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Del rojo al amarillo

Las grandes revoluciones o cambios en la historia han sido protagonizadas por el pueblo ante las injusticias, desigualdades o sistemas opresivos
Carmen Muñoz
martes, 22 de julio de 2025, 09:21 h (CET)

Extraordinaria película de 1963 en donde se narran dos historias paralelas, una la juventud y adolescencia con su ímpetu y otra la senectud y soledad con su experiencia, tanto una como otra demuestra que el amor unifica los extremos y hace feliz a las personas sin importar la edad que se tenga.


Las grandes revoluciones o cambios en la historia han sido protagonizadas por el pueblo ante las injusticias, desigualdades o sistemas opresivos siendo algunos políticos los que se beneficiaron encauzando tales movimientos.


Hasta aquí el lector se preguntará qué relación existe entre el primer párrafo y el segundo. Espero y deseo poder explicarlo amplia y sencillamente para deshacer el entuerto.


Empezaré por la educación, en la que insisto en casi todos mis escritos. Han desaparecido las enseñanzas del esfuerzo, la constancia, la responsabilidad, el buen hacer, la moral y la ética, etc. banalizándose por la felicidad en primer término, progresismo, cambio climático, etc. todo ello muy adobado con multitud de subvenciones a costa del esfuerzo de todos los españoles, perdón de todos no, los políticos se salvan porque también viven a nuestra costa. No hay mayor felicidad que tener un trabajo digno y conseguir las metas que te propongas por ti mismo, desarrollar tu esfuerzo en lo que te has preparado y poder dormir tranquilo todas las noches, sin sobresaltos, sabiendo que tienes un futuro más o menos seguro y formar tu propia familia.


La juventud motu propio idealiza la vida, lo ve todo de color rosa y cuando se topa con la cruda realidad, no saben qué hacer, se deprimen, se agostan antes de empezar, los mejores preparados se van fuera del país en busca de un futuro mejor y lo peor, algunos terminan suicidándose. Y esto ¿a qué se debe? A que hemos creado unas generaciones de cristal, abúlicas porque todo se le ha dado sin esfuerzo alguno, sin capacidad resolutiva a ningún problema que se les presente. Es decir, exportamos los mejores talentos. A cambio ¿Qué tenemos? ¿Qué importamos? ¿Lo peor de cada casa? Según de donde vengan. Los latinos pertenecen a nuestra cultura, se adaptan fácilmente a nuestras costumbres, respetan nuestras leyes, por algo los evangelizamos nosotros y nos mezclamos con ellos, teniendo las mismas ventajas que los hispanos sin ser nunca vasallos ni esclavos, como pretenden hacernos creer los que retuercen la historia para su propio beneficio, de ahí generaciones incultas para que crean fácilmente lo que se les diga sin intentar verificar si es verdad o no.


Volviendo al tema, los latinos vienen huyendo de unas políticas dictatoriales de izquierdas que han arruinado sus países y viven poco menos que en esclavitud, las mismas a la que nos está llevando este gobierno, y los pobres no dan crédito porque se encuentran que vamos por el mismo camino de los que ellos salieron corriendo.


Los que nos entran en pateras son víctima de las mafias traficantes sin escrúpulos de personas que son tratados como bultos o animales sin importarles nada lo que sea de ellos, el mar es un cementerio humano y nadie hace nada por evitar tal situación. De los que llegan a salvo, unos vienen con intención de integrarse, mejorar su situación y a la vez la de su familia porque pueden ayudarla desde aquí económicamente, pero otros, sobre todo marroquíes, fanáticos islamistas, no solo no se integran sino que pretenden, y con este gobierno lo están consiguiendo, imponer sus leyes y costumbres, es decir, una reconquista en silencio sin armas, poquito a poco, filtrándose como la humedad, extendiéndose como tal y ennegreciendo, estropeando y retrocediendo en el tiempo siglos, y no hablo de los terrorista que esos son punto y aparte.


Mientras tanto ¿Qué hace el gobierno? ¿La oposición?¿Y el pueblo?


El primero subsistir a costa de lo que sea, destrucción del país, sus leyes, su constitución, la sociedad, las empresas que son las que dan trabajo, la estabilidad financiera, la justicia, la unidad territorial….todo a cualquier precio con tal de seguir en el poder este mercadillo de políticos que tenemos en el gobierno, incultos la mayoría, sin experiencia en el cargo que ocupan, demagogos, sin dignidad ni moral alguna que además se jactan de ello públicamente, “para el tiempo que nos quede, aprovechemos la situación” Rufián; “no estoy de acuerdo con lo que propone el gobierno pero lo voy a seguir apoyando” Yolanda suma y sigue; “lo volveremos a hacer” los independentistas. Claro nunca se han visto en otra mejor, la mayoría con el curriculum que tienen no los contratarían en ninguna empresa medio decente. Me da a mí que ni en sus mejores sueños habrían soñado estar donde están.


La oposición, con ese complejo tan absurdo que tiene y ese querer nadar y guardar la ropa, no aprende, ni hacen ni estimulan a sus votantes o posibles votantes. No sabe utilizar los medios actuales a su alcance, sus asesores de marketing no dan la talla, deberían fijarse más en los del PSOE, que en gobernar van rematadamente mal para la sociedad, no para ellos, pero lo que es la propaganda demagógica se salen del parchís.


Y ¿el pueblo? ¿Qué hacer? Pues si se repasasen un poquito la historia se darían cuenta la gran fuerza que tenemos cuando todos a una, como Fuenteovejuna, podemos cambiar el rumbo de nuestro país, que tantos siglos de historia y tantos muertos costaron para tener una vida pacífica y democrática, aunque solo sea en los papeles actualmente, para que unos impresentables estén dándole la vuelta, como vulgar calcetín viejo, y volvamos a lo más negro de nuestro pasado. Si no hay ningún líder que nos apoye, seamos nosotros mismos los que digamos ¡basta, hasta aquí!. Salgamos a la calle pacíficamente con pancartas demostrando nuestro enojo y discrepancia con lo que están haciendo, manifestemos nuestro desacuerdo en los medios de comunicación, por cualquier medio a disposición del que tenga, hay que ser valientes en esta vida y luchar, siempre pacíficamente, para dejar a nuestros hijos una sociedad mejor que la que tuvimos nosotros, no peor como la que vamos a dejarles sin futuro, sin estabilidad social ni económica, sin proyección externa. Cuando la mujer estaba subyugada por el hombre, las sufragistas, ya en la segunda mitad del siglo XIX (1848), sacaron a la mujer de su ostracismo socio/político hasta llegar a tener todos los derechos e igualdades que los hombres en nuestros días. Fueron poquitas, no eran muchas, pero se unieron a favor de una causa justa y fíjense lo que se ha conseguido.


¿No se habla ahora tanto de la empoderación femenina?, pues hagamos algo positivo en vez de decir tonterías sinsentido como lo de llegar solas y borrachas a su casa de noche, encabecemos algo que tenga sentido común de la forma y manera que cada cual tenga a su disposición y alcance, que estoy segura se unirán muchos hombres también y seremos un número mucho mayor que las sufragistas. Si no hacemos algo ya, veo donde quiera que yo esté, a nuestras nietas con el burka de la vergüenza.


Luchemos por quitar todo tipo de subvenciones a sindicatos y partidos políticos, estos deben sustentarse con lo que porten sus afiliados y simpatizantes, quitemos también los sueldos y pensiones vitalicias a los cargos políticos, cuando cesen se consideren igual que el resto de la sociedad, apoyemos a los jueces para que legislen unas leyes fuertes, justas y rápidas en su hacer para evitar las presiones que tienen del exterior, bien está que se inmiscuyan en nuestra política externa pero no en la interna. Las subvenciones y ayudas para nuestras empresas, agricultura y ganadería, en vez de apoyar de forma millonaria a las de marruecos; para todo necesitado auténtico, es decir, el que esté en edad de trabajar que trabaje y deje de ser un parásito, que tenemos demasiados. Luchemos por la igualdad territorial, sanitaria, educativa, económica, judicial.

Valoremos a las fuerzas militares que son los que nos defienden dándoles recursos en todos los sentidos para que puedan cumplir sus funciones adecuadamente. Comprendo que es difícil quitar tanta corrupción existente en la clase política, pero habrá que empezar, todo tiene unos principios que suelen ser dificultosos y estresantes, pero se lo debemos a nuestras próximas generaciones, igual que hicieron nuestros padres y abuelos.


La juventud tiene unos amores ideales, limpios, inexpertos y la senectud también se enamora pero parece ser más fuertes debido a la experiencia y también, por qué no decirlo, a la nostalgia.

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