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¿Qué son los amarres de amor caseros y por qué fallan? Hoy en día, muchas personas acuden a internet buscando soluciones rápidas para recuperar el amor perdido. Encuentran rituales que prometen resultados inmediatos utilizando elementos simples como fotos, papel, miel o velas. Sin embargo, los amarres de amor caseros gratuitos no funcionan porque carecen de fuerza espiritual y preparación energética adecuada.
El amor es para el alma, un alimento obligado, puro, desinteresado y buena fuente de calma.
Cuenta Tony de Mello de uno: “Durante años me sentí atrapado en mis propios conflictos: me sabía neurótico, angustiado, deprimido. Todos me decían que tenía que cambiar. Yo lo sabía… pero no podía. Hasta que un día, mi mejor amigo hizo algo diferente: Me dijo que no necesitaba cambiar para ser querido. ‘No cambies. Te quiero tal como eres.’ Y entonces cambié”.
La sociedad nos enseña a vivir acorde a la gran mayoría, nos introducen valores que debemos manifestar en la edad adulta y nos inculcan la búsqueda de un amor ideal basado en el cuidado y la comprensión. Nos dicen que tenemos que estar acompañados y que la soledad y el individualismo no es bueno.
Muchas personas cargan con una presión invisible: la de ser queridas a toda costa. Se visten con una máscara de perfección —amables, sonrientes, eficientes, jóvenes, atractivas, disponibles— porque en algún momento aprendieron que solo así serían valoradas. No es vanidad, ni ego, es miedo. Miedo al rechazo, al abandono, a no ser suficientes.
Es un lugar común que habitamos una época de individualismo feroz donde el narcisismo egoísta es más o menos una conducta social apegada a la piel de cada persona. Sin embargo, contrasta con este hecho casi incontrovertible la cantidad de solidaridad y caridad estructurada alrededor de organizaciones sociales y benéficas que hacen del altruismo estandarizado su razón ética o moral de ser. Su generosidad resulta inatacable: dan sin esperar nada a cambio.
¡Cuidado con los amarres de amor caseros! No funcionan y pueden ser peligrosos. Si has estado buscando amarres de amor caseros efectivos y fáciles, es importante que sepas la verdad antes de caer en falsas promesas. Estos rituales que circulan en internet suelen estar llenos de errores, falta de conocimientos esotéricos reales y, en muchos casos, pueden generar efectos contraproducentes en tu vida amorosa.
El amor no surge de la nada, ni es producto de la casualidad... es la maravillosa realidad creada por la unión de dos seres que quieren convivir con amor y generar amor. El ser humano busca el amor, necesita ser amado, querido y correspondido desde el minuto cero de su existencia; desde el primer momento que llegamos al mundo, sentimos la necesidad de salir de nosotros mismos.
Si miramos a nuestro alrededor podremos ver miles de parejas que, o se han formado hace poco o que ya lo vienen siendo desde hace tiempo atrás. Y todas estas parejas a medida que van avanzando generarán unos códigos que crearán las bases de lo que están o quieren construir. Siempre los inicios son sencillos, no existe cabida para los malentendidos porque el diálogo no estará viciado de reproches ni de emociones que hayan creado un mal ambiente a causa de alguna discusión.
Hace unos años, National Geographic publicó una historia que conmovió a muchos: después de un devastador incendio en el Parque Nacional de Yellowstone, un guardabosques encontró el cuerpo calcinado de un ave al pie de un árbol. Su postura era extraña, no parecía haber caído en un intento de huida. Al tocarla con una vara, tres pequeños polluelos emergieron de debajo de sus alas.
Libertad es una palabra que se oye a menudo en estos tiempos que corren. La libertad es ese derecho sagrado e insustituible que lamentablemente sólo algunos afortunados en el globo hemos podido gozar de él. Considero la libertad como un concepto grande, como una de esas palabras fundamentales en cualquier idioma por lo que representan.
Tapada con sábanas va mi corazón, que volando entre olas no encuentra el amor, Manuel, Norberto, Gregorio, Lucrecio, estoy tan confusa que no sé qué hacer. A casa de Gilberto me pienso marchar, ese amor maduro me hará feliz y progresar, salir de las penas admirando el mar en su inmensidad.
El vínculo más patente es que todos cohabitamos en este planeta, bajo el mismo aire e idéntico techo, hasta que la muerte nos alcance el manchado cuerpo. En consecuencia, nuestra gran asignatura pendiente, radica en no romper los armónicos lazos que nos unen como humanidad; y, por ende, como familia.
Para conocer a alguien hace falta tiempo, momentos de calidad y compartir también determinados valores, ya que las parejas se forman porque dos personas en un instante determinado se sienten atraídas y piensan que es posible que puedan ser compatibles en el tiempo.
En la pareja debe fluir la comunicación más directa y eficaz a través de las normas que ponga en marcha cada miembro de una relación. Desde la sinceridad a los hábitos más saludables del diálogo, las palabras y los mensajes, es posible conseguir que las uniones personales puedan a llegar a consolidarse y dejen de ser sentimientos pasajeros.
Con hondos, cálidos y dulces sentimientos, auxiliado del arte magistral de Rubén, ante el gozo de la carne que después, se tornara en polvo y ceniza, este día especial deseo, que mi canto al amor, nos cubra, nos inunde y nos hechice, abriéndonos las puertas del palacio, para en amplia pista, danzar y bailar muy bien con vos, juntitos rozándonos dar brillo a la hebilla, amor de mi vida.
Con la llegada de San Valentín, la presión social por encontrar el amor "perfecto" se intensifica, especialmente en un mundo donde las redes sociales imponen estándares irreales de felicidad y romanticismo. Esta presión puede desencadenar en problemas de salud mental como ansiedad, depresión o trastornos de la conducta alimentaria. Según afirman los especialistas "el mito del amor romántico nos ha hecho creer que estar soltero es sinónimo de soledad".
La vida es breve, pero bella e intensa. No por casualidad el Creador de la humanidad inició su creación iluminándola mediante la luz, para que el firmamento se apreciara ser cielo, donde el día se separara de la noche, la tierra del agua, y estas fueran revestidas de estrellas relucientes.
A pesar de que parece que fue en la antigua China donde alrededor del siglo VII a.C. se creó el concepto de exámenes para lograr reconocimiento y estatus en los aspirantes que superaban la prueba, fue el siglo XIX, con el Positivismo, el que trajo a nuestro mundo la necesidad de validar el conocimiento a través de unas pruebas fijas diseminadas a lo largo del año escolar, con unos criterios que medían la valía de los estudiantes.
Hay un día al año en el que los enamorados visten de gala al universo y las estrellas se convierten en cómplices de un ritual secreto: la fiesta del amor, en la que San Valentín es el alquimista de la orgía de la seducción. La fiesta del amor es el puente necesario que permite a los enamorados cruzar de la orilla de la rutina a la de la ternura y la sorpresa.
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