| ||||||||||||||||||||||
Los intelectuales de izquierdas dedicamos toda la vida a tratar de explicar en miles de artículos y libros cómo funciona el capitalismo y, de pronto, quienes lo gobiernan y se aprovechan de él lo muestran con toda claridad en una línea. Eso es lo que han hecho, con unos días de diferencia, el hombre más rico del mundo, el político más poderoso del planeta y el representante de las grandes empresas españolas.
Políticos y partidos han puesto mucho de su parte para extender la mala visión que se tiene de la política, ya que muchos han venido a recoger y buscar rédito político, y parece que con buenos resultados, aunque con dudosa ética.
La sociedad española respira hoy un aire denso, cargado de indignación y desencanto. La sucesión de escándalos de corrupción que salpican al partido en el Gobierno, el PSOE, y a su propia estructura ejecutiva, investigados por la Guardia Civil, no son solo casos aislados como nos dicen los voceros autorizados. Son síntomas de una patología profunda que corroe la confianza ciudadana.
“El poder y el dinero todo lo corrompe”. Esta afirmación, que podría parecer una sentencia amarga o una exageración pesimista, se revela cada vez más como una radiografía certera del tiempo que habitamos. Nunca antes habíamos tenido tantos recursos tecnológicos, tanto conocimiento científico, tantas herramientas para construir un mundo justo y sostenible. Y, sin embargo, el presente se parece más a una distopía en cámara lenta que a un avance hacia la equidad y la paz.
Todos los medios de comunicación coinciden prácticamente con un mismo titular: el gobierno de Pedro Sánchez ha decidido «no tirar la toalla». Me parece bien que exista esa voluntad, por lo que tiene de no sentirse derrotado y como expresión del deseo de seguir dando la batalla hasta el final
Desde que se conocieron el informe de la UCO sobre Cerdán y los audios que probaban la existencia de una organización criminal entre miembros del Gobierno y del PSOE, la izquierda política y mediática se esfuerza por inocularnos un marco mental propio e interesado sobre los corruptos y los corruptores.
Veo en la televisión la imagen de un tipo con apellido de cárcel, porque sin darse cuenta lo lleva ya registrado en su onomástica. Un individuo de más de sesenta y cinco años que ha vivido casi toda su vida de la política. El gran refugio de los vagos y delincuentes. Es uno de esos individuos prototipos que describió certeramente Stefan Zweig en su libro Momentos estelares.
Estamos asistiendo a la degradación de los sentimientos nobles del ser humano, y sólo por el afán desmesurado de conseguir poder. Lo que se lleva es eso de «cuanto más poderosos seamos mejor», como si lo más importante para el ser humano fuera satisfacer esa ansia descomunal que le va a permitir abrir todas las puertas para conseguir fama, riqueza, gloria y honores, es decir, todo aquello que desea, pero que su espíritu no quiere porque los podrá llevar consigo al otro mundo.
Los Técnicos del Ministerio de Hacienda, Gestha, consideran que el aumento del 18% de las denuncias indican un aumento de la corrupción y el fraude en la contratación pública, tras analizar los indicadores seleccionados por la Oficina Independiente de Regulación y Supervisión de la Contratación (OIReScon). La OIReScon es un órgano colegiado independiente, aunque está adscrito al Ministerio de Hacienda a efectos organizativos y presupuestarios.
Oímos hablar en los medios de los aforamientos y de sus beneficiados, los aforados. Pero con frecuencia nos liamos la manta a la cabeza y creemos que solo son aforados los políticos, o que ningún aforado puede ser juzgado. Con lo que bien está que sean aclaradas ciertas cosas básicas sobre tan esencial asunto.
Tranquilidad. Todos mediocres a apoyar al sanchismo, demostrada mafia criminal. «Larga vida al Sanchismo socialista (sic)», dicen los que viven de él, con la disculpa de apoyar a un partido que ante todo creen que es social, pero nunca más lejos de la realidad.
En España, la corrupción no es una anécdota, ni un error puntual, ni un asunto exclusivo de “unos pocos”. Es un sistema, una maquinaria silenciosa y eficaz que se alimenta del oportunismo, la impunidad y la falta de voluntad real para extirparla. No importa el color del partido, ni el cargo que se ostente, los corruptos y los corruptores se entienden entre ellos, porque hablan el mismo idioma.
A lo largo de estos 25 años de docencia, he pensado en dejar la enseñanza en más de una ocasión. Motivos he tenido: leyes cambiantes y sin sentido, burocracia creciente, sociedad hostil hacia el profesorado, alumnado menos interesado en el aprendizaje, devaluación económica, irrupción de la IA… Cada vez que ese pensamiento invade mi cabeza, me recuerdo a mí mismo que lo importante aquí siempre es la Educación, así, con mayúsculas.
Dice el refrán: “Cuando el río suena, agua lleva”. Si el agua discurre libre y juguetona por su cauce, produce un sosegado murmullo que se convierte en una armoniosa melodía. Pero cuando aparece la sed de lo que ya no puede contenerse, la furia del agua desatada no es sonido: es rugido, un grito ancestral que los diques temen escuchar. ¿No hay nadie que escuche ese rugido en las entrañas del PSOE?
Mordidas malversación, fraude, pilinguis… Esta gente hace a todo. Toca todos los palos, lo mismo plancha huevos que fríe corbatas, por eso el sanchismo se ha convertido en una fétida corriente con un panorama desolador donde la corrupción, las mordidas y el fraude son la línea conductora. Eso sí, al presidente le ha faltado tiempo en su comparecencia para echar la culpa a los demás: llevaba preparado el espejito y únicamente veía al otro, él no se veía.
El poder es un fetiche y ellos gobiernan para el poder; eso es progresismo, justo lo contrario de progreso. Progresismo es el signo de identidad como partido sanchista: PCS (partido corrupto sanchista). Hace mucho que tiraron a la basura las siglas PSOE, el progresismo no es ni socialista ni obrero ni español.
"No vamos a romper la estabilidad para ponernos en manos de PP y Vox, la peor oposición que ha tenido nuestro país", dijo el presidente en su comparecencia ante los medios. ¿Se habrá escuchado la barbaridad que ha soltado? ¿Se puede ser más antidemocrático que este nefasto personaje chulesco y engreído? Él puede pactar con proetarras, independentistas y bandoleros golpistas, pero los demás han de pactar sólo con quien él diga.
Frente a los prudentes, los fatuos se envalentonan. Es el problema de los que miden sus actos y contienen sus lenguas. El obispo de Madrid, Enrique Tarancón, lo dijo varias veces: el exceso de prudencia es una imprudencia. ¿Cuál es la imprudencia? Que demos pábulo a toda una serie de cosas que son, hablando “prudentemente”, impresentables.
Han pasado diez días desde que se publicó el informe de la UCO y el secretario de organización socialista aún sigue negando la mayor. Insiste en que el tiempo demostrará la falsedad de cuanto se dice de él. Lo que sucede es que, a la vista de diferentes apartados del informe primero, el tal Santos Cerdán es el perejil de todas las salsas, pero sólo para poner el cazo.
El último informe de la UCO detalla la actividad delictiva de una «organización criminal» integrada por altos cargos del Gobierno y del Psoe. Los jefes de esta banda no eran segundos espadas. José Luis Ábalos y Santos Cerdán han sido los hombres de confianza de Pedro Sánchez y los número dos en el Gobierno y en el partido durante años. Ellos son los dos que han llevado durante el sanchismo la manija del poder en el Gobierno y en el Psoe.
|