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Jorge Skibinsky

El voto ciudadano

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El próximo 20N usted puede votar por su candidato u opción política si está convencido. Para ello debería tener al menos una mínima noción del programa electoral de su partido o, en todo caso, confiar en sus carismáticos líderes.

Pero si no está decidido aún sepa que tiene otras opciones. Abstenerse no es válido, si usted no vota demuestra que la política no le interesa y debería saber que todo alrededor de su vida lo es, por lo tanto sí le importa. El voto en blanco implica que usted participa pero que ninguna opción le satisface, es una forma de decir participo pero nadie me ofrece lo que espero. En cualquiera de estos dos casos, la abstención y el voto en blanco no computan, ya que los escaños al congreso se repartirán entre los demás votos emitidos. Algunos consideran que así no queda reflejada la representatividad en las cámaras por lo que algunos han creado un partido de “voto en blanco” cuyos candidatos prometen que dejarán el escaño vacío si salen elegidos manteniendo así la representatividad en las cámaras.

Otras opciones a tener en cuenta son los partidos minoritarios. Muchos de ellos no tienen todas las respuestas sino que plantean soluciones a algunos temas de su interés. El partido antitaurino o el partido de los padres separados son algunos de ellos. Su opción de alcanzar algún diputado es escasa pero, dado como funciona el sistema electoral que penaliza a los minoritarios, sería dar una voz a los que casi nadie escucha, puede ser una elección interesante.

Por último recuerde que las elecciones no son un partido de fútbol. Usted no gana o pierde sino que vota por sus convicciones. Tampoco es una liga en la que el Real Madrid o el Barcelona son los únicos que la ganarán. El resultado no es lo importante. Lo que esperamos que ocurra a partir de estas elecciones es que los políticos, si son capaces, sigan debatiendo en el parlamento que es lo mejor para sus ciudadanos y eso sólo se consigue cuando tienen cabida todas las ideas.

El voto ciudadano

Jorge Skibinsky
Lectores
lunes, 14 de noviembre de 2011, 13:36 h (CET)
El próximo 20N usted puede votar por su candidato u opción política si está convencido. Para ello debería tener al menos una mínima noción del programa electoral de su partido o, en todo caso, confiar en sus carismáticos líderes.

Pero si no está decidido aún sepa que tiene otras opciones. Abstenerse no es válido, si usted no vota demuestra que la política no le interesa y debería saber que todo alrededor de su vida lo es, por lo tanto sí le importa. El voto en blanco implica que usted participa pero que ninguna opción le satisface, es una forma de decir participo pero nadie me ofrece lo que espero. En cualquiera de estos dos casos, la abstención y el voto en blanco no computan, ya que los escaños al congreso se repartirán entre los demás votos emitidos. Algunos consideran que así no queda reflejada la representatividad en las cámaras por lo que algunos han creado un partido de “voto en blanco” cuyos candidatos prometen que dejarán el escaño vacío si salen elegidos manteniendo así la representatividad en las cámaras.

Otras opciones a tener en cuenta son los partidos minoritarios. Muchos de ellos no tienen todas las respuestas sino que plantean soluciones a algunos temas de su interés. El partido antitaurino o el partido de los padres separados son algunos de ellos. Su opción de alcanzar algún diputado es escasa pero, dado como funciona el sistema electoral que penaliza a los minoritarios, sería dar una voz a los que casi nadie escucha, puede ser una elección interesante.

Por último recuerde que las elecciones no son un partido de fútbol. Usted no gana o pierde sino que vota por sus convicciones. Tampoco es una liga en la que el Real Madrid o el Barcelona son los únicos que la ganarán. El resultado no es lo importante. Lo que esperamos que ocurra a partir de estas elecciones es que los políticos, si son capaces, sigan debatiendo en el parlamento que es lo mejor para sus ciudadanos y eso sólo se consigue cuando tienen cabida todas las ideas.

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