad.
En realidad ya no hay nada, en esta España en la que vivimos, que pueda extrañarnos, que sea capaz de asombrarnos o que nos pueda sacar de este estado de depresión y desconfianza en el futuro que nos viene afectando desde que el señor Pedro Sánchez se alzó con el poder, a causa de aquella malhadada moción de censura que apartó a Rajoy de la jefatura del gobierno.
|