¿Somos cultos? Me refiero a si tenemos interés por la cultura, a si tenemos un hueco para un dato más, para conocer otro hecho, para visitar museos, galerías de arte, librerías o bibliotecas, donde además de los escritores ilustres podemos explorar a los autores recientes que intentan abrirse camino en esta difícil disciplina y a los que recitan de memoria a los pintores universales... Me refiero a que si sólo acudimos al teatro cuando representa una compañía de renombre o un personaje mediático...
Luego está el tema de las redes sociales, y así nos va, donde todos y todas necesitan sacar “morritos” en las fotos o en los selfis porque parece más moderno, recoger traseros, agitar melena quienes puedan, comprimir barrigas..., y además se usan aplicaciones para mejorar esas imágenes: ¿eso es cultura? ¡Por Dios! También sorprende el poco interés que suscita salir inteligente en la foto. ¿Cómo se puede salir culto en una instantánea? Parece una opción imposible, pero lo que me suscita curiosidad es la poca solicitud de este recurso por parte de la audiencia, y si no hay demanda no hay oferta.
Yo, lo que propongo es leer poemas de Bécquer o Espronceda, narrativas de Poe o Galdós, acudir a museos de arte e historia..., y puede que se llegue a la conclusión de que en la próxima fotografía nos preocupe menos la pose y el perfil bueno y luzcamos un esplendoroso cerebro, y como decía aquél: el sabio siempre quiere aprender, el ignorante siempre quiere enseñar.
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