Nacer para agonizar

Nunca imaginé ser capaz de encabezar un artículo con semejante título.

La desnaturalización sistémica-democrática que padecemos tienen su origen en políticas corruptas con raíz en la progresiva decadencia moral de Occidente. En particular en España, devienen de un exceso de impunidad por aforamientos y complicidad judicial, falta de transparencia, de educación en valores humanos y de conciencia del bien común y justicia igual. Decadencia política causante de un vacío existencial, que lo tratan de “rellenar” por el culto al consumo de lo banal. Cultura de la evasión y entretenimiento hasta en una televisión pública infantilizadora de adultos, adulterando a menores con pornopublicidad y demás audiovisuales erosivos para su inocencia. Cincuenta años de una Transición que al fecundarse “in vitro”, dio a luz a una democracia huérfana de moral, hoy en agonía política y sin otro recambio útil más que… el cambio total del sistema.

Sin un golpe de impacto positivo hasta hoy desconocido, nada cambiará para mejor. Gobiernos fallidos una y otra vez, solo “útiles” para sus apesebrados cargos escalonados y agentes sociales y sindicales bien subvencionados.

Pervertida sintonía política que ha derivado en una agonía social, en razón a que, niños nacidos felices y criados alegres por sus padres, crecieran sumisos y adoctrinados merced a un sistema educativo alienante por homogeneizador.

“No podemos pensar de ninguna de las maneras que los hijos pertenecen a los padres” (Isabel Celaá). Siendo así, hoy ese estado consigue disponer de ellos como “arma” productiva hasta el límite de utilizarlos en servicios militares para servir a un estado (que no a una comunidad) que retiene su patria potestad.

“Nada dice más de una sociedad que la forma en que trata a sus hijos” (Nelson Mandela).

La forma en que una sociedad trata a sus hijos, hoy más que nunca está condicionada a cómo los gobiernos de cada país favorecen las políticas familiares y gasto educativo y sanitario en atención primaria. España está por mucho a la cabeza de la UE en pobreza infantil y en puestos de cola en porcentaje de gasto en educación. Una progresión creciente que obliga a las familias a endeudarse aún más ya que el pírrico incremento del 2% por parte del gobierno conlleva que las familias hayan incrementado ese gasto en un 10,4 y 7% respectivamente. En un país rico con cada vez mayor carga fiscal a sus ciudadanos, que esos servicios públicos no basten hablan de su pobreza.

Esa mínima parte de padres que en el ámbito docente público quisieran ver que también se promueven en paralelo filosofías de vida y consumo desde la autosuficiencia individual y la economía circular respectivamente, ven difícil hacerlo operativo para sus hijos, pues en Occidente todo lo que suponga riqueza espiritual… no es de interés público. Prefieren seguir ignorando que todo lo que sea armonizar con la naturaleza y sus ciclos vitales desde lo natural y austero, facilita a su vez sintonizar con la frecuencia vibracional de nuestro ser interno, ya que ambas son la misma esencia. Ignorando que sentir la conexión con esa realidad interior es la clave para vivir una existencia consciente, aun dentro de un entorno social agitado como nos toca vivir a la mayoría. Ignorar claves de supervivencia emocional que ilusionan a mantener la apuesta a favor de la vida (el suicidio infantil bate récord) acercando a nuestros hijos a la plenitud desde edades tempranas y a su vez alejarlos de esa agonía existencial mayoritaria sostenida a través del consumo banal y deleite carnal promovidos hoy desde una Educación Sexual Integral (ESI) amparada en España por la ley Trans y por la ONU a través de su Agenda global.

Sintonía y agonía. La primera nos mantiene eternamente vivos al margen de la edad y situación vital. Para la segunda, así como cada año se adelanta la fecha del Día de la Sobrecapacidad y Biodisponibilidad de la Tierra, se fuerza alargar la vida poniéndole años a un costo y lucro irracional de dudosa calidad, en vez de añadir vida a los años desde la infancia hasta los predestinados desde nacer.

La clave de progreso social y espiritual para todo país y comunidad está en la educación. Libertad, autonomía y confianza son la base de toda revolución educativa, bien referida a cada centro educativo, a cada docente y a cada niño.

¿Profesor o maestro? El profesor profesa, principalmente obediencia a la metodología vertical de “llenado” de nuestros niños; el maestro tiene su librillo para conseguir “extraer” de cada niño su saber y hacerlo comunitario en el aula y para él mismo seguir enriqueciendo su librillo. “Los niños no son recipientes vacíos que hay que llenar, sino fuegos que deben encenderse”.

Esta frase es de la primera mujer que se graduó en medicina y especializó en psiquiatría infantil en niños que nadie quería tratar ni enseñar; de quien a principios del siglo pasado quiso revolucionar el sistema educativo en Italia. De aquel intento frustrado quedan hoy escuelas privadas por todo el mundo con éxito reconocido. “A comienzos del siglo XX, cuando el sistema escolar estaba centrado en la memorización y la obediencia, María Montessori decidió mirar directamente a los ojos de los niños y escuchar lo que necesitaban”… no como metodología educativa en corrección constante sino como filosofía de vida y afianzamiento en sí mismo desde la autoresponsabilidad y confianza. “Cuando un niño se siente seguro de sí mismo, deja de buscar aprobación a cada paso”... son ellos, que se sienten maestros de si mismos.

Para lo docente ¿profesor o maestro?; para lo social ¿la bolsa o la vida?; para lo espiritual ¿alimento vivo o alimento muerto? Tres claves evolutivas de progreso y futuro existencial que permitirían a la humanidad vivir en sintonía con la Vida o seguir agonizando en vida… como tristemente se da y lo vemos.