La Naturaleza creada por Dios, para deleite de los seres que había creado, es una maravilla, una delicia, levanta el espíritu; flores, árboles, aves, peces, con unos coloridos que no hay persona que pueda imitar. Pues esas maravillas creadas por Él, las mantiene como hace con las aves y cuanto existe.
Yo creo que el deterioro alarmante es la causa de un materialismo desenfrenado, que destruye todo lo que encuentra a su paso. No hay que pedir a Dios por la Naturaleza, lo que hay que pedir es que cambie el corazón del hombre, para que respete, cuide y proteja las maravillas creadas. En esta Torre de Babel, multitudes incalculables se extiendes por todo el mundo; y como se ha perdido el sentido espiritual de la vida, aquí solo prima el placer, el nivel de vida, el progreso material, el progreso económico, es decir, un materialismo que además de estropear la naturaleza, las maravillas creadas por Dios, deja a sus sucesores una naturaleza destrozada.
Yo, según mi experiencia, además de los cambios de la Naturaleza que son inevitables, se ha provocado una sociedad libertina en la cual todo vale. Pero la libertad exige responsabilidad.
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