| ||||||||||||||||||||||
Bayardo Quinto Núñez
Bayardo Quinto Núñez Es oriundo de Masaya Nicaragua. Es PINTOR, ESCRITOR, MÚSICO y Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, egresado de la Facultad de Derecho UNAN-LEÓN de Nicaragua. Ha escrito 22 libros de: Relatos, Minicuentos, "Pohesía", Novela Corta y Ensayos. Al vocablo Poema, Poesía les decoró, creó, insertándoles la letra "h", así: "Pohema", "Pohesía" e ideó la palabra "Letrística" o "Letrístico". -Correo: tac_tictac@yahoo.com
https://linktr.ee/artesyredes |
![]() |
He recibido la (su) obra letrística y/o literaria "Rostros y Lugares", de manos del autor, mi amigo el escritor, poheta y crítico literario Danilo Urtecho. Esta magna obra es un tesoro para nuestra cultura nacional que internacionaliza a nuestro terruño.
Un temblor imaginario real, repentino e improvisto y repleto de calidez hizo dar gracias a este mundo protervo, cetrino de maledicencias en parte...
Los invitados fueron recibidos en la sala comedor. Amelia todavía se encontraba en su aposento vistiéndose. La mesa estaba servida, daba un aspecto original; los pronósticos de Amelia eran certeros; el viento soplaba fuertemente, cómo que vigilaba al tipo y el momento.
Eran las seis de la mañana, el oscurecer de aquel mismo día desaparecido. La mañana estaba hermosa y sorprendida, esperaba el sol del día, que no duraría mucho. Doña Francisca bajaba el café negro del fogón y se movía sin cesar del lavandero a la cocina, el día para ella venía apretado, como todos los días.
Ante el vibrante rugido del momento, con aire comprometido y sombría esperanza, un día domingo del mes de octubre, del año de los tiempos, y cuando el barrio se encontraba lóbrego, golpearon a la puerta de la casa donde vivo toc, toc, toc. Abrí la puerta y lo primero que ví fue un niño con una biblia en la mano.
Siempre es inveterado, que el o los momentos sólo tienen una fuente de virtud, la vida, y la muerte que, no lo es, es volver a vivir o seguir el rumbo de la nueva vida del futuro.
Darse muerte a través de la imaginación, es un arte aniquilarse y regresar a la vida para no estar muerto, es así quizás destruirse con el pensamiento...
Era una madrugada, casi aparecía la aurora ante formidable devoción lejana que vibra, place, y, se apagó la radio, una voz melodiosa que sonaba y sonaba llevándose una historia irreparable, no remedada.
Las artes tienen caites y zapatos. Esto no quiere decir, que lo uno u lo otro tiene más prestigio, pues no. Sería una gran equivocación, porque todo tiene su valor conforme se lo da el autor de la obra. De tal suerte, las artes en la cultura, esencialmente engloba las creaciones realizadas por el ser humano, así expresa la visión sensible acerca de la realidad circundante, bien sea real o imaginario.
Se iba viajando en tren eléctrico a la ciudad de Oranienburg, la noche había decendido. En esa época, las calles de Alemania la “Ex RDA”, allá por los años 1984 en el mes de octubre e inicios del primer mes del año 1985, se encontraban repletas de abundante nieve, los vehículos en parte atascados por la nieve, las personas transeúntes muy bien abrigadas.
Es una constante que, el deseo preña la mente, con máscaras impregnadas que desean metal precioso, moneda lastimera, cosas buenas y maledicencias de todo tipo. Esa es el alma de un inmenso espectáculo como aspecto de los vecindarios, chismosos, gente curtida, curiosa, con o sin sentimiento, con rostros enrevesados.
Habló en vos baja. La olas de esta montaña realística recorren sibilinamente con caricia el alma limando paulatinamente el muro del corazón...
|