Me ha dejado entristecido y enojado cuando he visto y conocido por la tele que los inspectores de Hacienda de toda España piden la dimisión de esta otra Lozana Andaluza, famosa socialista.
Lozanas andaluzas las hay a montones en esta tierra andaluza. No me refiero al título de la novela, cuyo autor de La lozana andaluza era Francisco Delicado. Por cierto, era de Córdoba, allá por el siglo XVI. También hay una película con el mismo nombre, estrenada en octubre de 1978 por el cineasta Vicente Escrivá, película visionada por mí en su estreno en Madrid. La visión de esta película, con el contagio y la riqueza de sus escenas en aquellos días, me hizo sentir muy afortunado de ver esta cinta cinematográfica.
La otra lozana andaluza es, ni más ni menos, que la señora María Jesús Montero. La que, dentro de unos días, se presentará en Córdoba para las próximas elecciones, para llevar las riendas del Partido Comunista Social —caso de ganar— de la comunidad andaluza.
Cuando me enteré de esta noticia, me quedé con la boca abierta, lo mismo que me quedé cuando vi la película La lozana andaluza. Sin embargo, me ha dejado entristecido y enojado cuando he visto y conocido por la tele que los inspectores de Hacienda de toda España piden la dimisión de esta otra Lozana Andaluza, famosa socialista, por la gravedad y peligro que enclaustra a las demás regiones sobre el cupo catalán. Vuestras voces y griteríos, señorías, llegan tarde.
47.000 millones es la demanda, si este se llega a engendrar para Cataluña. Estas mismas voces, y las mías, dicen que este es el pago que el Estado le debe a esta región española por los votos vendidos y comprados por su jefe, el Felón de turno. Pagos que no sabemos cuánto queda por satisfacer: las demandas contraídas y compradas con todas las cuantías que se le han dado a esta región española. A la vuelta de la esquina tenemos a otra región, la vasca, la cual ha empezado a despertar de su letargo. Por cierto, como estamos en tiempos de rebajas, han empezado sus voces demandantes de los débitos contraídos por este Gobierno.
La otra Lozana Andaluza… la comprendo, la entiendo, gracias a que no se parece a la de la película. Si fuese como la de la película de Vicente Escrivá, me gustaría verla muchos años, aunque fuese de ministra de Hacienda. ¿O no, queridos leyentes?
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