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Un partido en claro descenso solo puede acarrearle contratiempos aunque hay algunos que piensan que ese cargo le convierte “en referencia”

El portavoz federal del PSOE

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Sabíamos desde hace unos días que Pedro Sánchez había tentado al alcalde vallisoletano, Óscar Puente, para ser portavoz federal del PSOE. Y Puente, que está deseando de figurar y de escapar del duro trabajo, lo va a aceptar; al menos así se lo ha hecho saber a los medios de comunicación. Desde su punto de vista, el cargo sí es compatible con la Alcaldía vallisoletana. Veremos; bien es verdad que esta gente, que estaba deseando de tocar alfombra, es capaz de justificar lo injustificable. Eso sí, lo que más me duele de lo comentado en la prensa es escuchar a Puente eso de que va a ser candidato en 2019 y en 2023 y que, además, “quiero rematar el proyecto de ciudad que tenemos en marcha” ¿Proyecto de ciudad? ¡A este hombre le ha cogido un mal aire!

No dudo de que se abra una etapa nueva en el PSOE vallisoletano, en el de Castilla y León (hoy hundido y desbaratado por la mediocre y negligente gestión de Luis Tudanca) y en el federal. Por fin, Óscar Puente, va a figurar en algo, a nivel nacional. Eso de figurar, pero no trabajar, le gusta más que a un niño una pelota. Entre la deficiente imagen de Pedro Sánchez (sigue bajando en las encuestas) y la que proyecta Óscar Puente… ¡estamos apañados con poca ropa!

Al todavía alcalde de Valladolid le va a entusiasmar salir en los ‘papeles’. Hay que reconocer que, de cara al exterior, el puesto va a tener bastante repercusión mediática; máxime, teniendo en cuenta la situación por la que atraviesa el PSOE a nivel nacional. Bien es verdad que no lo veo como portavoz de nada y mucho menos con un papel de esa dimensión. Si por algo ha destacado ha sido por no saber mantener la imagen de Valladolid en el nivel que corresponde. El cambio de alcalde ha sido brutal: hemos pasado de uno con mucho prestigio, capacidad de trabajo e ilusionantes proyectos a otro que solo muestra interrogantes y que destaca por la paralización de proyectos de futuro.

Desde el punto de vista político, no dudo de que sea un logro personal de Puente, pero más vale que consolide su imagen y trabajo en aquello para lo que se comprometió y se deje de gaznápiras aventuras. Ahora sí que tendrá más mandato en su partido, pero eso y nada es lo mismo. Un partido en claro descenso solo puede acarrearle contratiempos aunque hay algunos que piensan que ese cargo le convierte “en referencia”. Posiblemente su enlace directo con Ferraz salpique a Valladolid si las cosas no van.

Valladolid se acuerda de León de la Riva cada día que amanece. El salto ha sido brutal: de una gestión más que aceptable, por no decir extraordinaria, hemos pasado a una inexistente, paralizante y llena de despropósitos, cierre de empresas incluido. Me gustaría equivocarme en muchos aspectos de cuantos aquí comento, pero solo por el bien de Valladolid porque el tal Óscar Puente parece que interesa muy poco a los vallisoletanos y menos aún el tripartido de perdedores que ostenta el Gobierno municipal. Al tiempo.

El portavoz federal del PSOE

Un partido en claro descenso solo puede acarrearle contratiempos aunque hay algunos que piensan que ese cargo le convierte “en referencia”
Jesús  Salamanca
miércoles, 7 de junio de 2017, 08:50 h (CET)
Sabíamos desde hace unos días que Pedro Sánchez había tentado al alcalde vallisoletano, Óscar Puente, para ser portavoz federal del PSOE. Y Puente, que está deseando de figurar y de escapar del duro trabajo, lo va a aceptar; al menos así se lo ha hecho saber a los medios de comunicación. Desde su punto de vista, el cargo sí es compatible con la Alcaldía vallisoletana. Veremos; bien es verdad que esta gente, que estaba deseando de tocar alfombra, es capaz de justificar lo injustificable. Eso sí, lo que más me duele de lo comentado en la prensa es escuchar a Puente eso de que va a ser candidato en 2019 y en 2023 y que, además, “quiero rematar el proyecto de ciudad que tenemos en marcha” ¿Proyecto de ciudad? ¡A este hombre le ha cogido un mal aire!

No dudo de que se abra una etapa nueva en el PSOE vallisoletano, en el de Castilla y León (hoy hundido y desbaratado por la mediocre y negligente gestión de Luis Tudanca) y en el federal. Por fin, Óscar Puente, va a figurar en algo, a nivel nacional. Eso de figurar, pero no trabajar, le gusta más que a un niño una pelota. Entre la deficiente imagen de Pedro Sánchez (sigue bajando en las encuestas) y la que proyecta Óscar Puente… ¡estamos apañados con poca ropa!

Al todavía alcalde de Valladolid le va a entusiasmar salir en los ‘papeles’. Hay que reconocer que, de cara al exterior, el puesto va a tener bastante repercusión mediática; máxime, teniendo en cuenta la situación por la que atraviesa el PSOE a nivel nacional. Bien es verdad que no lo veo como portavoz de nada y mucho menos con un papel de esa dimensión. Si por algo ha destacado ha sido por no saber mantener la imagen de Valladolid en el nivel que corresponde. El cambio de alcalde ha sido brutal: hemos pasado de uno con mucho prestigio, capacidad de trabajo e ilusionantes proyectos a otro que solo muestra interrogantes y que destaca por la paralización de proyectos de futuro.

Desde el punto de vista político, no dudo de que sea un logro personal de Puente, pero más vale que consolide su imagen y trabajo en aquello para lo que se comprometió y se deje de gaznápiras aventuras. Ahora sí que tendrá más mandato en su partido, pero eso y nada es lo mismo. Un partido en claro descenso solo puede acarrearle contratiempos aunque hay algunos que piensan que ese cargo le convierte “en referencia”. Posiblemente su enlace directo con Ferraz salpique a Valladolid si las cosas no van.

Valladolid se acuerda de León de la Riva cada día que amanece. El salto ha sido brutal: de una gestión más que aceptable, por no decir extraordinaria, hemos pasado a una inexistente, paralizante y llena de despropósitos, cierre de empresas incluido. Me gustaría equivocarme en muchos aspectos de cuantos aquí comento, pero solo por el bien de Valladolid porque el tal Óscar Puente parece que interesa muy poco a los vallisoletanos y menos aún el tripartido de perdedores que ostenta el Gobierno municipal. Al tiempo.

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