“Ahora uno se explota a sí mismo y cree que está realizándose”, (Byun - Chul, Filósofo).
Incómodamente breve
Es evidente que a la filosofía contemplativa, en su extensión, nadie la iba a rescatar ni a encumbrar. Lo que se averigua aquí, y ahora, es el intento evidente de persuadir al individuo para que se someta voluntariamente a una suerte de autoexplotación bajo estímulos y valores distorsionados en comunión con una doctrina marcial de orden belicista en perfecta yuxtaposición con el dominio mental y la autodisciplina emocional. Absurdo, sí. Pero, cierto. Algo así, como David Carradine en el personaje de ‘Kung fu’. ‘El logro’ es convertirse en un ser preparado para cualquier contingencia natural o extraordinaria.
¿Alguien creyó en alguna ocasión que inhibir o hacer de los sentimientos algo imperturbable nos podía hacer mejores? Pues, sí , entre muchos, el no tan conocido: Diótimo de Esparta, filósofo estoico (S III a.c) Y tenía razones más que sobradas para creerlo del soldado espartano de físico poderoso y que luchaba en los innumerables frentes militares de la época.
Les confieso sentirme abrumado por el manantial ingente de lo que ya podríamos denominar abiertamente como ‘tontás’. Con mayor enjundia si cabe, en este caso, por tratarse en mi opinión de una cristalización desvirtuada e irreverente de la filosofía histórica.
Esta corriente estoicista de fácil transposición y valorada frívolamente por la mayoría, brinda la posibilidad de adocenar el criterio organizacional productivo y a la vez conseguir que el factor trabajo resulte más permeable a las exigencias personales y cuantitativas bajo la influencia teórica de ciertas posiciones vitales que el individuo termina por asumir como propicias al mérito. Por ejemplo, la adaptación al sufrimiento a través de la disciplina. Miren, si es serio.
Un reciente estudio llevado a cabo por la UAB (Universidad Autónoma de Barcelona) indica que: “El 23% de los trabajadores toma psicofármacos, la mayoría por motivos laborales”.
¿No será que la corriente estoica nos revisita con la sana intención de transformar esta realidad? Es evidente, que no. Con mentalidad guerrera o sin ella, este dato tristemente irá en aumento.
Por favor, menos ‘tontás’.
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