La crisis de personas refugiadas sudanesas ha alcanzado un nivel catastrófico, amenazando con convertirse en una espiral de colapso irreversible si no se toman medidas globales inmediatas y sustanciales, advierte World Vision.

Millones de personas se encuentran desplazadas tanto dentro de Sudán como a través de sus fronteras hacia naciones como Chad, República Centroafricana, Sudán del Sur, Etiopía y Uganda. Desde abril de 2023, casi un millón de niños y niñas han cruzado las fronteras en busca de seguridad en los países vecinos. Más de 3,8 millones de personas han huido de Sudán a los países vecinos, sumándose a los casi 13 millones de desplazados internos dentro del país.
Estas personas han huido de una violencia inimaginable, de la destrucción de sus hogares y de la amenaza constante de una grave inseguridad alimentaria, enfermedades y explotación. Esta afluencia ejerce una enorme presión sobre las ya vulnerables comunidades de acogida y los limitados recursos de las naciones vecinas.
World Vision insta a la comunidad mundial a mostrar una solidaridad inquebrantable con las personas refugiadas sudanesas. La respuesta humanitaria a la crisis de Sudán, especialmente para las personas refugiadas en los países vecinos, está gravemente infra financiada, lo que pone en peligro directamente la capacidad de organizaciones como World Vision para proporcionar asistencia vital y fomentar la dignidad y la resiliencia.
Las personas refugiadas a menudo cruzan las fronteras y llegan sin nada, desesperadas por cubrir necesidades básicas como alimentos, agua potable, instalaciones sanitarias y un refugio adecuado. El acceso a la atención sanitaria y a la educación también está gravemente limitado en los campos de desplazados internos de Sudán y en los campos de refugiados, lo que repercute en su bienestar y en sus perspectivas de futuro. La desnutrición, especialmente entre los niños y niñas, es un problema generalizado y alarmante, con 3,2 millones de menores de cinco años que, según las proyecciones, sufrirán desnutrición aguda en 2025.
El número de niños y niñas no acompañados en campos de personas refugiadas aumenta cada día La historia de Mortada, de 12 años (adjuntamos vídeo), del campo de refugiados de Wedweil, en Aweil, Sudán del Sur, es un recordatorio del coste humano de la crisis de los desplazamientos. Huyó de Darfur del Sur, perdiendo a su padre ante sus ojos e ignorando el paradero de su madre y sus hermanas. El campamento de Wedweil, que alberga a 25.000 personas, incluidos repatriados sursudaneses, está ahora gravemente superpoblado. "Vivo con una mujer a la que no conozco, pero que cuida muy bien de mí. No voy a la escuela; duermo en el suelo. No tengo paz, porque no sé dónde están los miembros de mi familia", cuenta Murtada con evidente angustia.
Además de las dificultades físicas, las personas refugiadas sudanesas soportan una inmensa carga psicológica y emocional. Presenciar y experimentar la violencia, la pérdida y el desplazamiento deja profundas cicatrices, especialmente en la infancia. El acceso a la salud mental y al apoyo psicosocial es fundamental, pero trágicamente escaso.
El grave déficit de financiación amenaza la vida de las personas refugiadas vulnerables. Sin una financiación adicional inmediata y sustancial, las consecuencias son nefastas:
Una generación está perdiendo el derecho a la educación: Los niños y niñas, ya privados de escolarización debido al conflicto, seguirán sin recibir educación, poniendo en peligro su futuro y perpetuando los ciclos de pobreza e inestabilidad. La educación no sólo sirve como herramienta de aprendizaje, sino también como medio de protección para la infancia.
La inseguridad alimentaria está empeorando: Muchas personas refugiadas ya reciben raciones de alimentos reducidas, con ciclos de distribución irregulares. Sin ayuda adicional, la malnutrición generalizada y la hambruna se convertirán en una cruda realidad, especialmente para los niños, niñas y las mujeres embarazadas o lactantes.
Aumentan los brotes de enfermedades: Los campos superpoblados con acceso inadecuado a agua potable, saneamiento y atención sanitaria son caldo de cultivo para enfermedades mortales como el cólera, el sarampión y la diarrea acuosa aguda. La falta de financiación hace que escaseen los medicamentos esenciales y los servicios sanitarios, lo que convierte en mortales enfermedades que, de otro modo, podrían prevenirse.
Los servicios de protección se desmoronan: Las mujeres y los niños y niñas corren un mayor riesgo de sufrir violencia de género y agresiones sexuales. Sin una financiación adecuada para los programas de protección, estas poblaciones vulnerables quedan indefensas.
El refugio y las necesidades básicas se están deteriorando: Muchas personas refugiadas viven en condiciones inhumanas en asentamientos espontáneos o en campamentos superpoblados, carentes incluso del refugio más básico, agua potable y suministros de higiene. Nuevos recortes en la financiación agravan estas condiciones y, con la llegada de la estación de lluvias, las vidas corren un riesgo aún mayor.
La comunidad internacional debe reconocer la inmensa gravedad de la crisis de las personas refugiadas sudanesas. Hay vidas en juego. "No proporcionar fondos adicionales ahora condenará a millones de personas a un destino aún más desesperado, convirtiendo una situación calamitosa en una catástrofe irreversible", afirma Simon Mane, director nacional de World Vision en Sudán. "Debemos actuar con rapidez y decisión para evitar más pérdidas de vidas y garantizar que reciban la asistencia humanitaria vital que necesitan y merecen desesperadamente”.
World Vision está activamente sobre el terreno, tanto en Sudán como en los países de acogida de personas refugiadas, a través de la respuesta multinacional, proporcionando asistencia vital, incluyendo ayuda alimentaria, asistencia en efectivo, servicios de agua, saneamiento e higiene (WASH), apoyo sanitario y nutricional, y programas de protección infantil. Hacemos hincapié en la importancia de garantizar un acceso seguro y sin obstáculos para que las agencias de ayuda humanitaria puedan llegar a los más necesitados.
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