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Un poema de Aurora Varela

Ver y no tocar

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Es una diosa que habita el mundo,
que se ve y no se toca,
es la diosa del amor
que termina en desamor,
en dolor y en lágrimas.

Va ganando muchos odios,
pero siempre se presentará
como una mujer imposible,
hermosa, de eso, presumirá. Y lo es.

Pero jamás podrá enaltecerse
de estar sola, de pasar noches
en vela, con la cabeza llena
de recuerdos que la apenan.

Su soledad es amarga,
luchó porque no la molestaran
y lo logró, para siempre,
por eso su condena es perpetua,
por eso sus luces se apagan
a medida que cumple años,
a medida que las arrugas
pueblan más y más su
dulce cara de princesa.

Es una niña que aprendió
a vivir con las pesadillas,
que sobrevivió a los desprecios
que, sin embargo,
no dejaron de pasarle factura.

Es también, hija de la locura,
de la decencia sin límites
que terminó en fracaso,
para ella.

Ahora camina sola,
el dolor es su única compañía,
pero sigue siendo "la diosa"
en el recuerdo de aquellos
que tanto la han querido tener...
pero que tan poco,
han podido hacer para que así fuera.

Ver y no tocar

Un poema de Aurora Varela
Aurora Peregrina Varela Rodriguez
miércoles, 18 de enero de 2017, 00:50 h (CET)
Es una diosa que habita el mundo,
que se ve y no se toca,
es la diosa del amor
que termina en desamor,
en dolor y en lágrimas.

Va ganando muchos odios,
pero siempre se presentará
como una mujer imposible,
hermosa, de eso, presumirá. Y lo es.

Pero jamás podrá enaltecerse
de estar sola, de pasar noches
en vela, con la cabeza llena
de recuerdos que la apenan.

Su soledad es amarga,
luchó porque no la molestaran
y lo logró, para siempre,
por eso su condena es perpetua,
por eso sus luces se apagan
a medida que cumple años,
a medida que las arrugas
pueblan más y más su
dulce cara de princesa.

Es una niña que aprendió
a vivir con las pesadillas,
que sobrevivió a los desprecios
que, sin embargo,
no dejaron de pasarle factura.

Es también, hija de la locura,
de la decencia sin límites
que terminó en fracaso,
para ella.

Ahora camina sola,
el dolor es su única compañía,
pero sigue siendo "la diosa"
en el recuerdo de aquellos
que tanto la han querido tener...
pero que tan poco,
han podido hacer para que así fuera.

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Poco a poco se va alejando, pero sigo escuchando su corazón latir. Todavía domina mi cuerpo pero su actuación, pronto terminará. El escritor se muere, se apagará para siempre, no volverá a nacer, yo espero que no, pues nació de un parto difícil y pocas cosas aportó.

2002, 2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2008: siete años que no nos deja la lluvia, siete años llevándolo y es mucho tiempo en que no comprendo la razón. ¿Cuándo acabará ésto?, tendré paciencia. Lulita, hijita, coge el paraguas, soy la de la sombrilla en que descansas, la de las sábanas blancas, la que consigue el amor cuando la lluvia le cae encima de manera despiadada.

Hojas de colores, variopintos sabores, bolsos sin dinero, discos de vinilo, cassettes en el coche, el Renault Dacia Logan que pude comprarme... Oyen que a velocidad se acerca otro coche por la carretera, entre luces y sombras y no es un coche barato...

 
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