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Liderazgo: A lo que hemos llegado y a lo que llegaremos. Lo que el hombre es y lo que debe ser

A un país se lo levanta con un líder que sepa creer en sí mismo, porque cree y podrás; que se mantenga fuerte, porque sueña, cree y alcanza; que no se rinda nunca
María del Carmen Calderón Berrocal
miércoles, 16 de julio de 2025, 09:36 h (CET)

Le consultaron al fundador de Dubái, Shaikh Rashid Bin Saced Al Maktoum, sobre el futuro de su país y respondió así:


Mi abuelo andaba en camello, mi padre en camello, yo ando en mercedes, mi hijo en Land Rover y mi nieto va a andar en Land Rover, pero mi bisnieto va a andar en camello“.


¿Por qué? Tiempos difíciles generan hombres fuertes; hombres fuertes generan tiempos fáciles; tiempos fáciles generan hombres débiles; y hombres débiles generan tiempos difíciles.


Esta lista que sigue nos habla de los socialistas asesinados por ETA:

Enrique Casas, 1984

Fernando Mújica, 1996

Fernando Buesa, 2000

Ernest Lluch, 2000

Froilán Elesespe, 2001

Juan Priede, 2002

Joseba Pagazaurtundua, 2003

Isaisas Carrasco, 2008


Ahora el Gobierno de España tiene en el Parlamento sentados al grupo de los responsables de estas muertes.


Sobre la ética, preguntaron una vez al famoso matemático Al-Juarismi, concretamente sobre el valor del ser humano, a lo que respondió:


Si tiene ética, entonces su valor es igual a 1. Si, además, es inteligente, agréguele un cero y su valor será igual a 10. Si también es rico, súmele otro cero y su valor será 100. Si además es una persona de bello aspecto, agréguele otro cero y su valor será 1000. Pero si pierde el 1, que corresponde a la ética, perderá todo su valor, pues solamente le quedarán los ceros. Así de sencillo: Sin valores éticos ni principios sólidos, lo único que queda son delincuentes, corruptos y personas que no valen nada”.


A un país se lo levanta con un líder que sepa creer en sí mismo, porque cree y podrás; que se mantenga fuerte, porque sueña, cree y alcanza; que no se rinda nunca, porque un pequeño progreso cada día se suma a un gran resultado; es importante que esté agradecido, porque un corazón agradecido es un imán para los milagros; que trabaje duro, las recompensas llegan a quienes persisten y también a quienes se anticipan; que sea humilde, porque trabajar duro y en silencio forma mucho ruido; que sea amable, pues la bondad hace a la persona atractiva; que siga sonriendo a pesar de los pesares, la sonrisa hace la vida más bella.


Esto se puede aplicar a todos y cada uno de los ciudadanos porque un líder sin gente a la que liderar es como aquel 1 que desapareció, solo quedó la nada.


Habría que recordar otras frases de personalidades a través de la Historia, porque el hombre es el mismo siempre.


Jesús dijo: “Encarnen el amor y la compasión en cada acción, con un corazón y una mente abiertos”.

Corazón y mente abiertos no significan en modo alguno libertinaje, ni permiso para sacar los pies del plato. Es una invitación poderosa a vivir desde el centro del ser, no solo a pensar o hablar desde ahí.

Encarnar significa hacer visible, convertir en gesto, en acto, en presencia concreta aquello que creemos o sentimos. No basta con entender el amor: hay que vivirlo, demostrarlo, sostenerlo incluso cuando no es fácil. El amor aquí no es romanticismo; es presencia lúcida, compromiso silencioso con la vida y con los demás. La compasión, su aliada, no es lástima, sino comprensión profunda, activa, que busca aliviar el sufrimiento sin condescendencia. Para que esto ocurra, el corazón debe estar abierto al sentir sin miedo, y la mente abierta a comprender sin prejuicio. Solo así se vuelve posible ese ideal: que nuestras acciones reflejen lo más noble de lo que somos. Una ética vivida, no impuesta. Esta frase no exige perfección, sino conciencia. Una vida guiada por amor y compasión es, por sí sola, una forma de sanación para el mundo.


Maharishi dijo: descubran la verdad interior a través de la autoindagación y el silencio interior”.

En esa línea San Agustín hablaba de la introspección, sin centrarse el humano es peor que un caballo desbocado, así que una persona con poder si no lo usa adecuadamente, hunde literalmente a los demás; Mahoma dijo: “sirvan a la humanidad y gratitud, guiados por la luz de la fe”, no es solo una exhortación espiritual, sino también una brújula ética, se trata de poner el talento —sea escribir, decidir, informar o influir— al servicio de los demás, no del ego ni del interés.


La gratitud nos recuerda de dónde venimos y quiénes nos han sostenido. Sabiendo, además, que la vida es como un libro, pasas la página y es otro capítulo ya. Lo que hoy está arriba, mañana puede estar abajo y viceversa. La fe, entendida no solo en sentido religioso, sino como confianza en el bien, en la justicia y en el sentido profundo del hacer, es la luz que permite avanzar incluso cuando el entorno es oscuro o injusto. En un tiempo donde el ruido, la apariencia y la conveniencia mandan, esta frase invita a volver a lo esencial: servicio, humildad y claridad interior.


Buda dijo: “despierten a la impermanencia de la vida, trascendiendo el sufrimiento con sabiduría”.

Es una invitación profunda a mirar la existencia tal como es: cambiante, frágil, efímera. Despertar a la impermanencia no significa resignarse, sino comprender que todo pasa: el dolor, la alegría, los vínculos, las pérdidas… Nada permanece para siempre, y esa verdad puede doler o liberarnos.

Trascender el sufrimiento no es negarlo, sino atravesarlo con conciencia. No huir, no victimizarse, sino ver el dolor con ojos lúcidos, permitiendo que se transforme en aprendizaje. La sabiduría aquí no es erudición, sino una mirada compasiva, serena, que acepta el cambio sin perder el centro. En tiempos de confusión o de injusticia, esta frase actúa como una brújula interior: no todo depende de lo que ocurre fuera. Lo que cambia es inevitable. Lo que hacemos con eso... es nuestro camino.


Rumi, por su parte, invitaba a que “recuerden su verdadera esencia, más allá de las ilusiones de este mundo”.

En un llamamiento al reencuentro interior. En medio del ruido, las máscaras, los logros aparentes y las demandas externas, esta frase nos invita a volver al núcleo de lo que somos —ese lugar íntimo donde habita la autenticidad, más allá del personaje que mostramos. Las ilusiones del mundo son muchas: éxito, validación, poder, imagen… Y aunque no son malas en sí, pueden hacernos olvidar lo esencial si nos aferramos demasiado a ellas. Recordar la verdadera esencia es despertar de ese hechizo, reconectarnos con lo que no cambia, lo que no depende de aplausos ni juicios. Rumi recuerda lo que tantas tradiciones espirituales han dicho: que el ser profundo, ese que no necesita demostrar nada, es la raíz de la paz. Solo cuando volvemos ahí, a lo que somos sin adornos, comienza la verdadera claridad.


Lao Tse decía: vivan en armonía con el Tao, abrazando la simplicidad y la compasión”.

Evoca una sabiduría ancestral, serena y profundamente actual. El Tao, en su sentido más esencial, es el fluir natural de la vida, el orden invisible que sostiene el universo sin imponerlo. Vivir en armonía con el Tao es dejar de resistirse, dejar de forzar y, en cambio, sintonizar con lo que es, con humildad y presencia. La simplicidad es el lenguaje del Tao: no acumular, no complicar, no saturar el alma de excesos. Volver a lo esencial, a lo claro, a lo suficiente. Y la compasión es su corazón: ver a los demás sin juicio, sin dureza, con una ternura que no se debilita, sino que comprende. Lao Tse, propone un modo de estar en el mundo, sin violencia interior, sin soberbia, sin máscaras. Un modo donde cada acción nace del equilibrio y no del ruido.


Una vida simple, pero no vacía. Compasiva, pero no ingenua. Profundamente en paz. Y así, profundamente útil.


Yogananda expresaba su filosofía de vida diciendo: “deja que mi alma sonría a través de mi corazón y que mi corazón sonría a través de mis ojos, para que pueda esparcir sonrisas plenas en corazones tristes”.


Es una plegaria silenciosa, una intención profunda de convertir la propia existencia en un puente de luz para los demás. Habla de una sonrisa que no es superficial, sino que nace del alma, pasa por el corazón y se manifiesta en la mirada. Una sonrisa que no finge, no distrae, no disfraza el dolor, sino que acaricia suavemente el alma herida del otro, sin palabras, con presencia. En tiempos donde tantos esconden su tristeza detrás de máscaras, esta frase propone lo contrario: una autenticidad luminosa, donde la ternura no es debilidad, sino una forma de resistencia compasiva. Es también un recordatorio: la mirada y la sonrisa son puertas sagradas. A través de ellas, el alma puede tocar otras almas, en silencio y sembrar consuelo donde el mundo parece haberse endurecido.


“Conócete a ti mismo y deja que la virtud guíe tu camino hacia la iluminación”, es lo que decía Sócrates, que une dos pilares fundamentales de toda sabiduría verdadera: el autoconocimiento y la virtud. Está presente aquí tanto Sócrates, como los sabios taoístas y los místicos, de todas las tradiciones, que entienden que nada puede florecer hacia fuera si no nace desde dentro. Conocerse a uno mismo no es mirarse con ego o juicio, sino con claridad, honestidad y compasión. Es ver la sombra y la luz sin disfraz. Solo así puede nacer la virtud: no como una moral rígida, sino como una coherencia natural entre lo que uno es, lo que piensa y lo que hace. Y es esa virtud —humilde, firme, silenciosa— la que allana el camino hacia la iluminación, no como un lugar lejano o místico, sino como un estado de conciencia donde el alma camina en paz, guiada por su propia verdad. Esta frase invita a un viaje interior: austero, hondo, pero luminoso. Un camino que no necesita testigos, pero transforma todo lo que toca. Así es como debe ser un verdadero líder, un verdadero hombre de bien.


Contemporáneamente la historiadora y filósofa alemana Hannah Arendt desarrolló el concepto de “la banalidad del mal”, decía:


“Mentir constantemente no tiene como objetivo hacer que la gente crea una mentira, sino garantizar que ya nadie crea en nada. Un pueblo que ya no puede distinguir entre la verdad y la mentira no puede distinguir entre el bien y el mal, Y un pueblo así, privado del poder de pensar y juzgar, está, sin saberlo ni quererlo, completamente sometido al imperio de la mentira. Con gente así, puedes hacer lo que quieras”.


Arturo Jauregui dijo:


“El dólar lo suben ellos, de esa manera se devalúa el salario. Una de las formas de disciplinar a los trabajadores que históricamente ha adoptado la oligarquía (que no tiene color político). Los tarifazos los programan ellos, una forma de transferir recursos del bolsillo del pueblo hacia el poder dominante. La fuga la facilitan ellos, una forma de endeudar a millones para que se beneficien unos pocos. La crisis, que no existía, la generaron ellos, porque a través del miedo colonizan el sentido común. El relato y la mentira lo implementan ellos, para que con la complicidad de los medios nadie sepa la verdad. Es hora que te des cuenta que existe un solo camino: o dejamos que sigan diciendo ellos; o comenzamos a hacer algo por nosotros. No se trata de cambiar de collar, se trata de dejar de ser perro…”


Las oportunas palabras de Alissa Zinovievna, filósofa y escritora:


“Cuando adviertas que para producir necesitas obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes no trafican con bienes sino con favores; cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por su trabajo; y que las leyes no te protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra ti; cuando descubras que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto-sacrificio, entonces podrás afirmar, sin temor a equivocarte, que tu sociedad está condenada”.


Cuando todo parece perdido, lo único que queda es rezar, que no es más que apelar a la Energía Positiva uniendo fuerzar todos en una misma intención, canalizando deseos para que se cumpla lo deseado. Tenemos el testimonio de Winston Churchil, que se vio perdido porque Hitler venía a invadir Inglaterra, dijo que lo único que quedaba era orar; y se armaron en todo el país cadenas de oración. Hitles iba ya en camino y nunca llegó; no se sabe aún qué lo detuvo; al parecer una bruma muy extensa lo cubrió y se detuvo para nunca más volver. Por eso la Reina de Inglaterra dijo: “Le temo más a un ejército de personas orando que a un ejército militar”.


Carlos Gaviria Díaz fue claro en términos meridianamente políticos diciendo:


Cuando un candidato invierte millones en su campaña: No es un candidato, es un empresario y como empresario, cuando sea alcalde (pongamos aquí a cualquier cargo o liderazgo), sólo pensará en sacar lucro, provecho; y, en lo que menos pensará… será en la gente”…”Jamás combatirán la pobreza porque necesitan de ella para ganar las elecciones”.


Como vemos, la conducta incorrecta de los líderes lleva a la oclocracia, es decir, cuando la decisión no la toma el pueblo, sino la muchedumbre. Ya lo dijo Polibio, que vivió entre el 220 y el 118 a.C.:


Cuando el pueblo es manipulado y decide sin información (la información puede ser manipulada y entonces se convierte en desinformación). Es el peor de los sistemas políticos, el último estado de la degradación del poder o sea: degradación de la democracia. La oclocracia se nutre del rencor e ignorancia”.

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