Si el Espanyol ni empata ante un Madrid con 10 todo el partido, no lo hará nunca. ¿Cómo decir que se han dejado ganar, si en realidad no se han dejado ganar pero visto el partido tienes la sensación de que se han dejado ganar aunque es una locura poder llegar a decir que un equipo no lo intente tanto? El Espanyol ha vuelto a perder con el Madrid, en definitiva.
Claro, hay dos formas de mirarlo. Once que no pueden pero que en principio quieren y otros once que, defenderlos hemos, hicieron un partidazo antológico en una cancha de las difíciles y en inferioridad numérica todo el partido.
Los adolescentes camino de hombres que visten la camisola blanquiazul sucumbieron todo el partido a la experiencia y la competitividad de un gran Madrid, superior y superlativo en todas sus facetas. La derrota, digan lo que digan, no fue fruto de lo abrupto del juego local, ni de su precipitación. Si en toda una segunda parte sólo creas una ocasión de peligro es que lo estás haciendo bastante mal, juegues contra quien juegues.
El ambiente, que estaba enrarecido, se las venía venir. Cuando expulsaron a Casillas todos pensaron que ganarían al Madrid. 5 minutos después, sólo los más forofos lo pensaban. Un cuarto de hora más y casi que nadie se esperaba una sorpresa positiva periquita.