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Esta vez como Comisión de Investigación Parlamentaria

Bankia, segunda investigación parlamentaria

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La primera se inició a las cinco de la tarde del día 16 de mayo de 2012, dependiente de la Comisión Parlamentaria Permanente de Economía y Competitividad, como Subcomisión de Reestructuración Bancaria y Saneamiento Financiero, con el objeto, se argumentaba, «de dar cumplimiento a las previsiones del Real Decreto-Ley 9/2009, de 26 de junio, sobre reestructuración bancaria y reforzamiento de los recursos propios de las entidades de crédito y a las del Real Decreto-Ley 2/2012, de 3 de febrero, de saneamiento del sector financiero».

En aquel momento se pudo crear una Comisión de Investigación Parlamentaria, como la que se pretende ahora, de las previstas por la Constitución y el Reglamento del Congreso de los Diputados, pero se optó por una Subcomisión, dentro de una de las Comisiones Permanentes existentes, para atender el posible rescate y seguir la actuación del Fondo de Reordenación Ordenada Bancaria (FROB).

Hoy el FROB es algo conocido que merece opiniones varias, pero en sus orígenes, año 2009, fue la herramienta que creó el gobierno de Rodríguez Zapatero, con el Real Decreto-Ley 9/2009, para conseguir la «reestructuración bancaria y reforzamiento de los recursos propios de las entidades de crédito». O, lo que es lo mismo, para sentar las bases legislativas con las que emprender reorganizaciones, fusiones, agrupaciones y reestructuraciones de Cajas de Ahorro, Cooperativas de Crédito y Bancos.

Después, pasados tres años desde la creación de la herramienta que suponía el FROB, cuando el PP sustituyó al PSOE en el Gobierno, se hizo necesario atender al ‘reforzamiento de los recursos propios de las entidades de crédito’ en consonancia con el Plan de Acción Concertada de los Países de la Zona Euro (PACZE). Ese fue el motivo de la promulgación del Real Decreto-Ley 2/2012, conocido como ‘de saneamiento del sector financiero’.

Pero la llegada del PP al Gobierno y su pretensión de sanear el sector financiero, no llevaron unida la investigación que hubiera podido emprender. Hubo en las filas populares un movimiento parlamentario comandado por los diputados José María Beneyto y Fernando López Amor que, preocupado por la posible intervención de la UE en España y el ‘rescate’, lejos de investigar, optó por no atosigar al PSOE buscando responsabilidades.

Sabiendo todos que el estado del Sector Financiero era consecuencia de la gestión del gobierno socialista anterior, en el verano de 2012 y desde la Comisión Permanente del Congreso de los Diputados, se convocó un Pleno Extraordinario que evitó la creación de una Comisión de Investigación que sería sustituida por una Subcomisión. En ella, como se vería después, podían controlarse las investigaciones y evitar que se conocieran, y destaparan, unas particularidades (enojosas para los socialistas) que podrían haber entorpecido la salida de la crisis a la que se enfrentaba el Gobierno de Rajoy.

Consecuencia de aquella Subcomisión fue la presencia en el Congreso de los Diputados, en algunos casos a petición propia, del conjunto de personas que serían citados: Presidente del FROB, Julio Fernández Gayoso (Ex coopresidente de Novacaixa Galicia), Elena Salgado (Ex ministra de Economía y Hacienda), Rodrigo Rato (Ex presidente de Bankia), Narcís Serra (Ex presidente de Caixa Catalunya) Miguel Ángel Fernández Ordóñez (Ex gobernador del Banco de España), José Manuel Campa (Ex secretario de Estado de Economía), Isidro Fainé (Presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros que sería sustituido por José María Méndez Álvarez) y Miguel Martín Fernández (Presidente de la AEB).

Conocida la lista de comparecientes, el diario El País hizo un pronóstico que firmaba Carlos Cué: «las comparecencias estarán muy controladas. El interviniente tiene todo a su favor. No es una comisión de investigación, así que ellos hablarán todo lo que quieran... Y no hay que olvidar que acuden voluntariamente, por lo que ni siquiera están obligados a contestar a todo». Así fueron, controladísimas y vigiladas, con un especial cuidado de la Presidenta de la Comisión de Economía y Competitividad, María Elvira Rodríguez que, hierática a pesar de su tono y volumen, se esmeró en prodigar cortesías a los comparecientes y en evitar cualquier tipo de liberalidades de los miembros de la Subcomisión. Los ‘pactos previos’ y los ‘controles totales’ fueron de tal naturaleza que incluso se negociaron los nombres y ‘tonos’ a usar, el orden de intervención, el número de legisladores que irían (aunque no votaran) para ocupar asiento, besuquear ante las cámaras, dar parabienes y hacer bulto en la Sala Ernest Lluch en que se produjeron las comparecencias.

Como curiosidades de aquellas fechas, pueden citarse: El ‘besamanos’ de algunos parlamentarios populares a Rato. El ‘acompañamiento’ de 6 ex ministros a declarantes (Cristina Narbona, Jesús Caldera, Valeriano Gómez, Rosa Aguilar, Ramón Jaúregui y una Carme Chacón impedida y con muletas). La triquiñuela para que Rato hablara antes que Elena Salgado en beneficio de ésta. Y el uso de datos que venían de la fontanería monclovita y otras fuentes.

Eso fue lo que dio de sí la primera investigación sobre Bankia desde la Subcomisión del FROB. Ahora estamos ante la oportunidad de una verdadera Comisión de Investigación Parlamentaria. Las circunstancias políticas de los que han de investigar han cambiado. Las crisis económica y bancaria parecen superadas y puede ser momento de ‘investigar’. Cada uno de los grupos políticos marcará su estrategia; y el partido en el Gobierno, con los deberes hechos en materia económica, tiene las manos libres para bucear en datos, archivos (y cloacas) y, con la ayuda de todos, sacar a la luz lo que existe en torno al rescate de Bankia y el resto de las Cajas de Ahorros, con apartados importantes que merecen apunte. Sin ánimo de agotarlos, citemos algunos: Cómo entendió y asumió para España el Gobierno (de Rodríguez Zapatero) el Plan de Acción Concertada de los Países de la Zona Euro (PACZE). Por qué el Banco de España instó a las fusiones. Cómo, porqué y con que propósitos durante el Gobierno de Rodríguez Zapatero se nombró y condujo a Rato a una situación de salida incierta. Actuaciones de personas relevantes, de forma independiente o siguiendo instrucciones. Vigilancias del Banco de España y Comisión del Mercado de Valores. Posiciones pasadas y actuales de Grupos políticos. Y, no lo menos importante, Responsabilidades.

Cuestión al margen es, debe ser, la acción de la justicia (Juez Andreu y Audiencia Nacional) y la Fiscalía con los episodios que son noticia estos días (imputaciones de autoridades del Banco de España); y los que aparezcan como consecuencia de la acción judicial o de la Comisión de Investigación Parlamentaria’.

Por lo que toca al Parlamento, importa la acción de los Grupos Políticos, de TODOS. Más que las acciones personales, las posibilidades de deterioro de oponentes. Y que las miserias que pueden aparecer.

Esta segunda investigación representa una oportunidad, única, que puede y debe ser aprovechada. Libre de criticas personales, venganzas de grupo; y ajena al intento de arrimar el ascua ideológica a sardina tan inoportuna como la pretensión de reintentar, otra vez, una fracasada banca pública.

Esperémoslo, atentos a lo que ocurra.

Bankia, segunda investigación parlamentaria

Esta vez como Comisión de Investigación Parlamentaria
José Luis Heras Celemín
lunes, 20 de febrero de 2017, 01:49 h (CET)
La primera se inició a las cinco de la tarde del día 16 de mayo de 2012, dependiente de la Comisión Parlamentaria Permanente de Economía y Competitividad, como Subcomisión de Reestructuración Bancaria y Saneamiento Financiero, con el objeto, se argumentaba, «de dar cumplimiento a las previsiones del Real Decreto-Ley 9/2009, de 26 de junio, sobre reestructuración bancaria y reforzamiento de los recursos propios de las entidades de crédito y a las del Real Decreto-Ley 2/2012, de 3 de febrero, de saneamiento del sector financiero».

En aquel momento se pudo crear una Comisión de Investigación Parlamentaria, como la que se pretende ahora, de las previstas por la Constitución y el Reglamento del Congreso de los Diputados, pero se optó por una Subcomisión, dentro de una de las Comisiones Permanentes existentes, para atender el posible rescate y seguir la actuación del Fondo de Reordenación Ordenada Bancaria (FROB).

Hoy el FROB es algo conocido que merece opiniones varias, pero en sus orígenes, año 2009, fue la herramienta que creó el gobierno de Rodríguez Zapatero, con el Real Decreto-Ley 9/2009, para conseguir la «reestructuración bancaria y reforzamiento de los recursos propios de las entidades de crédito». O, lo que es lo mismo, para sentar las bases legislativas con las que emprender reorganizaciones, fusiones, agrupaciones y reestructuraciones de Cajas de Ahorro, Cooperativas de Crédito y Bancos.

Después, pasados tres años desde la creación de la herramienta que suponía el FROB, cuando el PP sustituyó al PSOE en el Gobierno, se hizo necesario atender al ‘reforzamiento de los recursos propios de las entidades de crédito’ en consonancia con el Plan de Acción Concertada de los Países de la Zona Euro (PACZE). Ese fue el motivo de la promulgación del Real Decreto-Ley 2/2012, conocido como ‘de saneamiento del sector financiero’.

Pero la llegada del PP al Gobierno y su pretensión de sanear el sector financiero, no llevaron unida la investigación que hubiera podido emprender. Hubo en las filas populares un movimiento parlamentario comandado por los diputados José María Beneyto y Fernando López Amor que, preocupado por la posible intervención de la UE en España y el ‘rescate’, lejos de investigar, optó por no atosigar al PSOE buscando responsabilidades.

Sabiendo todos que el estado del Sector Financiero era consecuencia de la gestión del gobierno socialista anterior, en el verano de 2012 y desde la Comisión Permanente del Congreso de los Diputados, se convocó un Pleno Extraordinario que evitó la creación de una Comisión de Investigación que sería sustituida por una Subcomisión. En ella, como se vería después, podían controlarse las investigaciones y evitar que se conocieran, y destaparan, unas particularidades (enojosas para los socialistas) que podrían haber entorpecido la salida de la crisis a la que se enfrentaba el Gobierno de Rajoy.

Consecuencia de aquella Subcomisión fue la presencia en el Congreso de los Diputados, en algunos casos a petición propia, del conjunto de personas que serían citados: Presidente del FROB, Julio Fernández Gayoso (Ex coopresidente de Novacaixa Galicia), Elena Salgado (Ex ministra de Economía y Hacienda), Rodrigo Rato (Ex presidente de Bankia), Narcís Serra (Ex presidente de Caixa Catalunya) Miguel Ángel Fernández Ordóñez (Ex gobernador del Banco de España), José Manuel Campa (Ex secretario de Estado de Economía), Isidro Fainé (Presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros que sería sustituido por José María Méndez Álvarez) y Miguel Martín Fernández (Presidente de la AEB).

Conocida la lista de comparecientes, el diario El País hizo un pronóstico que firmaba Carlos Cué: «las comparecencias estarán muy controladas. El interviniente tiene todo a su favor. No es una comisión de investigación, así que ellos hablarán todo lo que quieran... Y no hay que olvidar que acuden voluntariamente, por lo que ni siquiera están obligados a contestar a todo». Así fueron, controladísimas y vigiladas, con un especial cuidado de la Presidenta de la Comisión de Economía y Competitividad, María Elvira Rodríguez que, hierática a pesar de su tono y volumen, se esmeró en prodigar cortesías a los comparecientes y en evitar cualquier tipo de liberalidades de los miembros de la Subcomisión. Los ‘pactos previos’ y los ‘controles totales’ fueron de tal naturaleza que incluso se negociaron los nombres y ‘tonos’ a usar, el orden de intervención, el número de legisladores que irían (aunque no votaran) para ocupar asiento, besuquear ante las cámaras, dar parabienes y hacer bulto en la Sala Ernest Lluch en que se produjeron las comparecencias.

Como curiosidades de aquellas fechas, pueden citarse: El ‘besamanos’ de algunos parlamentarios populares a Rato. El ‘acompañamiento’ de 6 ex ministros a declarantes (Cristina Narbona, Jesús Caldera, Valeriano Gómez, Rosa Aguilar, Ramón Jaúregui y una Carme Chacón impedida y con muletas). La triquiñuela para que Rato hablara antes que Elena Salgado en beneficio de ésta. Y el uso de datos que venían de la fontanería monclovita y otras fuentes.

Eso fue lo que dio de sí la primera investigación sobre Bankia desde la Subcomisión del FROB. Ahora estamos ante la oportunidad de una verdadera Comisión de Investigación Parlamentaria. Las circunstancias políticas de los que han de investigar han cambiado. Las crisis económica y bancaria parecen superadas y puede ser momento de ‘investigar’. Cada uno de los grupos políticos marcará su estrategia; y el partido en el Gobierno, con los deberes hechos en materia económica, tiene las manos libres para bucear en datos, archivos (y cloacas) y, con la ayuda de todos, sacar a la luz lo que existe en torno al rescate de Bankia y el resto de las Cajas de Ahorros, con apartados importantes que merecen apunte. Sin ánimo de agotarlos, citemos algunos: Cómo entendió y asumió para España el Gobierno (de Rodríguez Zapatero) el Plan de Acción Concertada de los Países de la Zona Euro (PACZE). Por qué el Banco de España instó a las fusiones. Cómo, porqué y con que propósitos durante el Gobierno de Rodríguez Zapatero se nombró y condujo a Rato a una situación de salida incierta. Actuaciones de personas relevantes, de forma independiente o siguiendo instrucciones. Vigilancias del Banco de España y Comisión del Mercado de Valores. Posiciones pasadas y actuales de Grupos políticos. Y, no lo menos importante, Responsabilidades.

Cuestión al margen es, debe ser, la acción de la justicia (Juez Andreu y Audiencia Nacional) y la Fiscalía con los episodios que son noticia estos días (imputaciones de autoridades del Banco de España); y los que aparezcan como consecuencia de la acción judicial o de la Comisión de Investigación Parlamentaria’.

Por lo que toca al Parlamento, importa la acción de los Grupos Políticos, de TODOS. Más que las acciones personales, las posibilidades de deterioro de oponentes. Y que las miserias que pueden aparecer.

Esta segunda investigación representa una oportunidad, única, que puede y debe ser aprovechada. Libre de criticas personales, venganzas de grupo; y ajena al intento de arrimar el ascua ideológica a sardina tan inoportuna como la pretensión de reintentar, otra vez, una fracasada banca pública.

Esperémoslo, atentos a lo que ocurra.

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