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Convivencia

Mundo trastocado

¿Cómo ha sido posible que en los cuatro últimos años se hayan producido consecuencias tan destructivas? Vivimos en una época de avances científicos sin precedentes que nos hacen pensar que somos dioses. El cientifismo nos hace creer que podemos solucionar todos los problemas que se nos planean. La verdad es que se agravan y se añaden de nuevos que empeoran la situación.

Los retrovisores y el campo visual en la vida

El inicio de la pubertad es, igualmente, el inicio de nuestro yo personal y social. Seremos lo que nos propongamos y con inteligencia desarrollemos; todo ello bajo el entorno de las normas de convivencia.

Tráfico sin cortesías, política sin servidumbres

Recuerdo las primeras normas de conducción que, allá por los años 60, procuraban enseñar a los alumnos. Primera: el coche tiene tres ojos, los retrovisores. Deben estar siempre limpios y equilibrados. Segunda: Ante un cruce o rotonda, toda duda o equivocación se resuelve manteniendo la misma dirección. Se debe evitar toda maniobra brusca. Tercera: en tráfico no existe la cortesía. Siempre se debe anteponer la norma.

Celos mortales

Los celos son un demonio, un dragón, una verdadera pesadilla, pero no solo para el celoso, también para la persona que los recibe, que termina viéndose examinada, oprimida, acorralada y finalmente herida. La persona celosa se convierte en un sabueso que todo el día busca evidencias y jamás llega a sentirse realmente relajada.

La estética contemplativa

En los tiempos actuales me quedo con la lúcida sensación del intelecto; puesto que, tan significativo como rebajarse para sentir la verdadera grandeza, despojados de los deleites y los vicios mundanos, es bajarse del motor de la cotidianidad para despertar el sentido estético y contemplativo, que es lo que verdaderamente nos pone en sano movimiento, con su providencial abecedario de asombros.

Hacer las paces de corazón

Los moradores de este mundo tenemos que cohabitar unidos, hacer las paces entre sí y con la naturaleza, sentirnos familia para poder coaligarnos con ese orbe natural del que constituimos cuota, porque si no lo hacemos, nunca reencontraremos sosiego internamente. Quizás tengamos que unificar criterios, juntar latidos, crear espacios donde poder sentirnos acogidos, amados, reconciliados y alentados a vivir en comunidad.

Mundos enfrentados

No hemos aprendido aún a convivir, a pesar de tantas historias de guerras y contiendas sufridas como linaje, nos falla la mano tendida para entendernos y un espíritu acogedor que integre y no divida. Estamos más solos que nunca, a pesar de la cercanía de un mundo global, que se ha empedrado de odio y venganza.

Gustos patéticos

La soledad ejerce importantes influencias sobre los individuos. Una de las peores es de carácter trágico, se aproxima a la gente en sus momentos críticos y culmina con el final intransferible, la muerte. Hoy en día se practica con denuedo la soledad con talante cómico, porque en ella se alardea de no tomar nada en serio.

La Constitución: un nuevo cumpleaños

Los que hemos tenido la gran fortuna de disfrutar de una España próspera, democrática y respetuosa con los derechos y libertades de los ciudadanos desde el gran hito histórico de la transición, no podemos ocultar hoy un sentimiento de preocupación e incluso de temor ante los vientos revolucionarios que amenazan desmantelar el orden constitucional que ha cimentado una convivencia entre españoles que ha sido modelo para numerosas naciones del mundo.

Nos estamos enmendando

Aunque algunos se empeñen en lo contrario, el año y medio que llevamos, ora acuartelados, ora en semi libertad, ora en libertad vigilada, -pero siempre un tanto “acongojados”-, ha conseguido recuperar en buena parte el sentido solidario, la amabilidad, lo mejor de cada uno de nosotros.

La ciudad dormida... ¿amanecerá?

Si se quiere ser libre hay que independizarse de la máquina social que estructura y esclaviza las actividades individuales, sofocando la libertad personal. La sociedad actual, globalizada y automatizada, empapa lentamente todos los aspectos de la vida individual, los económicos, los intelectuales, los lúdicos, los afectivos, los laborales y los religiosos.

"No sé lo que durará esto"

Después de las bodas por la Iglesia, civiles, por ritos exóticos, por poderes, playeras, etc., hemos podido descubrir una nueva modalidad: las bodas para poder cobrar exclusivas. Este es el caso del “paripé” perpetrado por una protagonista mediática de los dimes y diretes “pantojiles”, que  se “casó” ante las cámaras a principios de octubre, con el decidido propósito de hacer caja.

Qualia o no qualia

Interesante concepto este por el que pasamos a diario sin darnos cuenta, o mucho peor despreciando sus repercusiones sobre la existencia particular y social. Accedemos a una playa, entramos en la oficina, llegamos al domicilio particular, deambulamos por plazas o avenidas; como meras piezas mecánicas o como entes pensantes sabedores del posible sentido de dichas acciones.

Reanudar para proseguir

La actual generación de este mundo cambiante, deberá hacer memoria para tomar conciencia de los caminos recorridos por nuestros predecesores, y orientar sus pasos sin resentimiento hacia horizontes más libres y armónicos. Para conseguir este cambio de actitudes renovadoras, ya no sólo se exige esfuerzo y tesón por parte de todos los moradores del planeta, también se requiere otro espíritu más conciliador y clemente con el análogo.

Un nuevo mundo

A los que somos mayores, a los que vivimos gran parte del pasado siglo, nos sorprendía la presencia de “extranjeros” en nuestra incipiente Costa del Sol. Se trataba especialmente de turistas nórdicos en busca del maravilloso clima de nuestra tierra. Iban y venían. 

Posteriormente, y dado el desarrollo de nuestro país, comenzaron a llegar emigrantes en busca de una mejor situación laboral y económica.

Política de máscaras venecianas

Reunión de falsos alfareros, hace días, llenaron todos los medios. Presidentes de reinados comprados con votos serviles, trajeados con ropa pagada por todo el gremio laboral, plantaron cara para la foto de familia unida antes de la herencia. El pueblo murmuraba porque, la verdad, no podía hacer otra cosa; alguien vendría a callarle. Los disfraces suelen ocultar burdas situaciones, físicas, cívicas o morales.

​VOX se equivoca y el PP mucho más

El error de uno es la exageración en sus términos y formas. El otro hierra por su soberbia de “camisa y pañuelo” de señuelo elitista.

Ceuta es una realidad, mezcla de sentimientos enfrentados: uno, la españolidad histórica debilitada. Otro, el islamismo protegido y teledirigido desde Marruecos.

La bronca

Supongo que a la mayoría de nosotros no nos gustan las discusiones. Y mucho menos cuando las mismas descienden a lo personal. Se tiene muy poco en cuenta el dicho popular que sentencia: “Cuando uno no quiere… dos no discuten”. Estas reflexiones han venido a mi mente durante mi asistencia a una reunión de una comunidad de vecinos.

Sentir la cercanía

La falta de acogida para sentirse integrados en una comunidad, es otro de los grandes males del mundo actual. No pasamos del sueño de la política inclusiva. Hagamos realidad la inclusión de una vez y para siempre. Por desgracia, cada día se concentra el poder en manos de unos pocos que lo único que defienden son sus intereses privados, distorsionando las políticas sociales, cuando nuestro principal deber es el de ayudarnos recíprocamente.

Necedades o virtudes

A estas alturas resultan ridículas las afirmaciones de una justicia igual para todos, de una honestidad proclamada por los propios interesados; en definitiva, de ciertos pronunciamientos caprichosos, con la ligereza como único acompañante. Aunque llegara a estructurarse en instituciones fastuosas o se pretenda legislar en defensa exclusiva de las honestidades propias, queda comprobada por cualquier observador la palabrería huera.

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