Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | La tronera
Las izquierdas pretenden sumarse al frente radical; un frente radical donde confluyen los mal llamados indignados (dígase "indignantes"), radicales del nacionalismo pedigüeño e izquierda 'hundida

Dañinos sindicatos

|

Esta vez no lo debemos consentir. Hasta ahora, los sindicatos de clase han abusado de la población; se han despreocupado de la crisis que sufren los trabajadores; han abusado del cobro del FOGASA menospreciando al ciudadano que perdía el empleo; han pisoteado el Estado del bienestar y rebajado la política social del Gobierno radical socialista. Y lo han hecho por egoísmo, insensatez, exceso de mediocridad y mala fe. Por eso esta vez no vamos a consentir que se salgan con la suya. Ya no hay duda que el sindicalismo de clase es un dañino y desconcertante mal.

Estamos hartos de movimientos radicales del estilo del Sindicalismo Vertical Unificado, del movimiento ‘perroflauta’ o de los comunistas del 'Niño Jesús'. Eso de ocupar la calle se ha acabado. Si el Gobierno no sabe aplicar la ley ni la Justicia sabe estar en su sitio, la ciudadanía debe tomar la iniciativa porque sobran uno y otra. España aún tiene pendiente la revolución social y nunca es tarde para iniciarla con todas consecuencias, pero prescindiendo de movimientos radicales de izquierda, cuyo despendolamiento no es más que el afán de dañar a quien se sacrifica y contribuye a la mejora social.

Nunca la izquierda había hecho tanto daño social y económico a los propios ciudadanos y a la sociedad. ¿Acaso existe mayor pérdida social que la pérdida de empleo por la ineficacia sindical y gubernamental? Pues eso es la izquierda: el artífice del gasto desproporcionado, desorbitado, desequilibrado, innecesario y analfabeto, frente a las equilibradas políticas económicas del liberalismo. Ahí tienen las políticas de izquierdas aplicadas por el ‘zapaterismo’ más vulgar. Por eso las izquierdas pretenden sumarse al frente radical; un frente radical donde confluyen los mal llamados indignados (dígase "indignantes"), radicales del nacionalismo pedigüeño e izquierda 'hundida. ¿Alguien conoce mayor horterada con aspiración política? Va a ser verdad lo que decía Bradbury respecto a que la izquierda “es una imposibilidad en un universo imposible".

La mediocridad sindical en la que han incurrido siempre los sindicatos de clase se vuelve a poner de manifiesto en su propia opinión respecto a las futuras movilizaciones: "no se tiene en cuenta a los ciudadanos a la hora de decidir". Como si ellos hubieran mirado por el individuo y las familias a la hora de aceptar cierre de empresas a cambio de dinero del FOGASA y prebendas para familiares y amigos. ¡Hay que ser mafiosos para decir eso, cuando los propios sindicatos de clase ignoran permanentemente la dignidad del ciudadano y del trabajador! Incluso se arrogan una representación de trabajadores que no llega ni siquiera al 2%. ¡Sinvergüenzas, parásitos, verduleros,…! ¡Cuánta mafia escondida tras la dignidad del abandonado trabajador!

Dañinos sindicatos

Las izquierdas pretenden sumarse al frente radical; un frente radical donde confluyen los mal llamados indignados (dígase "indignantes"), radicales del nacionalismo pedigüeño e izquierda 'hundida
Jesús  Salamanca
martes, 30 de agosto de 2011, 06:49 h (CET)
Esta vez no lo debemos consentir. Hasta ahora, los sindicatos de clase han abusado de la población; se han despreocupado de la crisis que sufren los trabajadores; han abusado del cobro del FOGASA menospreciando al ciudadano que perdía el empleo; han pisoteado el Estado del bienestar y rebajado la política social del Gobierno radical socialista. Y lo han hecho por egoísmo, insensatez, exceso de mediocridad y mala fe. Por eso esta vez no vamos a consentir que se salgan con la suya. Ya no hay duda que el sindicalismo de clase es un dañino y desconcertante mal.

Estamos hartos de movimientos radicales del estilo del Sindicalismo Vertical Unificado, del movimiento ‘perroflauta’ o de los comunistas del 'Niño Jesús'. Eso de ocupar la calle se ha acabado. Si el Gobierno no sabe aplicar la ley ni la Justicia sabe estar en su sitio, la ciudadanía debe tomar la iniciativa porque sobran uno y otra. España aún tiene pendiente la revolución social y nunca es tarde para iniciarla con todas consecuencias, pero prescindiendo de movimientos radicales de izquierda, cuyo despendolamiento no es más que el afán de dañar a quien se sacrifica y contribuye a la mejora social.

Nunca la izquierda había hecho tanto daño social y económico a los propios ciudadanos y a la sociedad. ¿Acaso existe mayor pérdida social que la pérdida de empleo por la ineficacia sindical y gubernamental? Pues eso es la izquierda: el artífice del gasto desproporcionado, desorbitado, desequilibrado, innecesario y analfabeto, frente a las equilibradas políticas económicas del liberalismo. Ahí tienen las políticas de izquierdas aplicadas por el ‘zapaterismo’ más vulgar. Por eso las izquierdas pretenden sumarse al frente radical; un frente radical donde confluyen los mal llamados indignados (dígase "indignantes"), radicales del nacionalismo pedigüeño e izquierda 'hundida. ¿Alguien conoce mayor horterada con aspiración política? Va a ser verdad lo que decía Bradbury respecto a que la izquierda “es una imposibilidad en un universo imposible".

La mediocridad sindical en la que han incurrido siempre los sindicatos de clase se vuelve a poner de manifiesto en su propia opinión respecto a las futuras movilizaciones: "no se tiene en cuenta a los ciudadanos a la hora de decidir". Como si ellos hubieran mirado por el individuo y las familias a la hora de aceptar cierre de empresas a cambio de dinero del FOGASA y prebendas para familiares y amigos. ¡Hay que ser mafiosos para decir eso, cuando los propios sindicatos de clase ignoran permanentemente la dignidad del ciudadano y del trabajador! Incluso se arrogan una representación de trabajadores que no llega ni siquiera al 2%. ¡Sinvergüenzas, parásitos, verduleros,…! ¡Cuánta mafia escondida tras la dignidad del abandonado trabajador!

Noticias relacionadas

El ciberacoso es una forma de intimidación o acoso que ocurre a través de tecnologías digitales, como llamadas telefónicas, correos electrónicos, redes sociales o plataformas de mensajería y afecta a personas de todas las edades, con mayor incidencia en adultos de más de 55, 60 años, hasta el punto de hacerse pasar por un familiar muy cercano, entidades e incluso organismos. 

Existe la presencia de un nuevo mundo en nuestra Patria Nicaragua, extensivo a todos los países del mundo como mejor les convenga y competa. No hay nada mejor y bonito que vivir en paz, y tranquilidad, sin odios, pues entre todos se puede evitar una hecatombe, hay que observar la realidad que nos merodea, que no es justo estar buscando descontentos, no se logra nada con ello.

El atrevimiento consiste en cierta medida en asumir riesgos, ello es fundamental para nuestra existencia, y también lo es su justa ponderación en nuestras decisiones. En la industria financiera, particularmente en la evaluación de riesgos, existe una máxima: “A mayor riesgo, mayor rentabilidad esperada”.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto