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Vivimos tiempos en los que la realidad parece un mal sueño, una parodia grotesca que se empeña en superarse cada día. El mundo, sí, se está volviendo loco. Los síntomas están por todas partes, y uno de los más evidentes es la figura, cada vez más desbocada, de Donald Trump. Como si no hubiera aprendido nada de su primer mandato, ahora redobla sus ataques contra los inmigrantes, esos mismos que sostienen gran parte de la economía estadounidense desde los cimientos.
Bien sabemos que la historia de la humanidad está escrita con tinta de dolor, pero también con el borrador implacable de la indiferencia. Hay momentos en que el estruendo de la barbarie es tan abrumador que el silencio global que le sigue se vuelve un eco aún más ensordecedor, una complicidad tácita que corroe los cimientos de la ética y la justicia.
Puede que el momento sea el oportuno para determinados intereses, pero que no le quepa a nadie la menor duda de que el dictamen final de lo que se dice acierta de pleno. Según el CIS, Centro de Investigaciones Sociológicas, nueve de cada diez ciudadanos no cree que la justicia sea igual para todos. El 89,9% no comparte que se trate igual a los políticos que a los ciudadanos.
En una sala de mármol y luces cálidas, los líderes del mundo brindan. El vino, servido en copas de cristal, tiñe sus labios mientras sonríen, estrechan manos y reparten promesas vacías. Sus palabras resuenan como tambores de guerra, pero no hay sangre en sus trajes impecables. No verán los escombros, ni los cuerpos atrapados bajo ellos.
Hay una verdad incómoda que muchos prefieren ignorar: la justicia no es ciega, es selectiva. Para algunos, es una mercancía, un servicio premium con tarifas exclusivas, para otros, es una trampa en la que caen por no poder pagar el precio de la inocencia. En este juego de balanzas desequilibradas, los poderosos se pasean con impunidad, mientras los obreros, los humildes, los ciudadanos de a pie, cargan con el peso de la ley en su versión más despiadada.
Sencillamente, no, no toca hoy mirar a otro lado mientras el mundo se adentra en el abismo de la sinrazón, el totalitarismo, el fascismo y el conflicto de la radicalidad entre polos. No, no toca hoy aparecer impávido ante la muerte de la libertad y al asesinato en directo del significado mismo del principio de igualad a golpe de talonario de los nuevos ideólogos del nazismo patrio 4.0 que con su riqueza quieren hacer claudicar el espíritu mismo de la democracia en el mundo actual.
En Perú el sultán de Brunéi, recibió los galardones máximos del municipio capitalino (las llaves de Lima), del Congreso (a Medalla de Honor del Parlamento en el grado de Gran Cruz) y de la República (el gran collar de la orden del sol, la máxima premiación del laurel más antiguo de las Américas, uno que se remonta a 1821, cuando se inició nuestra república).
«No debes meterte... No te metas»... ¿Cuántas veces se oye esta frase? Muchas, demasiadas... Reflexionemos sobre este tema con algunas preguntas : ¿Qué quiere decir no te metas? ¿Acaso que no me incumbe? ¿Acaso que no es mi asunto? ¿Acaso que cada palo aguante su vela? ¿Acaso que los problemas son de cada uno y de nadie más? ¿Acaso que no me busque problemas?
El falso capitalismo inmaterial que predican las izquierdas desde tiempos remotos va acorde con las nuevas demandas de la llamada economía de la cultura: son expresiones múltiples que desarrollan prácticas sociales equivocadas y ejercen no sé qué derechos a la palabra con construcciones discursivas, sin símbolos creíbles.
Juzgar a alguien sin tener la información y difundir rumores malintencionados puede causar un daño significativo y gratuito. Este comportamiento no solo refleja una falta de ética y compasión, sino que también puede tener consecuencias devastadoras para la persona juzgada y la sociedad en general.
Es evidente que la humanidad avanza en cantidad y calidad cuando se dan las condiciones que no puede imponer la izquierda política, ya que esta izquierda solo tiene el objetivo del egoísmo personal, la escasez de recursos, la pérdida de posición y la injusticia social. Este macabro objetivo lo hacen realidad en el ámbito de la enseñanza y la educación, y sobre eso no hay ninguna duda al respecto...
No, no se lo merecen, no merecen el peso de un futuro sombrío, donde el aire se tiña de pestilencias, y el suelo, siempre fértil, se convierta en un estercolero. En la brisa que acaricia la tierra, en el susurro de los árboles que dan sombra, se alza un grito de esperanza, un eco de vida que se niega a marchar… ¡No debemos ser el sacrificio de una avaricia desmedida!
Cataluña es una de las regiones más ricas de España, aunque contribuya según su condición al PIB nacional, también puede influir en la asignación de recursos y proyectos, todo ello con la nueva “repartición singular”, por parte del Estado Español, favoreciendo a Cataluña, que ha llevado a demandas específicas, menosprecio hacia el resto de comunidades, en general un trato muy diferenciado en algunos casos, que, bajo mi modesta opinión, es absolutamente inadecuado.
El 30 de julio de 1749 se decretó el exterminio de los gitanos españoles Ese fue un día infernal en el que todos los demonios del averno, a las órdenes del Marqués de la Ensenada, salieron del Infierno para acabar cruelmente con la vida hombres y mujeres, niños y ancianos, gitanos que vivían en todo el territorio español.
El revuelo que ha causado el acuerdo entre el Gobierno central y los partidos independentistas, en relación con la ley de amnistía es entendible, porque, en el fondo, supone dinamitar el Estado de Derecho en España. Es el principio de un proceso continuo de cesiones, para mantenerse en el poder a costa de lo que sea.
Los medios de comunicación informan, forman y entretienen; eso ya se sabe, pero a veces trascienden estas funciones y llegan a informar desde puntos de vista menos aceptables, por ejemplo dejan que formemos una opinión específica con sus palabras.
La falta de cultura y el olvido que ocasiona el paso del tiempo son factores determinantes para caer en la confusión. Desligar la historia del pasado y situarla tan sólo en el presente puede ser un grave error. Quizá sea esta la razón del por qué estamos viviendo un momento en que el antijudaísmo ha aumentado su difusión y se está volviendo aceptable como un lenguaje crítico en determinados sectores y espectros políticos, movidos siempre por esa captación del voto fácil.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha adoptado el término “Bidenomía”, a pesar de que originalmente este fue utilizado de manera despectiva por polemistas de medios donde se propaga el fanatismo de extrema derecha como el canal Fox News, las páginas editoriales del periódico The Wall Street Journal y otros nichos mediáticos afines al MAGA, el ala del Partido Republicano que respalda a Trump.
Palabras pronunciadas el 31 de enero de 2023 en el acto de reconocimiento a Antonio Rodrígo Torrijos y José Manuel García Martínez, ambos objeto de una larga persecución política por parte de una jueza al servicio del poder económico.
Hoy más que nunca tenemos que estar en guardia, a través del soplo de la acción solidaria, para acabar definitivamente con esta triste pobreza mundana, que nos activamos los vivos caminantes entre sí. En cualquier rincón del mundo, se requieren corazones dispuestos para aliviar los tormentos de la multitud de crisis humanitarias que nos acorralan, en parte porque los lenguajes no son auténticos ni coherentes con el obrar, campeando a sus anchas las injusticias.
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