Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Libros
Etiquetas | relato corto | Relato | Amiga | Alemania
Mi bitácora de futuro

Tina de agua con flores y perfume

|

A Bárbara Schultz, amiga alemana (Ex RDA)


Se iba viajando en tren eléctrico a la ciudad de Oranienburg, la noche había decendido. En esa época, las calles de Alemania la “Ex RDA”, allá por los años 1984 en el mes de octubre e inicios del primer mes del año 1985, se encontraban repletas de abundante nieve, los vehículos en parte atascados por la nieve, las personas transeúntes muy bien abrigadas, pues el clima era caliginoso, y los aposentos de la noble clínica alemana (Ex RDA), los pasillos se encontraban en un sagrado silencio sepulcral. Mientras tanto, Bárbara y el amigo extranjero internado, dialogaban los días que tocaba turno a Bárbara, pero cierto día en la entrada de la clínica ortopédica de “Wikemberder” así se pronuncia, se ha olvidado cómo se escribe.


Era el filo de la media noche, la memoria rememoraba, aquella calle de Alemania de la RDA, del año 1985, llenas de nieve, los pocos árboles, sus ramificaciones igual de repletas, mientras disfrutaban del viaje en tren. En ese instante, el tren eléctrico llegaba a su destino, bajaron, y se enrumbaron al apartamento de la amiga Bárbara -alemana enfermera-”, que había invitado almorzar cerdo y pescado. 


Caminaron como unas siete cuadras,  llegaron al destino, subieron dos pisos de escaleras de madera, las paredes bastantes corroídas, las escaleras repletas de desperdicios de nieve, eran pisadas por la gente vivía ahí que,  subían y bajaban, La amiga abrió la puerta de su apartamento, hizo pasar, y sentados en un sofá color rojo corinto. En la sala habían muchos adornos lindos. Ella llevó dos cervezas cruda, y posterior unos tragos de coñac. Y, en momentos que se almorzaba se observaba desde el comedor cocina su aposento, una tina de porcelana color blanca llena de agua, con flores y perfumada, la que fue usada por la amiga, que sin más preámbulo se desnudó, y se duchó, con que naturalidad entró y salió y se vistió. Era un pleno ambiente de libertad. Pero al calor del coñac, el invitado tuvo que usar la tina de agua, porque los tragos penetraban vorazmente en su mente y, entre, agua, flores y perfúmenes que lucían su vanidad natural, y los peludos pétalos desgajándose por borbotones, y se preparaban ver aparecer la aurora como algo nuevo que nacía proliferándose en el tiempo para condecorarlo.


-Está es la sutil suerte para aquellos que poseen una viva imaginación. Digan lo que digan- comentaba en esa oportunidad Bárbara a su invitado, pues, nada de lo humano me es ajeno-.


-Siempre susurrarán, en la belleza hierba sueño, ni modo. La vida continúa. En fin, todo resulta ser como un espejismo, con la inmensa diferencia que, no es sueño, es una realidad vivida en esa  época, añorada con gratos recuerdo de amistad, así es amiga Bárbara -exteriorizó el amigo extranjero y paciente.-



Todo fue como sumergirse en un oasis de paz y tranquilidad profunda, el resto estaba sobrando, era pura nimiedades.

Tina de agua con flores y perfume

Mi bitácora de futuro
Bayardo Quinto Núñez
jueves, 15 de septiembre de 2022, 11:21 h (CET)

A Bárbara Schultz, amiga alemana (Ex RDA)


Se iba viajando en tren eléctrico a la ciudad de Oranienburg, la noche había decendido. En esa época, las calles de Alemania la “Ex RDA”, allá por los años 1984 en el mes de octubre e inicios del primer mes del año 1985, se encontraban repletas de abundante nieve, los vehículos en parte atascados por la nieve, las personas transeúntes muy bien abrigadas, pues el clima era caliginoso, y los aposentos de la noble clínica alemana (Ex RDA), los pasillos se encontraban en un sagrado silencio sepulcral. Mientras tanto, Bárbara y el amigo extranjero internado, dialogaban los días que tocaba turno a Bárbara, pero cierto día en la entrada de la clínica ortopédica de “Wikemberder” así se pronuncia, se ha olvidado cómo se escribe.


Era el filo de la media noche, la memoria rememoraba, aquella calle de Alemania de la RDA, del año 1985, llenas de nieve, los pocos árboles, sus ramificaciones igual de repletas, mientras disfrutaban del viaje en tren. En ese instante, el tren eléctrico llegaba a su destino, bajaron, y se enrumbaron al apartamento de la amiga Bárbara -alemana enfermera-”, que había invitado almorzar cerdo y pescado. 


Caminaron como unas siete cuadras,  llegaron al destino, subieron dos pisos de escaleras de madera, las paredes bastantes corroídas, las escaleras repletas de desperdicios de nieve, eran pisadas por la gente vivía ahí que,  subían y bajaban, La amiga abrió la puerta de su apartamento, hizo pasar, y sentados en un sofá color rojo corinto. En la sala habían muchos adornos lindos. Ella llevó dos cervezas cruda, y posterior unos tragos de coñac. Y, en momentos que se almorzaba se observaba desde el comedor cocina su aposento, una tina de porcelana color blanca llena de agua, con flores y perfumada, la que fue usada por la amiga, que sin más preámbulo se desnudó, y se duchó, con que naturalidad entró y salió y se vistió. Era un pleno ambiente de libertad. Pero al calor del coñac, el invitado tuvo que usar la tina de agua, porque los tragos penetraban vorazmente en su mente y, entre, agua, flores y perfúmenes que lucían su vanidad natural, y los peludos pétalos desgajándose por borbotones, y se preparaban ver aparecer la aurora como algo nuevo que nacía proliferándose en el tiempo para condecorarlo.


-Está es la sutil suerte para aquellos que poseen una viva imaginación. Digan lo que digan- comentaba en esa oportunidad Bárbara a su invitado, pues, nada de lo humano me es ajeno-.


-Siempre susurrarán, en la belleza hierba sueño, ni modo. La vida continúa. En fin, todo resulta ser como un espejismo, con la inmensa diferencia que, no es sueño, es una realidad vivida en esa  época, añorada con gratos recuerdo de amistad, así es amiga Bárbara -exteriorizó el amigo extranjero y paciente.-



Todo fue como sumergirse en un oasis de paz y tranquilidad profunda, el resto estaba sobrando, era pura nimiedades.

Noticias relacionadas

GatoTruffo, fiel. Te queremos muy muy bien. Eres buen tesoro.

María Herreros es una ilustradora valenciana que termina de publicar ‘Un barbero en la guerra’ (Ed. Lumen), un trabajo que no resulta fácil de catalogar. No es un cómic. No es un libro ilustrado. Es otra cosa. Una hibridación, un cruce, una suma de. Al final las hibridaciones van a consolidarse como género. ‘Un barbero en la guerra’ cuenta la historia del abuelo de la propia María, Domingo Evangelio, un hombre que con diecinueve años hubo de incorporarse a la lucha.

La demencia, más allá de una simple pérdida de memoria asociada a la vejez, representa un complejo conjunto de trastornos que afecta a la vida de quienes la padecen y supone un camino repleto de dudas y obstáculos para familiares y amigos. Este libro proporciona una completa mirada sobre los diferentes tipos de demencias, más allá del conocido alzhéimer, y revela cómo afectan y se manifiestan en cada persona.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto