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Baloncesto
Etiquetas | LIGA ENDESA / JORNADA 27
El conjunto de Laso suma un nuevo triunfo en casa apoyándose en Begic y Singler

El Real Madrid vence a la siesta y a Unicaja (64-51)

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FICHA TÉCNICA

64 - Real Madrid: Sergio Rodríguez (11), Suárez (5), Singler (13), Velickovic (7) y Begic (14) -quinteto titular- Reyes (2), Pocius (2), Carroll (7), Mirotic (2), Tomic (0), Jorge Sanz (-) y Llull (0).
51 - Unicaja: De Vries (8), Darden (2), Valters (0), Zoric (6) y Freeland (12)-quinteto inicial- Berni Rodríguez (9), Rowland (5), Peric (0), Lima (2), Garbajosa (7) y Sinanovic (0).
Parciales: 17-13, 13-13, 16-11, 18-14.
Árbitros: De la Maza, Bultó y Sánchez Montserrat.
Incidencias: Vigésimo séptima jornada correspondiente a la Liga Endesa, disputado en el Palacio de los Deportes (Madrid) ante 6.429 espectadores.

No debe ser sencillo moverse con soltura en baloncesto cuando enfrente está un adversario sorpresivo como ese factor conocido como siesta. El Real Madrid no se encontró a sí mismo en un horario más adecuado para descansar en un domingo que para medirse a Unicaja, contrincante en estado de ánimo débil y con menos fuerza que el poder de una siesta. Ésta, sin embargo, no afecto a dos jugadores como Begic y Singler; y sobre ellos´, más un acertado Sergio Rodríguez, se construyó un triunfo que permite al Real Madrid seguir la estela del Barcelona.

Los domingos vespertinos son para echarse la siesta después de una comida en compañía de familiares o recuperar energías después de una noche de juerga con amigos. Queda confirmado que jugar al baloncesto no es un plan adecuado. Los biorritmos no están en pleno rendimiento. Esto influyó en el Real Madrid. No estuvo suelto durante los dos primeros cuartos. Imprecisiones en el tiro (33 por ciento en tiros de 2 y 22 por ciento en triples); pérdidas innecesarias de balón (9 al descanso), escasa circulación óptima con el balón, imposibilitando encontrar buenos escenarios de tiro; defensa muy permisiva y un sinfín de errores tácticos y no tácticos que incluso provocaron el malestar entre los aficionados. Hubo música de viento en los sectores más exigentes del graderío. Estaban justificados.

La siesta, afortunadamente, no fue generalizada. No afectó a cuatro jugadores, dos de ellos extranjeros, demostrando que no están familiarizados con este hábito tan típico de España. Begic ratificó su excelente momento de forma. El esloveno se marchó al descanso con 12 puntos y 5 rebotes, aparte de asistir con oxígeno a los problemas vitales del Real Madrid. Singler fue su escudero: firmó 9 puntos y algunas canastas inverosímiles que gustaron en las gradas. La parte española estuvo muy tímida, sólo Suárez y Sergio Rodríguez (muy centrado en la dirección) consiguieron estrenar sus respectivos casilleros. El problema de la siesta afectó incluso a Carroll.

 

Sergio Rodríguez, el tercer pilar

A pesar de los problemas de somnolencia, el Real Madrid se marchó con 4 puntos de ventaja al descanso (30-26). Enfrente tampoco había señales de un adversario de poder, con capacidad suficiente de dar un golpe en el Palacio de los Deportes. Unicaja está en un período de indefinición, tanto en lo institucional como en su juego. Éstos alternan estados de ánimo boyantes con otros donde no encuentran una buena salida a su laberinto. No aprovecharon los desajustes blancos, y eso que éstos estuvieron más del segundo cuarto sin anotar en el aro malacitano. Quedó constatado que este Unicaja no es el Unicaja de los grandes momentos.

 

Esta apreciación se ratificó durante el tercer cuarto. El Real Madrid, sustentado en los mismos protagonistas, apretó el acelerador en defensa: Begic, fantástico en la intimidación con 4 tapones; y en ataque, con un mayor protagonismo de Velickovic. Y si el Real Madrid defiende mejor, ataca con una mayor precisión (tampoco era muy complicado) y buena dirección con Sergio Rodríguez se nota en el marcador: 40-26. Laso, con mucho criterio, abandonó su deseo de hacer rotaciones. Había que romper o, al menos, encauzar el triunfo. Unicaja, sin embargo, a base de orgullo y un par de canastas aisladas se mantuvo en el marcador, accediendo a los últimos diez minutos por debajo de la ventaja psicológica de los diez puntos (46-37).

 

Pese a ello, quedó claro que mucho debía cambiar el panorama para voltearse el encuentro y el marcador.  Y nada se modificó. El Real Madrid fue creciendo, sintiéndose más cómodo con el marcador muy a favor y viendo como Carroll y el resto de jugadores ausentes anteriormente empezaban a despertar y aportar puntos. El Real Madrid cerró un triunfo sin ninguna brillantez, que no será recordado pero que sí servirá para la autoestima de Begic y Singler.

El Real Madrid vence a la siesta y a Unicaja (64-51)

El conjunto de Laso suma un nuevo triunfo en casa apoyándose en Begic y Singler
Rafael Merino
domingo, 1 de abril de 2012, 16:31 h (CET)
FICHA TÉCNICA

64 - Real Madrid: Sergio Rodríguez (11), Suárez (5), Singler (13), Velickovic (7) y Begic (14) -quinteto titular- Reyes (2), Pocius (2), Carroll (7), Mirotic (2), Tomic (0), Jorge Sanz (-) y Llull (0).
51 - Unicaja: De Vries (8), Darden (2), Valters (0), Zoric (6) y Freeland (12)-quinteto inicial- Berni Rodríguez (9), Rowland (5), Peric (0), Lima (2), Garbajosa (7) y Sinanovic (0).
Parciales: 17-13, 13-13, 16-11, 18-14.
Árbitros: De la Maza, Bultó y Sánchez Montserrat.
Incidencias: Vigésimo séptima jornada correspondiente a la Liga Endesa, disputado en el Palacio de los Deportes (Madrid) ante 6.429 espectadores.

No debe ser sencillo moverse con soltura en baloncesto cuando enfrente está un adversario sorpresivo como ese factor conocido como siesta. El Real Madrid no se encontró a sí mismo en un horario más adecuado para descansar en un domingo que para medirse a Unicaja, contrincante en estado de ánimo débil y con menos fuerza que el poder de una siesta. Ésta, sin embargo, no afecto a dos jugadores como Begic y Singler; y sobre ellos´, más un acertado Sergio Rodríguez, se construyó un triunfo que permite al Real Madrid seguir la estela del Barcelona.

Los domingos vespertinos son para echarse la siesta después de una comida en compañía de familiares o recuperar energías después de una noche de juerga con amigos. Queda confirmado que jugar al baloncesto no es un plan adecuado. Los biorritmos no están en pleno rendimiento. Esto influyó en el Real Madrid. No estuvo suelto durante los dos primeros cuartos. Imprecisiones en el tiro (33 por ciento en tiros de 2 y 22 por ciento en triples); pérdidas innecesarias de balón (9 al descanso), escasa circulación óptima con el balón, imposibilitando encontrar buenos escenarios de tiro; defensa muy permisiva y un sinfín de errores tácticos y no tácticos que incluso provocaron el malestar entre los aficionados. Hubo música de viento en los sectores más exigentes del graderío. Estaban justificados.

La siesta, afortunadamente, no fue generalizada. No afectó a cuatro jugadores, dos de ellos extranjeros, demostrando que no están familiarizados con este hábito tan típico de España. Begic ratificó su excelente momento de forma. El esloveno se marchó al descanso con 12 puntos y 5 rebotes, aparte de asistir con oxígeno a los problemas vitales del Real Madrid. Singler fue su escudero: firmó 9 puntos y algunas canastas inverosímiles que gustaron en las gradas. La parte española estuvo muy tímida, sólo Suárez y Sergio Rodríguez (muy centrado en la dirección) consiguieron estrenar sus respectivos casilleros. El problema de la siesta afectó incluso a Carroll.

 

Sergio Rodríguez, el tercer pilar

A pesar de los problemas de somnolencia, el Real Madrid se marchó con 4 puntos de ventaja al descanso (30-26). Enfrente tampoco había señales de un adversario de poder, con capacidad suficiente de dar un golpe en el Palacio de los Deportes. Unicaja está en un período de indefinición, tanto en lo institucional como en su juego. Éstos alternan estados de ánimo boyantes con otros donde no encuentran una buena salida a su laberinto. No aprovecharon los desajustes blancos, y eso que éstos estuvieron más del segundo cuarto sin anotar en el aro malacitano. Quedó constatado que este Unicaja no es el Unicaja de los grandes momentos.

 

Esta apreciación se ratificó durante el tercer cuarto. El Real Madrid, sustentado en los mismos protagonistas, apretó el acelerador en defensa: Begic, fantástico en la intimidación con 4 tapones; y en ataque, con un mayor protagonismo de Velickovic. Y si el Real Madrid defiende mejor, ataca con una mayor precisión (tampoco era muy complicado) y buena dirección con Sergio Rodríguez se nota en el marcador: 40-26. Laso, con mucho criterio, abandonó su deseo de hacer rotaciones. Había que romper o, al menos, encauzar el triunfo. Unicaja, sin embargo, a base de orgullo y un par de canastas aisladas se mantuvo en el marcador, accediendo a los últimos diez minutos por debajo de la ventaja psicológica de los diez puntos (46-37).

 

Pese a ello, quedó claro que mucho debía cambiar el panorama para voltearse el encuentro y el marcador.  Y nada se modificó. El Real Madrid fue creciendo, sintiéndose más cómodo con el marcador muy a favor y viendo como Carroll y el resto de jugadores ausentes anteriormente empezaban a despertar y aportar puntos. El Real Madrid cerró un triunfo sin ninguna brillantez, que no será recordado pero que sí servirá para la autoestima de Begic y Singler.

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