Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Algo más que palabras | Valores | Humanidad | Fraternidad

Los deberes a realizar; en cualquier parte del planeta

La paz no es una utopía espiritual; es una senda humilde a la que todos tenemos que volcarnos, realizada con gestos cotidianos que enlazan sueños para hacerlos realidad, entrelazando paciencia y esfuerzo; sin obviar, que tras el vivir y el imaginar, está lo que nos hermana, el amor
Víctor Corcoba
lunes, 25 de agosto de 2025, 14:06 h (CET)

Nuestro propio camino, así como nuestro místico considerar, está desbordado; lleva consigo profundas cicatrices de enfrentamientos, tremendas desigualdades inhumanas que nos deshumanizan por completo y nos degradan anímicamente. Sin embargo, los lamentos tampoco sirven para nada, es el momento de la reacción a esta acción indiferente en muchos ámbitos. Desde luego, la desconexión social, dificulta un hacer reconciliador para poder pasar del conflicto a la comunión; y, así, poder enfrentar la desunión con valentía, la pasividad con compasión y llevar el acompañamiento allá donde hay angustia. En efecto, la primera obligación es estar ahí (hoy por ti, mañana por mí), prestando asistencia humanitaria a nuestros semejantes.

 

Lógicamente, es un crimen de guerra utilizar el agotamiento y la debilidad como método de combate. Despertemos, pues,  y pongámonos a trabajar por la concordia, hasta que florezcan los horizontes como un jardín de esperanza. Jamás olvidemos que la vida es una batallar continuo, no un cruzarse de brazos. En consecuencia, otro de los compromisos es el de la escucha. Esto significa prestar oídos, dejarnos llevar al desierto y ver ahora lo que puede nacer de las ruinas, donde hay tanta congoja de inocentes. La paz no es una utopía espiritual; es una senda humilde a la que todos tenemos que volcarnos, realizada con gestos cotidianos que enlazan sueños para hacerlos realidad, entrelazando paciencia y esfuerzo; sin obviar, que tras el vivir y el imaginar, está lo que nos hermana, el amor.

 

Amar es nuestro principal cometido, pero no puede hacerse, si antes uno no se ama asimismo. Además, únicamente aquella existencia ofrecida a los demás, merece la pena ser vivida. Activemos, por consiguiente, el tiempo del encuentro, sin encontronazos que nos distancien. Tampoco se pueden negar las voces de los análogos, porque sería renunciar a entendernos. Sin duda, los desafíos a los que se enfrenta la humanidad serán menos aterradores, si juntos trabajamos la comprensión y la hazaña conjunta, de modo fraterno y solidario, para que los avances diplomáticos se hagan realmente, tanto efectivos como afectivos. Un sistema que margina y es incapaz de ofrecer activamente sus talentos a la sociedad, falta a sus lazos para con esa ciudadanía.

 

La irresponsabilidad es manifiesta, a poco que nos adentremos en el acontecer diario y lleguemos al alma de nuestro planeta. El afán destructivo está ahí, en cualquier esquina, con multitud de operaciones encubiertas y tensiones sectarias. Nos falta corazón y nos sobra mundanidad operativa interesada. Por eso, es vital que los líderes se reafirmen en abecedarios auténticos de servicio, sintiendo la común exigencia por la creación, y todo lo que ello conlleva en la promoción de la defensa de la tierra, del agua y del aire. Si falla la relación natural, con su espíritu místico, todo queda reducido a una posesión egoísta y, nuestra propia vida, se reduce a una carrera afanosa por tener lo más posible, en lugar de compartir, para que todos podamos vivir dignamente.

 

En este sentido, la decisión ética, con la estética inseparable del buen hacer y mejor obrar, no solamente debe tener en cuenta los resultados de una acción, también los valores en juego y los deberes que se derivan de esos principios. Por esta razón, y más en un contexto plural y global, tenemos que encontrar lenguajes de lucidez que nos muevan el corazón y nos remuevan los latidos. Esto nos demanda otro tipo de grandezas, comenzando por la política, que ha de mostrar voluntad poética en el ejercicio del poder, pues suele costarle mucho asumir esta servidumbre colectiva de un orbe renovado sin fronteras ni frentes. Al fin, todo se reduce, a ser dueños de nosotros mismos y aquello que exigimos a los demás, que también sea contribución nuestra.

Noticias relacionadas

Jose María Ballester perdió las elecciones a las que se presentaba como candidato del PP, pero tras pactar legítimamente con el partido Independiente por las Nacionalidades (PIPN) consiguió una vara de mando que no está dispuesto a soltar fácilmente. 

¿Quién nos iba a decir a nosotros, los “españoles de nuevo cuño”, es decir, a los que fuimos protagonistas y testigos de la implantación de la democracia a partir de la Constitución Española de 1978 que estableció (con el 87’79 % de votos positivos) una monarquía parlamentaria, basada en la soberanía nacional y el estado democrático de derecho que, 47 años después íbamos a sufrir un “singular” gobierno repleto de antipatriotas y huidos?

Proliferan por doquier las banderas, pancartas y pegatinas con el lema FREE PALESTINE, en clara reivindicación de una supuesta «liberación» de la gente que vive en ese territorio que la historia ha dado en denominar Palestina. Y considera este autor que «liberar» dicha zona es una de las peores ideas contemporáneas, a menos, claro está, que se esté dispuesto a defender el genocidio (este sí) del contenido humano del Estado de Israel primero, y de todos los judíos después.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto