Trump representa a Estados Unidos en todo lo que hace. Y éste hombre ha prohibido la entrada de ciudadanos de doce países en Estados Unidos. Además del bloqueo a Harvard. No está muy claro el peligro de un visitante de Burundi en la Gran Manzana. Tampoco de uno del Chad repartiendo abrazos gratis como les gusta a los norteamericanos. Un haitiano no debería resultar un problema en Carolina del Norte. Pero lo es. Una eritrea en Kentucky, está pensando en comer, no en crear conflictos. Lo mismo pasa con una togolesa. Congoleños y guineanos sólo pisarán Florida para tener una vida mejor. Están hartos de belicismo. Tampoco sabemos que peligro representa un Turkmeno caminando por Philadelphia. O un Venezolano escapando de Caracas. Según los votantes de Trump, un eritreo comiendo una hamburguesa doble y saludando a los coches por las calles de Boston, es un serio problema. Parece que el gobierno del Chad va a poner medidas contra esta decisión de Trump. Nada de aranceles. Pero no está muy claro que puede hacer Chad contra los grandes Estados Unidos con un océano en medio.
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