Es normal que los perros se relacionen con los perros, las víboras con las víboras y los gusanos con los gusanos. Lo mismo que los degenerados se junten con los degenerados, los viciosos con los viciosos y los depravados con los depravados. Cada especie busca a los suyos. Lo que no es normal es que los honrados se asocien con los corruptos, los rectos con los torcidos y los íntegros con los amorales. Pero hay una delgada línea que al cruzarla te convierte en miembro de otro orden. Es como esa prueba de fuego que le hacen pasar a los niños en las guerrillas para pertenecer al club. Los miembros del PSOE forman parte de la familia de los ansiosos por el poder y en esto no tiene nada que ver la ideología porque no tienen moral. El género al que pertenece. Pedro Sánchez, como esos niños que antes mencioné, forma parte de esa clase que aprobaron la prueba de fuego y se rodea de los que confía en su corruptibilidad. De forma que en sus filas militan jueces, abogados, filósofos, economistas, periodistas, porteros de puticlubs, cajeras de supermercados, etc Y el común denominador no es la ideología; sino la pertenencia al grupo de los que perdieron la dignidad. Ser de este selecto grupo tiene premio, porque a partir de aquí todo es miseria. Y esto es un pegamento que une más que el cemento armado porque todo el mundo sabe cosas sensibles de todo el mundo... De ahí que Koldo grabara las conversaciones...
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