Sin crecimiento, las ganancias o mejoras de cualquier grupo social únicamente se pueden conseguir a costa de otros que empeoren su situación, y la austeridad privada, además, permite la abundancia de lo público, lo cual se necesita para crear una nueva élite de sumos sacerdotes que articulen y prediquen el necesario control de los individuos que evite las desviaciones características de los librepensadores.
En nuestro país, Pedro Sánchez aprovecha estas tendencias para proclamarse “nuncio papal” de esta nueva creencia, y por ello gusta tanto de revestirse de la púrpura y ostentosidades que le permiten continuar avanzando en la nueva austeridad privada y la modificación de los conceptos del bien y del mal, y todo ello sin ser cuestionado por muchos... ¡Qué pena!
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